El Atentado de Falsa Bandera 11M.
Las mentiras de los trenes (1º Parte)
"Internet es un arma revolucionaria y quienes planificaron la operación de encubrimiento del 11-M jamás pensaron en el verdadero poder de la red de redes. Internet puede ser un arma de control en manos de los gobiernos, pero también puede ser un arma de defensa aún más poderosa en manos de ciudadanos dispuestos a defender los derechos democráticos.”
LAS MENTIRAS DE LOS TRENES
Durante dos años y medio, nos hicieron mirar para otro lado. En lugar de mirar hacia los trenes, nos hicieron fijar nuestra atención en una furgoneta de Alcalá. En lugar de hablar de los análisis del explosivo de los trenes, nos hablaron del explosivo encontrado en una comisaría de Puente de Vallecas.
En lugar de decirnos qué iniciadores se pudieron reconstruir a partir de las muestras recogidas en los trenes, nos presentaron un teléfono móvil hallado en Vallecas y nos hicieron mantener la mirada fija en él mientras nos conducían hasta un locutorio de Lavapiés.
Como en los trucos de magia, en los que el prestidigitador atrae nuestra atención con la mano derecha mientras con la izquierda prepara el mazo de cartas, también el 11-M nos sometieron a un ejercicio de ilusionismo.
Todo lo que se hizo, desde un principio, no estaba destinado a otra cosa que a apartar nuestra vista, y
la del juez, de aquellos trenes reventados donde 192 personas fueron asesinadas. Había que presentar a la opinión pública una realidad virtual y hacer que mantuviera su vista fija en ella. Había que hacerla mirar hacia otro lado.
SE HAN OCULTADO LOS INFORMES DE ANÁLISIS DE LOS FOCOS DE EXPLOSIÓN
El día 11 de marzo, estallaron diez bombas en cuatro trenes de la línea Guadalajara-Atocha, repletos de público a esa hora. Esas diez bombas causaron la muerte a 192 personas y heridas a más de mil setecientas.
Además de esas diez bombas que estallaron, los Tedax hicieron detonar otras dos bombas de manera controlada en las propias estaciones.
Cuando estalla una bomba, la Policía recoge muestras en los focos de explosión para analizarlas y así determinar el tipo de explosivo utilizado.
Existen algunos explosivos que no dejan ningún resto, o muy pocos, pero la mayoría de los explosivos sí que dejan restos casi siempre. Por ejemplo, la Goma-2 ECO o el Titadyne (que son dos marcas comerciales de dinamita) sí que dejan restos. A lo largo de los últimos años, ETA ha puesto centenares de bombas, y sólo en un puñado de ocasiones no se encontraron los restos suficientes como para poder identificar el explosivo empleado.
El 11-M, la Policía recogió restos en los focos de explosión, como hace siempre. Y esos restos se hicieron analizar , como es la costumbre. Sin embargo, dos años y medio después de la masacre, seguimos sin saber qué fue lo que estalló en los trenes, porque a la opinión pública y al juez se le han ocultado cuidadosamente los resultados de los análisis realizados a esos restos.
Al juez había que haberle enviado un informe donde se indicaran los componentes químicos detectados en cada foco de explosión.
Conociendo los componentes químicos concretos, es posible determinar el tipo de explosivo, o al menos descartar algunos explosivos determinados.
Sin embargo, lo único que se le envió al juez (mes y medio después de los atentados) fue un resumen donde se decía que se habían encontrado “componentes genéricos” de dinamita en ocho de los diez focos de explosión, sin especificar cuáles eran esos componentes.
A pesar de que lo han pedido las acusaciones particulares que representan a las víctimas, a pesar de las denuncias efectuadas desde la prensa independiente y a pesar de que el partido de la oposición ha exigido que se entreguen esos informes, siguen sin hacerse públicos los análisis detallados de los explosivos empleados en los trenes.
