Comentario:
Se dirá algo de esto en las muchas telenovelas sobre los capos de la droga
en Colombia. Se conocerá esto en la superproducción “Escobar el patrón del mal”. Se vive en un mundo de
sueños, quien los cuenta es un aparato llamado televisión y al cual se le cree
en demasía.
Por: Daniel
Hopsicker un periodista disidente que investiga la aseveración del gobierno de
los EE.UU. que dicen que no existen Señores de la Droga norteamericanos.
En el ruido
y la confusión de asistir a la extradición a los EE.UU. de tres mujeres
involucradas en el tráfico de cocaína desde América del Sur, las preguntas planteadas
por la conexión de una de ellas a la familia del ex presidente de Colombia
quedaron sin respuesta.
¿Acaso
Álvaro Uribe dio el OK para cargar 3,6 toneladas de cocaína en un aeropuerto
que él controlaba en Río Negro Colombia, a un jet "ex" CIA Gulfstream
(N987SA) de St. Petersburg Florida que se estrelló en la península de Yucatán
en 2007?
¿Por qué dos
sucesivas administraciones de Estados Unidos dieron miles de millones de
dólares para detener el tráfico de drogas a un Presidente de Colombia que él
mismo fue involucrado en el tráfico de drogas?
Mientras que
cualquier énfasis adicional de los vínculos con el negocio de la droga de la
elite mundial y de los ricos parásitos parece innecesario a estas alturas, las
tres mujeres extraditadas pertenecen a las familias de las legendarias dinastías
del narcotráfico.
Un Padrino, un Tigre y Sandra Ávila
Recibiendo la mayor parte de la atención de los medios de
comunicación la semana pasada estaba la femme fatale Sandra Ávila Beltrán,
conocida como la Reina del Pacífico, cuya seductora personalidad ha fascinado a
México durante gran parte de la década pasada.
Ávila, quien enfrenta cargos de lavado de dinero y tráfico
de drogas, pertenece a la familia Beltrán Leyva, que ha estado involucrado en
el tráfico de drogas desde hace tres generaciones.
Ella es la sobrina del hombre conocido como el original
"Padrino" del negocio de la droga en México, Miguel Ángel Félix
Gallardo, actualmente en prisión en México.
La fama de Ávila es porque ella y su pareja, el
colombiano Juan Diego Espinoza Ramírez, alias El Tigre, establecieron vínculos
entre el cártel de Sinaloa y el dominante Cartel del Valle colombiano.
"Ella usó sus atributos físicos para hacer negocios
y ganar aliados", dice el periodista Ricardo Ravelo. "Su
personaje es violento y manipulador, ella tiene una vida social muy activa, ama
las fiestas, joyas y placeres''.
Extraditada en silencio, casi
como una idea de último momento
Por el contrario, Dolly Cifuentes Villa y su hija Ana
María Uribe Cifuentes volaron bajo el radar, casi desapercibidas.
Sin embargo, sorprendentemente, ambas pertenecen a la
familia del ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe, y participaron activamente
en el tráfico de drogas, mientras que Uribe al mismo tiempo recibía $8 mil
millones del Plan Colombia de Estados Unidos para hacer a los traficantes de
cocaína de ese país.
Se la acusa de conspiración para fabricar y distribuir
narcóticos entre 2003 y 2009, así como el lavado de dinero del narcotráfico a
través de empresas fantasmas y bienes raíces en Colombia, Panamá y México.
Ella estaba casada o tenía una larga relación, los
recuentos difieren, con Jaime Uribe, el hermano de Álvaro Uribe. Su
hija, Ana María, también forma parte de la empresa familiar, es la sobrina de Álvaro
Uribe.
Al igual que Sandra Ávila, Dolly Cifuentes tiene lazos
dinásticos con el narcotráfico que van mucho más allá de su matrimonio con el
hermano del ex presidente Álvaro Uribe.
Ella es la hermana de un clan de trafico de droga, los
Hermanos Cifuentes Villa, liderados, hasta su asesinato en 2077 por Francisco
Cifuentes, conocido como "Don Pancho", quien corté el trato histórico
con la ayuda de Sandra Ávila, para distribuir cocaína colombiana en los EE.UU.
por México con el Cártel de Sinaloa y su mandamás El Chapo Guzmán.
