Lázaro Fariñas
En realidad, no pensaba volver a escribir sobre Venezuela, pero la
campaña mediática que hay sobre ese país en esta ciudad y en Washington
merece que escriba algún comentario sobre la misma.
Aquí en Miami, los cubanitos de la ultraderecha local están que no se
cansan de hablar del tema. El que se dedique a oír los programas de
radio y televisión que estos personajes controlan, terminará creyendo
que los días de la revolución bolivariana venezolana están más que
contados. Es un verdadero aluvión de propaganda negativa lo que están
llevando a cabo en esta ciudad estos personajes. Los dos periódicos que
aquí se publican en español diariamente informan en cada edición sobre
los atropellos que los seguidores del chavismo están realizando en
aquella nación. Las enormes marchas chavistas no aparecen por ningún
lugar y según estos periódicos, las autoridades venezolanas están
masacrando a pobres infelices estudiantes universitarios que marchan en
son de paz por las calles de las grandes ciudades y lo mismo están
informando las emisoras de televisión en español en sus noticieros
locales y nacionales. Lo curioso del caso es que las mismas imágenes que
presentan contradicen lo que ellos están informando. Las imágenes
hablan por sí solas. En las mismas, se ven a bandas de encapuchados
lanzando bombas caseras, piedras y cuanto objeto pesado se encuentran
contra las autoridades que tratan de imponer el orden, y las
manifestaciones pacíficas, a las cuales se refieren en sus reportajes,
brillan por su ausencia.
Pero el aluvión de propaganda no se está quedando solo en los medios
de comunicación, sino que los representantes de esta ultraderecha
reaccionaria en Washington están más que alborotados por el tema de la
supuesta represión de las autoridades venezolanas. Los cuatro
representantes de esta caverna miamense en el congreso federal no se
cansan de estar presentando resoluciones en ambas cámaras del Congreso
en Washington. Por un lado, el flamante senador Marco Rubio— el hombre
que, para hacerse más anticomunista que nadie, descaradamente mintió
sobre el supuesto exilio de su progenitor al declarar que su padre era
un exiliado de la Revolución, cuando en realidad su padre fue un cubano
que emigró legalmente en busca de trabajo en este país en 1956— ha
presentado una resolución en el Senado junto con el impresentable Bob
Menéndez para condenar al gobierno de Venezuela por supuestas
violaciones de los derechos humanos. Por el otro lado, los aún menos
presentables Mario Díaz Balart e Ileana Ros han hecho lo mismo en la
Cámara de Representantes. El odio que esta pandilla le tiene a Cuba,
hace mucho rato que lo han extendido a Venezuela y atacan la Revolución
Bolivariana con la misma vehemencia que lo hacen con Cuba.
Además, aquí en Miami, aparte de estos elementos de la caverna
cubanoamericana, tenemos a los trogloditas que nos han exportado los
bolivarianos. Es como que éramos pocos y dio a luz Catana. La burguesía
venezolana que aquí reside es una copia al carbón de los anticubanos
locales; piensan igual, dicen las mismas cosas y actúan de la misma
forma. Hace unos días, el Presidente Obama visitó Miami para hablar en
una escuela y recolectar fondos para su partido y allí, a las afueras de
la escuela, estaba un nutrido grupo de venezolanos pidiéndole al
Presidente que actuara con fuerza contra el gobierno de Nicolás Maduro.
No lo escribieron en sus pancartas, pero sí le gritaban que invadiera a
Venezuela para resolver el problema. El mismo odio que le tiene la
caverna a Cuba, es el que le tienen estos individuos a su país.
Ahora, anda circulando una lista por internet en la que se nombra a
cada una de las víctimas de las revueltas, con sus fotos, el día que
murieron, y el estado en que residían. Por supuesto, como esa lista
desmonta en gran parte las mentiras de esta campaña contra Venezuela,
los grandes medios se han hecho de la vista gorda y como creo que hay
que darle la mayor exposición posible, creo que es muy conveniente dar
algunos datos.
Hasta el 12 de marzo, había 26 víctimas, de las cuales 4 fueron
muertas por los cuerpos de seguridad, 6 por culpas de las barricadas de
la oposición, 6 que intentaron quitar las barricadas, 1 al ser
arrollada, 5 por violencias políticas de ambos lados, 2 por no poder
llegar a centros asistenciales, 1 de forma accidental y otra que no se
saben las causas.
La realidad es esa, pero esa realidad poco importa. El objetivo para
los políticos cubanoamericanos, la burguesía venezolana, la caverna de
Miami, los grandes medios y el gobierno de este país, no es buscar la
verdad, ni defender los derechos humanos, ni apoyar la democracia, es
derrocar al gobierno que se ocupa de los pobres en Venezuela. Ese, y no
otro, es el verdadero objetivo.
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