Daniel Estulin
El siguiente articulo, escrito por un heroe panameño, MAURO ZÚÑIGA
ARAÚZ, habla de la gran inseguridad en Panama, país crerado para lavar
el dinero de la droga. En la época de Manuel Noriega, más de 70% del
dinero sucio estadounidense se lavaba a traves de los bancos panameños.
Los panameños somos víctimas de un incontrolado aumento en los
índices de violencia que se dan a lo largo de todo el territorio.
Recientemente el Ministro de Seguridad, José Raúl Mulino confesó que los
mismos están relacionados al tráfico de drogas. Paralelo a ello se da
en Panamá un inusitado aumento de la militarización, a pesar de que la
Constitución Nacional expresamente lo prohíbe. Para nosotros los altos
índices de violencia tienen dos lecturas: o incapacidad del gobierno
para controlarlos o un estímulo tras bastidores del mismo gobierno para
justificar la militarización; sin embargo, ésta tiene sus propósitos
específicos: reprimir toda protesta social, como ha ocurrido en tres
provincias del interior del país: Bocas del Toro, Chiriquí y Colón, con
su ola de muertos y heridos. El otro objetivo de esa militarización es
la protección del tráfico de drogas por nuestro suelo. Todos debemos
recordar que el ex General Manuel Antonio Noriega cumplió en los Estados
Unidos una condena justo por tráfico de drogas y lavado de dinero. Los
nexos de Noriega con el actual gobierno son evidentes. En ciertos
puestos gubernamentales hay individuos afines al ex General.
Recientemente se nombró como Procuradora General de la República a la
licenciada Ana Belfon, una mujer estrechamente ligada al régimen
dictatorial de Noriega y conocida como “la fiscal de hierro” por su
proclividad para condenar a los que adversaban la dictadura militar.
Vemos así que los patrones de ese aciago periodo de 21 años están
volviendo a escena
Hay un agravante adicional: Ricardo Martinelli Berrocal quiere
mantenerse en el poder. Para ello ha contratado expertos en campañas
proselitistas, quienes le han fijado una estrategia política: tratar de
vincularse con los candidatos que tengan opciones a la presidencia de
la República en las supuestas elecciones de 2014. Eso con el propósito
de desprestigiarlos. También nombró en el Tribunal Electoral al
magistrado Araúz, persona de su entera confianza. Eso nos envía una
clara señal de que si las encuestas preelectorales no favorecen a
Martinelli Berrocal por diferencias no significativas, se hará un
fraude; pero si las mismas son muy elevadas, se creará un clima mayor de
inestabilidad, con una brutal represión y no habrá elecciones. El
gobierno panameño está barajando todas estas probabilidades y está
preparado para ellas. Ahora bien, como la probabilidad actual de
Martinelli Berrocal para una reelección no llegan al 5% según algunas
encuestas, existe otra agenda: intensificar la política del medio que ya
se está infiltrando en las conciencias de los panameños. Para ello se
pondrá en práctica la represión selectiva contra los que adversamos su
gobierno dictatorial. Se logrará de esa manera amedrentar al pueblo,
arrinconarlo e impedir que se manifieste por cualquier vía. La
reelección de Martinelli Berrocal es una necesidad para los Amos del
Mundo. Los Estado Unidos no pudieron encontrar a un mejor aliado que al
actual Presidente de Panamá, quien, sobre la base de la ley de
Asociación Público Privada, aprobada por este gobierno, le confiere a
los Estado Unidos la potestad de recuperar el Canal. Ese es el trato
secreto. Los que denunciamos estas políticas y estos acuerdos somos
sujetos vulnerables e indefensos. El gobierno panameño buscará las
formulas para eliminarnos.
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