ERNESTO CARMONA
El presidente de EEUU lloró -o fingió teatralmente una lágrima- cuando se dirigió al país para comentar la terrible masacre de 20 niños y 8 adultos el viernes en Newtown, Connecticut, pero en su doble rasero sigue encubriendo una investigación imparcial de la matanza de al menos 9 niños y 4 mujeres perpetrada por sus tropas en Afganistán durante la noche del 11 de marzo, con un balance total de 17 muertos. Esta reciente masacre, al parecer efectuada como “entretenimiento de tropas aburridas” tampoco ha sido la única. Claro, no eran niños ni mujeres blancas y rubias, eran afganos. (1)
Tampoco es la única matanza ejecutada por sus tropas como diversión
para combatir el aburrimiento que les produce una larga permanencia en
el país donde fueron enviados exclusivamente a matar. En vez de simular
llanto, o además, debería tomar medidas legislativas para regular el
control de armas en un país donde cualquiera puede ir por la calle con
una escopeta en la mano sin llamar la atención, pero recibe miradas
desaprobatorias si camina con un cigarrillo en la diestra.
La venta libre de armas hasta en los supermercados estadounidenses,
su uso masivo en guerras permanentes en cualquier parte del mundo -hoy
en Siria y Afganistán, ayer en Irak, y quizás mañana en Irán- y el
abastecimiento permanente de fierros sofisticados a los terroristas de
derecha de Miami y al narco tráfico de México y Centro América son
negocios relevantes del complejo militar industrial que continuarán
generando estas acostumbradas mortandades domésticas, incluso bajo el
mandato de un sujeto que pretende vender la imagen de hombre bueno y
padre de familia.
En la mentalidad de Obama, un presidente más al servicio de los
blancos del 1% más rico que gobierna a través suyo, predomina el
principio “La mentira os hará libres”, parodiando el título del libro
del español Fernando Villaespín, cuando dijo esta semana “El futuro de
Venezuela debería estar en manos de los venezolanos”, como si ese
porvenir estuviera controlado ¿por quiénes?: ¿los cubanos, los iraníes,
los rusos…?
Nunca el futuro de Venezuela estuvo tan empoderado en manos
venezolanas como está hoy bajo el gobierno bolivariano de Hugo Chávez.
Quizás el consumado actor y mentiroso caudillo demócrata estadounidense
observa el mundo al revés, con su propio rasero doble, porque le hubiera
gustado decir “El futuro de Venezuela debería estar en manos de los
estadounidenses”, que precisamente es la meta de su política exterior,
restablecer el control gringo sobre lo más rebelde de América Latina,
incluidos Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, y otros países con
gobiernos populares.
Carece de autoridad moral para dar recetas inconsistentes de
democracia a otros gobiernos elegidos en la región por sus propios
ciudadanos. No tiene principios éticos el presidente de EEUU que apoyó y
alentó a los golpistas de Honduras 2010, retomando prácticas de
política exterior que muchos ingenuos creyeron desaparecidas para
siempre. Para Obama hay dos clases de muertes, buenas y malas, dos
clases de gente, dos clases de terrorismo, etc. Las que afectan sus
intereses, y las otras, las que propicia o realiza directamente EEUU.
Notas y referencias:
1) http://alainet.org/active/ 59647&lang=es
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