Ese acuerdo, se cortó poco después de que Guzmán
"escapara" de prisión, mientras que Vicente Fox era presidente de
México, ha llevado a México a la actual horrenda guerra contra las drogas, mientras
que los cárteles rivales mexicanos luchan por su parte en los negocios de
Colombia.
El pasado enmarañada del gran amigo de George W. Bush, Álvaro Uribe
Si tener familiares cercanos involucrados en el tráfico
de drogas era la primera mancha de corrupción para mancillar la reputación de
Álvaro Uribe, podría ser posible explicarlo diciendo que él no es responsable
por las acciones de otros miembros de su familia.
Si esto fuera sólo la segunda vez que acusaciones de
implicación en el tráfico de drogas se han formulado en su contra, aún puede
haber una explicación inocente, sin embargo inverosímil, que podría ser
utilizado.
Pero esta es al menos la cuarta vez que denuncias
creíbles de participación en el tráfico de drogas han sido formuladas contra
Uribe.
Un informe desclasificado hecho público en 1991 por la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE.UU. (DIA),
directamente vinculado al entonces senador Álvaro Uribe al Cartel de Medellín
de Pablo Escobar (así como nombrar al financiero saudí Adnan Khashoggi como
traficante).
El informe se refiere a Uribe como "un político
colombiano dedicado a la colaboración con el cartel de Medellín en altos
niveles", afirma que Uribe era "un amigo personal" de Escobar.
Usando dinero de EE.UU. para
sacar a la competencia
Luego en 2007, otro informe de inteligencia de EE.UU. se
filtró a Los Ángeles Times por un oficial de la CIA descrito como "triste
que al gobierno de Uribe no le hayan hecho rendir cuentas la administración
Bush".
Según este informe, Uribe encargó a su ministro de
Defensa, el general Mario Montoya, conducir un controversial empuje
contrainsurgente en la ciudad de Medellín en 2002, que se basó en gran medida
en el apoyo de un grupo paramilitar de extrema derecha, las Autodefensas
Unidas de Colombia (AUC), que se vieron involucradas en el tráfico de
drogas.
Mientras que los barones de la cocaína en Colombia, rivales
de Uribe, estaban siendo perseguidos, su coca pulverizada, y sus vuelos de
interdicción con regularidad, los funcionarios de los EE.UU. y de Colombia
hicieron la vista gorda a los traficantes respaldados por Uribe que los EE.UU.
ahora dice que han enviado 500 toneladas de cocaína a los EE.UU.
De acuerdo con un artículo de 2004 de la Ley para Organizaciones Corruptas y Estafadoras (RICO), el cartel del Norte del Valle exportó más de 1,2
millones de libras - más de 500 toneladas - de cocaína por un valor en exceso
de $ 10 millones de dólares de Colombia a México y finalmente a la los Estados Unidos para su reventa.
Pero la organización, según un funcionario de alto rango
de la Policía Nacional de Colombia, que habló con un periodista colombiano, no fue
perseguida entre agosto de 2002 y agosto de 2010, durante los dos términos en
el poder de Uribe.
En los últimos tres años, según la policía colombiana, los
hermanos Cifuentes del Cártel del Valle,
con operaciones en cinco países, ha enviado 30 toneladas de cocaína a Estados
Unidos.
La historia de Dolly Cifuentes, que
funcionarios de Estados Unidos, sin duda la disuadirán de no decirla, deja en
claro que los $ 8 mil millones en dinero del Plan Colombia fueron gastados en
vano.
Presenta una vergüenza potencialmente importante para el
Gobierno de los EE.UU., amenazando la premisa detrás de la guerra de Estados
Unidos contra las drogas mientras que aumenta el fantasma de que los EE.UU. se
dedica a la persecución selectiva, favoreciendo a algunos traficantes de
drogas, mientras que persigue a otros.
La guerra contra las drogas, cuyo presupuesto anual es de
$ 40 mil millones y los pagan los contribuyentes estadounidenses, beneficia
sólo a un pequeño grupo de iniciados que son capaces de dirigir la complicidad
oficial de sus gobiernos en sus esfuerzos por el tráfico de drogas.
Todo esto sería un gran escándalo, si tuviéramos una
prensa libre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario