JEAN-GUY ALLARD
Ileana Ros-Lehtinen, la representante
republicana que orienta los ataques contra los países progresistas de
América Latina en el Congreso, conservó su escaño como previsto en los
comicios donde triunfó el demócrata Obama, pero dos de sus más fieles
aliados en Washington, el "antichavista" Connie Mack y el "más corrupto"
David Rivera, terminaron en el gran contenedor de la historia.
Cornelius
McGillicuddy alias “Connie Mack IV” es este mismo personaje que, el
año pasado, instó a asesinar al Presidente venezolano Hugo Chávez, y
que propuso obsesivamente incluir a Venezuela en la lista de países
terroristas del Departamento de Estado.
Hijo del fallecido Senador
Connie Mack III (McGillicuddy), un padrino de la Ley Torricelli contra
Cuba, y nieto de un pelotero famoso, Mack se enfrentaba a Bill Nelson,
de 70 años, famoso por haber volado en una misión del transbordador
espacial mientras estaba en el Congreso.
Mack es un típico hijo de
papá que consiguió con mucha dificultad un diploma de publicista con 26
años de edad y que, como único empleo que se le conoce, fue responsable
de organización de fiestas con una cadena de restaurantes de la cadena
Hooters.
Nelson con unos $16 millones en su fondo de campaña, y
Mack con $6 millones, se libraron una guerra donde los trapos sucios
volaron, Mack siendo la víctima más facil por su pasado de playboy
divorciado, algo aparentemente imperdonable en el mundo político
norteamericano.
Por otro lado, David Rivera, el representante
federal designado como siendo uno de los más corruptos en el Congreso
federal que se hizo una carrera política - como Ros-lehtinen - sobre su
oposición histérica a cualquier acercamiento con Cuba, mordió el polvo
frente al demócrata Joe García.
A pesar de la ayuda in-extremis de
Ros-lehtinen y de Marco Rubio - el favorito "latino" de Mitt Romney -
Rivera conoció una derrota que hubiera sido aún más humillante si su
clientela no fuera tan complaciente ante la corrupción. Hace poco, el
grupo independiente Ciudadanos Responsables por la Ética (Citizens for
Responsible Ethics) de Washington, atribuyó a Rivera, por secundo año
consecutivo, el poco envidiable titulo de político "más corrupto" del
Congreso.
Ros-Lehtinen quién debe su primera elección al Congreso a
una campaña de apoyo al difunto terrorista Orlando Bosch que realizó
con Otto Reich y Jeb Bush, ahora preside el Fondo de defensa del
terrorista Luis Posada Carriles. Su reelección se debe en gran parte a
una campaña inspirada por la cultura política de la dictadura cubana de
Fulgencio Batista.
Con el apoyo indefectible de Mack, su brazo
derecho para América Latina, Ros-Lehtinen - de 60 años de edad desde
julio - se dedicó permanentemente a calumniar a Cuba y Venezuela
mientras defiende las peores exacciones de Israel, tareas que ejecuta
aprovechandose de su estatuto de Jefa de la Comisión de Relaciones
Exteriores de la Cámara de Representantes.
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