Alfredo Jalife-Rahme
Los juegos de vidéo de la série «Call of Duty: Modern Warfare» (los más vendidos a nivel mundial) presentan la confrontación entre Estados Unidos y Rusia con la guerra por el petróleo como telón de fondo. |
Los cronogramas, organigramas, infogramas y
genealogías son seminales para el análisis geopolítico. Dos días antes
del misterioso y letal misil que derribó en el cielo tempestuoso
ucraniano el avión de Malaysia Airlines –como todo lo recóndito que ha
ocurrido con sus dos recientes vuelos–, fue clausurada la histórica
VI cumbre del BRICS y su conexión con UNASUR, donde concurrieron
notablemente Colombia y Perú [1].
Un día antes del misil letal, Obama elevó la puja de las sanciones
contra Rusia y su binomio inextricable de la banca y los energéticos.
"Coincidiendo" el mismo día con el letal misil misterioso en los cielos
de Ucrania, «Netanyahu, jefe de un Estado nuclear, ordenaba a su ejército invadir la franja de Gaza»: apreciación sugerente de Fidel Castro, quien en su filípica acusa de «provocación insólita» al gobierno golpista de Ucrania bajo la férula de Estados Unidos [2].
¿Qué sabrá perturbadoramente el caribeño viejo zorro de mil batallas?
Mientras el misil misterioso derribaba el vuelo de Malaysia Airlines,
el Estado racista/paria/apartheid de Israel invadía la franja de Gaza,
lo cual le han puesto en desacato de las resoluciones de la ONU y de «aislarse con la opinión pública mundial», como señala el ex presidente Bill Clinton [3] y coincide marcadamente con mi opinión en la radio mexicana.
Al unísono de la «coincidencia» (Castro dixit) de las agendas
geopolíticas de Ucrania y Gaza, arreciaban los enfrentamientos sectarios
y energéticos en tres países árabes: Libia, Siria e Irak –tildados de «fallidos» por los estrategas de Estados Unidos–, sin contar las guerras de Yemen y Somalia.
Más allá de la interconectividad del torrencial flujo de armas entre
Libia, Siria e Irak en la geografía de Al-Qaeda/Al Nusra y el nuevo
califato Daesh [4],
lo fundamental para las trasnacionales petroleras/gaseras/acuíferas de
Estados Unidos/Gran Bretaña/Francia radica en el control de las materias
primas (gas y agua dulce) de Libia [5], donde Rusia y China se dejaron embaucar inocentemente.
Resulta aburridamente tautológico abundar sobre la captura del
petróleo de Irak, también balcanizado y vulcanizado, lo cual le ha
valido «una guerra de 30 años» de parte de la dupla anglosajona Estados Unidos/Gran Bretaña.
En mi reciente estadía en Damasco, donde fui entrevistado por Thierry Meyssan, el director del portal galo Red Voltaire, este me confió que la súbita voltereta de «Occidente» (whatever that means)
contra Bachar al-Assad se debió en gran medida –más allá del gas en su
costa del mar Mediterráneo– a sus pletóricos yacimientos de
hidrocarburos en tierra firme, que hoy se encuentran bajo control del «nuevo califato Daesh del siglo XXI».
La interconectividad petrolera/gasera vuelve a resaltar en Gaza
5 años después del operativo «Plomo Fundido», cuya estrategia es
refrendada por la operación «Escudo Defensivo» (sic) en curso,
sin una investigación concluyente sobre la culpabilidad del deleznable
asesinato de 3 jóvenes israelíes –como había previsto premonitoriamente
el "visionario" jefe del Mossad, Tamir Pardo [6] y que fue pretexto desproporcionado para la enésima invasión israelí en Gaza con sus atrocidades de infanticidio masivo.
Manlio Dinucci, del rotativo italiano Il Manifesto [7],
aduce que una de las causas del irredentismo israelí se debe a los
pletóricos yacimientos gaseros que Gaza posee en su zona marítima.
Asimismo, el pletórico gas de esquistos en la República Autónoma de
Donetsk –que busca la separación de Ucrania y/o la federación– muy bien
vale la feroz guerra sicológica de propaganda entre los multimedia
pro-estadounidenses y pro-rusos para echarse la culpa del derribo del
avión de Malaysia Airlines. ¿El derribo del avión de Malasia Airlines
pudo haber sido un operativo de «falsa bandera» del gobierno ucraniano que con «grabaciones», que muy bien pueden ser editadas, acusa de «terrorismo» a los separatistas para aplastarlos higiénicamente?
Hace dos meses, el canal de TV Russia Today, cada vez más
consultado en Latinoamérica para contrastar la intoxicación
desinformativa de los multimedia israelí-anglosajones –lo cual le ha
valido el exorcismo del secretario de Estado estadunidense, John Kerry–
destaca la importancia del gas de esquistos en Donetsk (la parte
oriental de Ucrania que busca su separación) y pregunta si «los intereses de las petroleras gigantes occidentales se encuentran detrás de la violencia» [8].
El oriente de Ucrania, hoy en plena guerra civil, posee «carbón y pletóricos yacimientos de gas shale en la cuenca Dnieper-Donets».
En Donetsk la petrolera británica Shell firmó en febrero de 2013 un
acuerdo de reparto de utilidades por 50 años con el gobierno de Ucrania
(Nota: el anterior gobierno depuesto por los golpistas neonazis
apuntalados por Estados Unidos) para explorar y extraer su gas de
esquistos [9].
Russia Today argumenta que son tan elevadas «las ganancias que Kiev no desea perder», por lo que ha emprendido una desproporcionada «campaña militar contra su propia población».
Chevron firmó un acuerdo similar el año pasado (con el mismo gobierno depuesto) por 10 000 millones de dólares.
Hunter Biden, hijo del vicepresidente de Estados Unidos, acaba de ser
nombrado en el consejo directivo de Burisma, el mayor productor privado
(¡supersic!) de gas en Ucrania [10], lo cual «coloca la explotación del gas de esquistos ucraniano en una nueva perspectiva»”, porque «posee licencias que cubren la cuenca de Dnieper-Donets».
Kerry no se queda atrás en el reparto de utilidades y Devon Archer, su
anterior asesor y compañero de dormitorio de su hijastro, pertenece
desde abril a la polémica Burisma.
¿Sirven las "licencias" de enajenación catastral para explotar el gas
de esquistos ucraniano como "licencias para asesinar" inocentes?
¿El fracking del gas de esquistos fractura a Ucrania? Tal ha sido la
tónica de la trágica historia de los hidrocarburos en el siglo XX y su
explotación por las petroleras «occidentales».
Que conste que en todos los frentes bélicos enunciados –Ucrania,
Gaza, Irak, Siria y Libia– el común denominador son los hidrocarburos.
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