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04 agosto, 2014

Mi Posicionamiento (Israel-Palestina)

ibnasad.com
En respuesta a algunos lectores:

Si en este blog no se hace referencia a lo que ocurre en Palestina (hasta ahora) , se debe a que lo considero inapropiado tratándose de un blog en el que tiene cabida el humor, la frivolidad y el histrionismo. Esto que aquí escribo, no importa; lo que sucede en Oriente Próximo, importa. Por eso: por el absoluto respeto y la empática conciencia del dolor de ese pueblo, me mantengo en silencio.

Y no romperé aquí ese respetuoso silencio, sino dar lo solicitado a algunos pocos que piden un “posicionamiento” a alguien que lleva años en contacto y apoyo continuo para con un pueblo mantenido con vida a través de una “ayuda humanitaria” en la que no me enorgullezco de colaborar. Desde mi adolescencia y primer sueldo, participo en una caridad que me avergüenza: ayudo anónima y económicamente en mi escasísima medida de lo posible, a una de las más importantes ONG que trabajan en Palestina. Y esa ridícula participación mía, me avergüenza: podría dar todo el dinero que tengo a una ONG pro-palestina y continuaría sintiendo todo esto, vergüenza, pudor, bochorno; continuaría el peso de la conciencia torturándome por la noches al verme a salvo mientras otros no lo están, continuaría la repugnancia que experimento cuando leo un periódico, continuaría evitando mirar a la pantalla cuando aparecen imágenes de un ataque de Israel, continuaría la impotencia, continuaría el sufrimiento, continuaría escribiendo estas letras con los ojos empapados de rabia.

¿Queréis un posicionamiento? Lo daré sin ambigüedades. 

En el libro El Hijo del León escrito el año pasado y publicado a principios de este, se dan detalles sobre qué es Israel y qué está haciendo. Hablo de sus armas, su estrategia, sus verdaderos objetivos. Los mismos misiles y drones que cito en ese libro son los que hoy destruyen Gaza y los que acaba de comprar tu país (Sí: Tu país, España, Argentina, México o el que sea) . Las mismas monstruosas mentiras que expongo ahí son las que se están publicando en los periódicos hoy como justificaciones para las masacres. Los mismos nombres propios y siglas que aparecen en ese libro son los de los mismos asesinos de niños que, una vez más, saldrán impunes de sus fechorías. Ahí, en ese libro, tenéis un posicionamiento… ¿Lo queréis resumido? Lo que Israel hace ya no es una guerra, es un tiro al blanco.

Blanco, en la metáfora de inocencia; blanco, de pureza, de nobleza, de belleza; blanco como los fardos en los que se llevan a los cadáveres de los mártires. Este Tiro al Blanco encierra una limpieza étnica, la más ambiciosa y monstruosa que los presuntos seres humanos hayan concebido: el genocidio de todos aquellos no considerados humanos por los sionistas.

Y esta guerra que veis por televisión, hermanos y hermanas, llega hasta la puerta de vuestra casa. Que no os quepe duda. ¿Acaso creéis que los muertos necesitan vuestra compasión? Ellos ya están donde todos, algún día, estaremos. Pero nosotros, en cambio, somos los que tenemos que presenciar todo ello y sobrevivir a lo intolerable. Nosotros somos los lamentables. ¿Pues acaso creéis que esto es un “conflicto local”, tal vez religioso? No lo es: es el campo de pruebas de la Guerra Total que ya ha comenzado. ¿Acaso crees que cuando la Operación Protective Edge se concluya, habrá algo parecido de lejos a algún atisbo de paz sobre La Tierra? No la habrá: los medios de información se cansarán de Palestina, como se cansaron de ella tras los Acuerdos de Oslo en 1993, después en 2005, también tras el fin de 2012… Por muy en boga que se encuentre hoy, pasará la moda de “condenar” lo que hace Israel por parte del hipócrita y mezquino Establishment. La moda pasará tan pronto como alguien se ponga la medalla política de haber mediado un “cese de las hostilidades” (¡qué gilipollez entre comillas!) . Los crímenes quedarán impunes una vez más, se volverá a llamar “paz” al sometimiento y al olvido, y los zánganos políticos tendrán que esperar a la siguiente operación israelí, el siguiente test de armamento high-tech, el siguiente “ataque preventivo” para demostrar lo solidarios, progres y pacifistas que son.

Sinvergüenzas. Esa es la definición. ¿Por qué todo lo que leo y escucho sobre Israel va precedido de una pornográfica amalgama de eufemismos que advierten del derecho de Israel a ser, a existir, a “defenderse”? Les hay quienes comienzan sus críticas a Israel recordando a los israelíes que conocen y reconociendo lo majos que son. Resulta semejante a esa actitud tan española de decir que se “tienen muy buenos amigos que son gay” cuando se van a enunciar los abusos que comenten los colectivos homosexuales, o cuando se dice mi cuñado es negro y yo no soy racista, pero...

Pues bien, yo no tengo amigos israelíes. No puedo, no quiero tenerlos. Su nacionalidad me parece una burda mentira, su fundamento político es un crimen y su pasaporte es el carné de un club de muerte e ignominia. No tengo amigos israelíes para necesitar cogérmela con papel de fumar antes de afirmar que no reconozco ningún estado de Israel, que me parece una aberración histórica y un tumor político en metástasis generalizada por estas postrimerías históricas que sobrevivimos. ¿Antisemita? Me la trae al pairo.

Vivimos en el ZOG, colegas, hermanos, compañeros, camaradas, lectores, amigos, amiguitos o como queráis que os llame. Es el Zionist Occupation Goverment, vivas donde vivas, hagas lo que hagas, digas lo que digas, nadie podrá comprar o vender si no es con la marca de… Es hoy, ya, 1984, 2014, ayer comenzó la Primera Guerra Mundial, ¿o tal vez la Operación Salida de la DGT? ¿qué más da? No es necesario saber el final de la historia para saber que se repite. ¿Para qué quieres saber la fecha en la que el tren de los siglos te arrollará? 

Así que, si es por cuestión de posicionarme, en vista de lo inevitable, al menos que me pille alegre, erguido y con el pecho descubierto.

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