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26 enero, 2014

CELAC - Miami


“Contra Cumbre” de Miami: se destapó la mafia terrorista cubano-venezolana

JEAN-GUY ALLARD

Fíjese usted en estas tres crápulas: el coronel venezolano Julio “El Sabañón” Rodríguez Salas, represor asesino del golpe anti-Chávez de 2002; Ramón “Ramoncito” Saúl Sánchez, ex miembro de Omega 7, grupo terrorista responsable de una cadena de atentados en EEUU y Canadá en los años 60-70; y Carlos Alberto Montaner, cuya pandilla contrarrevolucionaria se dedicaba a colocar bombas en tiendas y cines de La Habana en los primeros años de la revolución cubana.

Al observar a estos tres personajes “estrellas” de la Cumbre anti-Celac de Miami, uno se sorprende que los “servicios especiales” del Departamento de Estado que se dedica a organizar “eventos” en cualquier parte del mundo –de Kiev al Cairo– para darle un “empujón” a las causas que privilegia, no haya encontrado otras figuras con un mínimo de credibilidad para encabezar la reunión que organizaron este sábado en la Universidad Internacional de la Florida (FIU).

Tampoco se fijaron que sus “líderes” cubano-venezolanos desenmascaraban el mecanismo detrás de sus maniobras de desestabilización en Cuba, Venezuela y demás países latinoamericanos progresistas.
“El Sabañón”, “Ramoncito” y el dinosauro Montaner son solo tres de los ejemplares que apestaban a CIA en el Díaz-Balart Hall de la FIU.

El traidor Huber Matos, cuyos lazos con el narco ya no son un secreto; la ex magistrada venezolana corrupta Gisela Parra, vinculada a Henrique Capriles y reclamada en Caracas por extraer ilegalmente expedientes; y el ex ministro boliviano Carlos Sánchez Berzain, prófugo de la justicia boliviana, son otros de los que se seleccionaron como representantes de América Latina.
Para detallar las hazañas que caracterizan a unos de estos cabecillas de la mafia golpista que se expresó en Miami, hay que precisar lo siguiente. 


EL SABAÑON DA LA ORDEN DE DISPARAR
“El Sabañón” es un coronel venezolano que dirigió con un núcleo de militares traidores, las maniobras asesinas del efímero golpe de Estado de 2002 en Venezuela. El hecho fue revelado nada menos que por el jefe de la conspiración, Pedro Carmona, en su libro “Mi testimonio ante la historia” donde lo nombra como uno de los asesores para la redacción del infame Decreto instituyendo el régimen fascista.
Aquel 11 de abril de 2002, cuando la Policía Metropolitana atada a la oligarquía vende patria, dirigida por Lázaro Forero, Henry Vivas e Iván Simonovis disparó a mansalva, contra el pueblo, “El Sabañón” tronaba en el centro de operaciones de los uniformados conjurados.

Los archivos revelan que Ramón Sánchez, más conocido como "Ramoncito", entre 1970 y 1982, integró sucesivamente el llamado Frente de Liberación Cubano, la organización Abdala, Alpha 66 y Jóvenes de la Estrella. Lo localizan también en la llamada Organización para la Liberación de Cuba, en Cuba Independiente y Democrática del propio narco-simpatizante Hubert Matos, además de Omega 7.
Perteneció luego a la CORU, la organización que ordena la destrucción en pleno vuelo de un DC-10 de Cubana de Aviación. Terrorista y asesino, fue inculpado y encarcelado con la matrícula carcelaria número 05059-054, aunque liberado el 24 de noviembre de 1986, gracias a decisiones complacientes de los tribunales, inspiradas por sus controladores de la Inteligencia que hoy lo mantienen activo.

En cuanto a Carlos Alberto Montaner, arrestado en La Habana en diciembre de 1960 con material explosivo, fugado gracias a su mamá y a la complicidad de una embajada, y reciclado por la CIA en intelectual madrileño-miamense, predicador de la “democracia” versión gringa, se jacta de sus amistades con golpistas hondureños, ecuatorianos y paraguayos, y de su apoyo al Carmonazo de 2002.

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