El Problema NO es del Niño, es del Sistema
No
hay duda. En todo el litoral Caribe y en La Guajira ya se siente la
sequía. Lo más grave no es la presencia del Niño sino de otros factores
que están agravando la muerte, sobre todo de niños y niñas. Mientras
los noticieros hablan de fallecimiento de niños y niñas guajiras por
desnutrición, nosotros preferimos llamarlas muertes por hambre.
Asumimos el concepto del médico Héctor Abad Gómez, destacado dirigente
de los derechos humanos asesinado en Medellín, quien en una ocasión dijo
"la desnutrición es un eufemismo de los expertos para no hablar de
hambre. Por eso hay que llamarla como tal: todos los tipos de
desnutrición, sea aguda, crónica o global, implican experiencias largas o
cortas de hambre" (1).
Cada día mueren dos menores por hambre y abandono en la comunidad
Mapashira de Manaure, donde está la mayor producción de sal que abastece
el mercado nacional. Y en cada casa de este poblado ha muerto un
habitante producto de esta situación. En el centro Hospitalario de
Nuestra Señora de los Remedios, de Riohacha, en cuatro meses habían
muerto 14 niños por falta de comida. La cifra es espantosa. La más
afectada, en un 98 por ciento es el pueblo Wayúu.
El que fue director del Instituto de Bienestar Familiar (ICBF), Marco
Aurelio Zuluaga, dijo que era mentira que en La Guajira hubiesen muerto
de hambre 4 mil niños en los últimos años. “Están haciendo un gran daño
entregando cifras al garete. No hay cifras. No son 4 mil ni 3 mil los
muertos, esas cifras hay que ordenarlas” (2). Muy grave que no haya un
ordenamiento ni un compilado de información lo que dice mucho de la
seriedad de una institución cuyo objetivo primordial es la atención al
menor y su bienestar. Una institución así no merece seguir existiendo.
Y hay funcionarios que culpabilizan a los mismos indígenas de sus
muertes. César Arizmendi, secretario de Planeación de La Guajira,
sustentó que solo se registran casos de niños muertos por desnutrición a
orillas de las carreteras. La explicación es que desierto adentro los
indígenas no recurren a los hospitales, porque no existen o no tienen
carné de una Empresa prestadora de salud (EPS), o porque no tienen cómo
transportarse (3).
La Defensoría del Pueblo había alertado. Un informe en el 2013 producto
de una comisión encontró que, además de la falta de comida, los
indígenas Wayúu no tienen agua potable ni servicios de salud adecuados.
Según la Defensoría se debían tomar medidas integrales para atender
seguridad alimentaria de indígenas en La Guajira. Y en debate en el
Congreso de la República llamado de control en el mismo año 2013 la
Defensoría repitió el mismo llamamiento (4).
Se violan todos los derechos
No hay duda de que en La Guajira ha operado una especie de muerte
anunciada donde el capitalismo necesita de las muertes y la pobreza para
poder vivir, es un consumidor adicto de ellas. Y es cierto lo que dice
la Defensoría que son muertes perfectamente evitables, injustificables
donde el gobierno nacional es responsable por acción u omisión. La
situación que vive el pueblo guajiro es de una alta violación a sus
derechos a la vida, a la salud, la dignidad e integridad, los derechos
de sus niños, niñas y adolescentes, a su alimentación y a su educación.
Una muestra. El desabastecimiento de agua es en todo el departamento,
pero más grave en la alta y media Guajira, donde en el municipio de
Uribia sólo hay una cobertura del 5,3 por ciento de acueducto y
alcantarillado. Esta crisis de agua viola toda la legislación nacional y
de la ONU sobre el derecho al suministro de un mínimo vital de agua, el
cual ha sido ejecutado tan sólo en Bogotá de la mano de un gobierno
alternativo.
Las únicas entidades que no reportan crisis de agua son las empresas
transnacionales del carbón, quienes tienen el manejo exclusivo de las
aguas y disponen del desvío de caños, arroyos y ríos. La empresa del
Cerrejón pretende desviar el arroyo Bruno que abastece de agua al
municipio de Albania y Maicao. Antes lo pretendió hacer lo mismo con el
río Rancherías, derrotada en sus propósitos por la movilización del
pueblo y el apoyo nacional.
La cuestión de la alimentación es grave. El Programa de Alimentación y
Nutrición (PAN) para La Guajira, sólo funciona durante 10 meses. Pero,
lo que más causa indignación es la dieta alimenticia que entregan a los
niños. Para un mes entregan un kilo de carne, dos panelas, un kilo de
arroz, un huevo para dos niños. Y el ICBF en un programa, llamado
Recuperación integral, le entrega a cada niño 500 gramos de maíz blanco,
500 gramos de queso, seis huevos, 132 gramos de leche, 180 gramos de
azúcar y cuatro panes de 100 pesos. Con razón hay muerte por hambre en
La Guajira con esta dieta que no es suficiente para una sana y
equilibrada alimentación.
La crisis política
A todo el panorama anterior se suma una maldición más a La Guajira, la
crisis política en que está sumida, saqueada por la corrupción, atrapada
por los poderes mafiosos y paramilitares que se disputan el control
político del departamento. Los dos grupos que se pelearon la Gobernación
se acusaron unos a otros de tener nexos con bandas criminales. La pelea
entre ellos viene dada por quien es más bandido y delincuente, quien
roba más y quien se adueñaría más del patrimonio, quien utilizará más
sicarios, más paramilitares y más fuerza pública para seguir haciendo
presencia amada en toda la región y asegurar la gobernabilidad de los
peculados, los negociados y las puertas abiertas a las transnacionales y
a todo lo que suene ilícito.
En el debate electoral que escogió nuevo gobernador no se hizo mención
de la hambruna, de los niveles crueles de explotación a las comunidades
indígenas y a los pobres de La Guajira a través del sistema de las grúas
humanas, ni de las crisis de las instituciones, puesto que ambos
movimientos son los auspiciadores y responsables de la debacle del
departamento. En La Guajira se ha perfilado un estado regional narco
paramilitar (5). Ambos grupos tienen cercanías a Santander Lopesierra,
conocido como “el hombre Marlboro”, extraditado a los Estados Unidos,
por lavado de narco dólares. El actual gobernador, el elegido en las
elecciones atípicas es primo hermano de Lopesierra.
Los braceros, coteros o grúas humanas
En los puertos de La Guajira, sobre todo en Puerto Nuevo, prevalece un
sistema laboral donde son los seres humanos a punta de fuerza física
cargan en los hombros las toneladas de mercancías que llegan en los
barcos. No hay un sistema mecánico de descargue. Los hacen los braceros o
coteros, llamados grúas humanas.
Ellos transportan día y noche, a sus espaldas las cajas donde vienen
todo tipo de artefactos desde llantas de tractor, televisores,
ventiladores, neveras, estufas y otros. No tienen donde dormir y lo
hacen donde les llega la noche, no hay servicio de alimentación, no
tienen un salario básico ni ninguna prestación social. Carecen de todas
las garantías, la única de ellas es que después de varios días recibirán
30 mil pesos. Y el puerto es considerado Zona aduanera especial, es
decir, hay exenciones tributarias para los productos, para que se pueda
beneficiar la economía del departamento y la local.
Allí no hay oficina de trabajo y prevención social. La presencia es del
estado narco paramilitar. Una situación parecida a la de Buenaventura:
un dios verdadero, el neoliberalismo gansteril, produciendo extermino,
sometimiento, explotación, desarraigo y muerte a dos naciones, dos
comunidades culturales históricas, los pueblos afros y pueblos
indígenas.
Responder por los mínimos de vida
En La Guajira es evidente el fracaso de la Locomotora minera que no ha
proporcionado desarrollo y prosperidad a sus habitantes. Y lo que va
quedando claro es que la salida a la crisis de La Guajira no vendrá de
las manos de las transnacionales que han azotado, como plaga, el suelo y
las riquezas guajiras. Estas han sido las culpables de esta larga
tragedia y los malos gobiernos. En La Guajira no hay Estado ni gobiernos
que representen a la mayoría de la población y al pueblo indígena
Wayúu. Hay una crisis de la cual sale mal librada la mayoría de la
población.
Hay que preguntarse por qué países como Libia lograron darle soluciones
técnicas al abastecimiento de agua asumiendo decisiones políticas y
medidas económicas, construyendo infraestructuras que irrigaron agua por
todo el territorio, ¿Por qué esto no se logra en Colombia, que ocupa el
quinto puesto en disposición de aguas en el mundo, donde todavía un 10
por ciento de la población no logra tener acceso al líquido de la vida?
(6).
Tuvo razón el finado presidente Chávez cuando dijo que “no hay que
cambiar el clima, hay que cambiar el sistema” (6). Y en palabras de los
guajiros, “la cosa no es que no llueva, la pregunta es ¿por qué ha
dejado de llover? (7).
La Guajira necesita un Plan Humanitario. Y no vengan a decirnos que no
hay suficientes recursos económicos, para desplegar este plan que
garantice la vida del pueblo guajiro. Recuperando lo robado por los
empresarios de la política se financiaría este Plan y alcanzaría para
mucho más.
Así como se hacen operaciones financieras de salvamentos a los bancos y
a las empresas de los poderosos, hay que movilizar recursos, que el
gobierno nacional comprometa los recursos económicos necesarios, se
generen nuevos dispositivos, institucionales especiales, porque los
actuales están carcomidos por la narco política, se asegure la
participación de las comunidades, de instituciones probadas en acciones
humanitarias, con la supervisión de una comisión de congresistas de
probada honestidad y servicio a la ciudadanía.
El Plan debe hacer concreto el suministro de agua potable gratuita para
toda la población, para el 90 por ciento que carece de ella; garantizar
un Plan de alimentación con una dieta balanceada, suficiente, según los
estándares internacionales; disponer de un servicio de salud de
emergencia, de energía. Adelantar un plan de construcción de vivienda
que tenga en cuentas las características culturales de la población y
garantizar un ingreso salarial digno y dignificar el trabajo de los
asalariados de los puertos. Redistribuir la riqueza para erradicar el
hambre y la muerte por pobreza.
Al mismo tiempo que se dispone de un Plan Humanitario se debe echar a
andar otro de desarrollo infraestructural y productivo teniendo en
cuenta las identidades culturales de la población. No hay duda que
también necesitamos dignificar la política y sacudir los cimientos del
estado narco paramilitar de La Guajira.
Hay que abrir un gran debate nacional en todos los escenarios, porque
La Guajira es de todos los colombianos. Porque lo que pasa en La Guajira
es un acontecer diario en muchos territorios de la patria. Lo de La
Guajira no es la excepción, confirma lo que se ha establecido en nuestro
país como una regla.
Notas
1. Citado por “En Colombia se padecen todas las formas de hambre” de
Sara Eloísa Castillo Matamoros. Razón Pública, julio 28 del año 2014.
2. Página web Dracamandaca poder informativo sin fronteras.
3. Ibíd.
4. Ver artículos de crisis política en La Guajira de los portales Razón Pública y la Silla Vacía.
5. Según la Defensoría del Pueblo publicado en El Espectador, Bogotá,
23 de julio de 2014, el 10 por ciento de los municipios de Colombia
enfrenta crisis de falta de agua potable.
6. Discurso del presidente Chávez en Copenhague, XV Conferencia
Internacional de la Organización de Naciones Unidas sobre Cambio
Climático, 16 de diciembre de 2009.
7. Palabras de Miguel Iván Ramírez Boscán y Mileydis Polanco Gómez,
miembros de La Red de Comunicación del Pueblo Wayuu, en la nota
periodística de 2 orillas, julio de 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario