http://www.elciudadano.gob.ec/index.php?option=com_content&view=article&id=37989:tejedores-de-sombrero-de-paja-toquilla-recibieron-reconocimiento-de-la-unesco&catid=40:actualidad&Itemid=63
El Gobierno Nacional, a través del
Ministerio Coordinador de Patrimonio, hizo un público homenaje a los
tejedores del sombrero de paja toquilla de cuatro provincias del país,
luego de que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (Unesco) incorporó al tejido del sombrero en la
lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El acto protocolario se realizó en el
Palacio de la Circasiana, ubicada al norte de Quito, en donde la
ministra coordinadora de Patrimonio, María Belén Moncayo, entregó el
reconocimiento de la Unesco, que fue emitida en París, a representantes
de las comunidades productoras y tejedoras de paja toquilla de Santa
Elena, Manabí, Azuay y Cañar, quienes cuentan con el legado histórico de
esta artesanía.
El reconocimiento de la Unesco permitirá
que el sombrero de paja toquilla deje de ser conocido como “Panama
Hat”, cuando es realmente “Jipijapa” ("Xipixapa"), o “Montecristi".
El compromiso con los tejedores se
refleja en el éxito de la Escuela Taller de Pile (Manabí) para
transferir y mantener el conocimiento de la elaboración del sombrero
fino de paja toquilla. En la misma, 26 estudiantes de 15 años en
adelante se capacitan para mantener viva la tradición.
El origen del tejido del sombrero de
paja toquilla se localiza en Manabí. En 1630 el indígena Domingo Chóez
conjugó esta materia prima con la forma de los sombreros españoles. La
actividad toquillera se consolidó en el siglo XVII y los tejedores de
Montecristi y Jijipaja se especializaron en la elaboración del sombrero
bajo el modelo europeo.
En 1859, la Reina de España mandó que se
organice en Aranjuez una compañía de infantería cuyo uniforme diario
cuente con un “sombrero Jipijapa”, haciendo relación a los sombreros de
toquilla que se tejían en esa localidad. El auge exportador de sombreros
generó una etapa de bonanza económica sin precedente; hacia 1863 se
exportó desde el Puerto de Guayaquil la increíble cifra de 500.000
sombreros anuales; y para 1854 el valor de la exportación del sombrero
de paja toquilla superó al cacao.
Momentos clave en los que se dio una
notoria alza en la producción toquillera fueron la Exposición Mundial de
París (1855), en la que se promocionó el sombrero ecuatoriano de
toquilla, y a finales del siglo XIX cuando la construcción del Canal de
Panamá generó una gran demanda.
Al ser el canal de Panamá una obra
majestuosa de ingeniería en el mundo, su construcción incluyó un
despliegue que incluía a los obreros usando el sombrero de paja
toquilla, además de políticos como el Presidente Roosevelt. Este hecho
llevó a la errónea denominación de “Panama Hat”.
La declaratoria de la Unesco permitirá
que el Gobierno Nacional, dentro del plan de salvaguardia, trabaje en la
promoción del sombrero así como en el fomento a su producción y
comercialización.
Además, se prevé que a finales de año se
presente el sello postal “El tejido del sombrero de paja toquilla,
patrimonio inmaterial de la humanidad”.
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