Durante dos años y medio, nos han estado diciendo que las bombas de los trenes utilizaban Goma-2 ECO. El único argumento que dan para decirnos que los terroristas usaron Goma-2 ECO es que en la mochila de Vallecas (que apareció muchas horas después del atentado en una comisaría) se encontró ese explosivo. Sin embargo, se niegan a publicar los análisis de los focos de explosión de los trenes.
Como veremos a continuación, existen graves sospechas de que la razón por la que se ocultan esos análisis es porque, en realidad, en los trenes no se usó Goma- 2 ECO. Y el problema es que, si no se hubiera usado Goma-2, toda la versión oficial se derrumba.
“Todavía no sabemos la verdad, pero sí hemos cerrado ya la primera fase, demostrando la falsedad de la versión oficial. Y ahora es cuando podemos comenzar a abordar la siguiente fase: la de determinar qué fue lo que realmente pasó.”
NO SE ENVIARON LAS MUESTRAS A LA POLICÍA CIENTÍFICA
Son muchas las irregularidades que condujeron a que sigamos sin saber qué explotó en los trenes. Para empezar, las muestras recogidas en los focos de explosión de los trenes hubieran debido enviarse a la Policía Científica, que es quien se encarga de realizar todos los análisis en las investigaciones.
En lugar de eso, las muestras recogidas en los trenes se enviaron a la Unidad Central de Desactivación de Explosivos (los Tedax), que no dispone de laboratorios tan sofisticados.
A la Policía Científica sólo se le permitió analizar los explosivos encontrados fuera de los trenes (por ejemplo, el explosivo encontrado en la furgoneta de Alcalá o el de la mochila de Vallecas). Pero las muestras encontradas en los trenes, que eran las verdaderamente importantes, se guardaron cuidadosamente en poder de los Tedax.
Ni siquiera se cumplieron los protocolos en lo que a los Tedax se refiere. Porque el protocolo marca que, si esas muestras se envían a los Tedax, deben enviarse a la sede del grupo de Tedax provincial, no a la Unidad Central. Así se recoge en la declaración del jefe provincial de los Tedax ante el juez el Olmo.
Nadie ha querido explicar todavía por qué se quiso mantener al margen a la Policía Científica. Más adelante veremos que no es este el único caso, dentro de las investigaciones del 11-M, en que se actuó así.
SI HABÍA NITROGLICERINA, ENTONCES NO ERA GOMA-2 ECO
Así pues, no se enviaron las muestras a la Policía Científica, sino que las analizaron los Tedax. Y en lugar de dar los análisis completos, lo único que se le ha dicho al juez es que aparecieron “componentes genéricos de dinamita”, sin indicar cuáles.
Pero entonces, si se niegan a entregar los informes de análisis de los explosivos, ¿cómo podemos saber qué explosivo se utilizó en los trenes?
Existe un dato que nos puede ayudar. En su declaración ante la Comisión 11-M, el jefe de los Tedax, Sánchez-Manzano declaró que en los focos de los trenes se había detectado nitroglicerina, que es uno de los componentes de algunas dinamitas.
Las marcas comerciales de dinamitas se fabrican utilizando componentes diferentes, pero todas ellas tienen algo en común y es que todas se fabrican empleando uno o más de los siguientes tres componentes fundamentales: nitroglicerina, nitroglicol y nitrato amónico. Por ejemplo, la dinamita Titadyne tiene estos tres componentes fundamentales, además de algunos otros componentes complementarios. La dinamita Goma-2 ECO, por su parte, sólo tiene dos de esos tres componentes fundamentales: nitroglicol y nitrato amónico (no contiene nitroglicerina).
¿Se da cuenta del problema que plantean las declaraciones del jefe de los Tedax, Sánchez-Manzano, ante la Comisión 11-M? La Goma-2 ECO es, precisamente, uno de los tipos de dinamita que no contiene nitroglicerina.
Por tanto, si Sánchez-Manzano dijo la verdad, significaría que si no nos enseñan los análisis de los focos de explosión es porque en ellos aparece nitroglicerina, lo que implicaría que no se utilizó Goma-2 ECO en las bombas de los trenes.
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