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11 octubre, 2012

¿La Peor-Mejor Esperanza en Afganistán? (Final)



Comentario:
Para quien desee saber la verdadera historia de Afganistán y de lo que ocurre en ese país devastado por la guerra de intereses, este artículo, que lo colocaremos por partes, es una gran fuente de consulta. El artículo data del año 2009, pero está más vigente que nunca. Quién desee consultar, conocer más, opinar o comentar, háganlo, este es el lugar para hacerlo.

PETER LEE es un hombre de negocios que ha pasado treinta años observando, analizando y escribiendo sobre asuntos asiáticos. Se lo puede contactar en: peterrlee-2000@yahoo.


Cuando la campaña encubierta para abastecer a los combatientes afganos, en particular a Hekmatyar, se hizo tan grande que la CIA había agotado las fuentes tradicionales de abastecimiento armamentístico clandestino, China felizmente asumió el deber rentable de proporcionar armas y balas de sus fábricas. China incluso proporcionó mulas para aliviar la famosa escasez de transporte ocacionada por la avalancha de material.
El canal de Pakistán-ISI-JI-Hekmatyar es ciertamente familiar y cómodo para el gobierno chino, y Pekín ha estado en contacto con Hekmatyar desde hace años.
Cuando reapareció Hekmatyar en Afganistán en 2002, Syed Saleem Shahzad del Asia Times escribió:
Fuentes dentro de la
HIA han dicho que la organización ha restablecido el contacto con el gobierno chino. En el pasado, Pekín ha culpado a la HIA de agitar un levantamiento religioso en la región noroccidental musulmana de Xinjiang, pero Hekmatyar ha hecho grandes esfuerzos para aplacar a China, así como instar a los líderes musulmanes en Xinjiang para que detengan la agitación separatista. Beijing dice que aprecia estos esfuerzos, pero todavía está por verse hasta qué punto China va a dar apoyo a la lucha libertaria afgana contra las tropas extranjeras, si es que lo da.
Dado que las condiciones en el oeste de Pakistán se han deteriorado, China ha respondido a través del acercamiento a la JI, recibiendo a una delegación de alto nivel del partido político islamista en Beijing, Xian, Shanghai este mes de febrero. Un memorando de entendimiento que confirma el principio de no injerencia en los asuntos internos de China, es decir Xinjiang fue firmado, y el jefe de la JI regresó a Pakistán con palabras de elogio para la República Popular China.
En cuanto a la importancia de esta iniciativa, cabe destacar que la influencia de la JI hacia los talibanes es prácticamente inexistente. El rival político de la JI en el oeste de Pakistán, el JUI, maneja a los madrazas Deobondi que dieron vida a los talibanes y han sido designados como interlocutor del ISI con los talibanes.
Ahora, incluso el JUI se ve obligado a tomar el dictado de los militantes cada vez más asertivos e intimidantes.
La JI sería de valor práctico para China si el gobierno de Zardari cae, y la JI entra a la coalición de gobierno con su aliado político, el secularista PML-N de Nawaz Sharif. Un enlace cercano del JI que también podría ser de utilidad si China quiere tener la opción de canalizar la ayuda a Hekmatyar en un esfuerzo anti-talibán.
La posición coherente de Hekmatyar ha sido que él quiere a las fuerzas militares extranjeras fuera de Afganistán, y luego lo mezclaran con sus enemigos elegidos.
De hecho, parece políticamente imposible para Hekmatyar poder combatir a los talibanes en alianza con las fuerzas estadounidenses y de la OTAN y un régimen respaldado por Occidente.
En 2002, la revista Time lo citó diciendo: "Nosotros preferimos la participación en la guerra interna en lugar de la ocupación por parte de extranjeros y de tropas extranjeras".
La militancia sin compromiso de Hekmatyar, en especial su voluntad de luchar contra los talibanes y su enfoque sin tomar en cuenta las consecuencias y daños colaterales al pueblo afgano, puede llegar a ser la música que las potencias interesadas en la región quieren oír.
Sin embargo, la posibilidad de elegir entre llevar a cabo una campaña de contrainsurgencia impopular dependientes de las tropas extranjeras o desatar a Gulbuddin Hekmatyar para que combata a los talibanes por sí mismo no es una gran opción.
Queda por ver si el envejecido Hekmatyar puede hacer frente a los talibanes, que guió a esa fuerza en 1996, él mismo.
En contraste con la explotación a Hekmatyar usando la fuerza y el dinero, una insurgencia pastún impulsada por el dinero extranjero y la experiencia del ISI, los talibanes han demostrado ser terriblemente potencia.
Los talibán bajo el mando de Mullah Omar no sòlo son un grupo de intolerantes fanáticos dirigidos por un líder carismático que se imagina a sí mismo como un instrumento de Dios en la tierra.
Los Talibanes son una fuerza militar sumamente adaptable, aprovechan la amistad, los activos, y la experiencia de contrabandistas pastunes del sur, los narcotraficantes afganos, el ISI, los oficiales de la facción Khalq del gobierno afgano de turno y, por supuesto, al-Qaeda, para afianzarse como el poder dominante en una amplia franja de Asia central Pastún, desde los campos de amapola de la frontera iraní hacia los valles altos pastunes a menos de 100 km de la capital paquistaní de Islamabad.
Mientras los talibanes crecen en fuerza, se desvanece Hekmatyar, y las esperanzas de un gobierno nativo afgano capaz de imponer condiciones a Mullah Omar se desvanecen también.

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