http://www.informationclearinghouse.info/article32743.htm
Por: Washington's Blog
No se necesitaban armas atómicas para
terminar la guerra o salvar vidas
¿La verdadera
explicación?
History.com
señala:
A lo largo de
los años desde el lanzamiento de las dos bombas atómicas sobre Japón, una serie
de historiadores han sugerido que las armas tenían un doble objetivo… Se ha
sugerido que el segundo objetivo era hacer una demostración de la nueva arma de
destrucción masiva a la Unión Soviética. En agosto de 1945, las relaciones con
la Unión Soviética se habían deteriorado considerablemente. La Conferencia de
Potsdam entre el presidente de EE.UU., Harry S. Truman, el líder ruso José
Stalin y Winston Churchill (antes de ser reemplazado por Clement Attlee)
terminó solo cuatro días antes del bombardeo de Hiroshima. La reunión estuvo
marcada por recriminaciones y sospechas entre estadounidenses y soviéticos. Los
ejércitos rusos ocupaban la mayor parte de Europa Oriental. Truman y muchos de
sus consejeros esperaban que el monopolio atómico de EE.UU. ayudase a presionar
diplomáticamente a los soviéticos. De esta manera, el lanzamiento de la bomba
atómica en Japón se puede ver como el primer disparo de la Guerra Fría.
New Scientist
informó en 2005:
La decisión de
EE.UU. de lanzar bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945, tenía el
propósito de comenzar la Guerra Fría más que de terminar la Segunda Guerra
Mundial, según dos historiadores nucleares que dicen que tienen nueva evidencia
que respalda la controvertida teoría.
Dicen que el
objetivo de una reacción de fisión en varios kilógramos de uranio y plutonio y
de la matanza de más de 200.000 personas hace 60 años, fue más impresionar a la
Unión Soviética que doblegar a Japón. Y el presidente de EE.UU. que tomó la
decisión, Harry Truman, fue el culpable, agregan.
“Sabía que
estaba iniciando el proceso de aniquilación de la especie”, dice Peter Kuznick,
director del Instituto de Estudios Nucleares en la American University en
Washington DC, US. “No fue solo un crimen de guerra, fue un crimen contra la
humanidad.”
***
[La explicación
convencional del uso de las bombas para terminar la guerra y salvar vidas] es
cuestionada por Kuznick y Mark Selden, un historiador de la Universidad Cornell
en Ithaca, Nueva York, EE.UU.
***
Nuevos estudios
de los archivos diplomáticos estadounidenses, japoneses y soviéticos sugieren
que el principal motivo de Truman fue limitar la expansión soviética en Asia,
afirma Kuznick. Japón se rindió porque la Unión Soviética inició una invasión
unos días después del bombardeo de Hiroshima, no debido a las bombas atómicas
en sí, dice.
Según un informe
de Walter Brown, asistente del secretario de Estado de EE.UU. de la época,
James Byrnes, tres días antes del lanzamiento de la bomba en Hiroshima, en una
reunión Truman reconoció que Japón “busca la paz”. Sus generales del ejército,
Douglas Macarthur y Dwight Eisenhower, y su jefe de Estado Mayor naval William
Leahy, dijeron a Truman que no existía ninguna necesidad militar de utilizar la
bomba.
“Impresionar a
Rusia era más importante que terminar la guerra en Japón”, dice Selden.
John Pilger
señala:
El secretario de
Guerra de EE.UU., Henry Stimson, dijo al presidente Truman que “temía” que la
fuerza aérea de EE.UU. hubiera bombardeado tanto a Japón que la nueva arma no
podría “mostrar su fuerza”. Más adelante admitió que “no se hizo ningún
esfuerzo, y ninguno se consideró seriamente, para lograr simplemente la
rendición con el fin de no tener que usar la bomba”. Sus colegas de la política
exterior estaban ansiosos “de intimidar a los rusos con la bomba en lugar de
portarla ostentosamente”. El general Leslie Groves, director del Manhattan
Project, testificó: “Nunca hubo pensé en que Rusia era nuestro enemigo y que el
proyecto se llevó a cabo sobre esa base”. Al día siguiente de la destrucción de
Hiroshima, el presidente Truman expresó su satisfacción por el “abrumador éxito
del experimento”.
Dejamos la
última palabra al profesor de economía política de la Universidad de Maryland,
exdirector legislativo en la Cámara de Representantes y el Senado de EE.UU. y
asistente especial en el Departamento de Estado, Gar Alperovitz:
Aunque la
mayoría de los estadounidenses lo ignora, cada vez más historiadores reconocen
ahora que EE.UU. no tuvo necesidad de utilizar la bomba atómica para terminar
la guerra contra Japón en 1945. Además, esta opinión esencial fue expresada por
mayoría de los máximos dirigentes militares estadounidenses en las tres ramas
de las fuerzas armadas en los años posteriores a la guerra: Ejército, Armada, y
Fuerza Aérea del Ejército. Tampoco fue la opinión de “liberales”, como se
piensa a veces en la actualidad. En los hechos, destacados conservadores fueron
mucho más sinceros en el cuestionamiento de la decisión como injustificada e
inmoral que los liberales estadounidenses en los años posteriores a la Segunda
Guerra Mundial.
***
En lugar de permitir
otras opciones para terminar la guerra, como que los soviéticos atacaran Japón
con fuerzas terrestres, EE.UU. se apresuró a utilizar dos bombas atómicas en
torno a la fecha del 8 de agosto en la que estaba programado un ataque
soviético: Hiroshima el 6 de agosto y Nagasaki el 9 de agosto. La oportunidad
en sí ha provocado obviamente preguntas entre numerosos historiadores. La
evidencia disponible, aunque no concluyente, sugiere fuertemente que en parte
las bombas pudieron utilizarse porque los dirigentes estadounidenses
“prefirieron” –como dice el historiador premiado con el Premio Pulitzer, Martin
Sherwin– terminar la guerra con las bombas en lugar del ataque soviético.
Parece que es probable que también fuera un factor significativo el intento de impresionar
a los soviéticos en las primeras fintas diplomáticas que finalmente llevaron a
la Guerra Fría.
***
La perspectiva
más esclarecedora, sin embargo, proviene de altos dirigentes militares
estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial. La creencia generalmente aceptada
de que la bomba atómica salvó un millón de vidas está tan generalizada que… la
mayoría de los estadounidenses ni siquiera se han detenido a considerar algo
bastante impactante para cualquiera que se haya preocupado seriamente del tema:
La mayoría de los máximos dirigentes militares de EE.UU. no solo pensaba que
los bombardeos eran innecesarios e injustificados, muchos se sintieron
ofendidos moralmente por lo que consideraron como la destrucción innecesarias
de ciudades japonesas y esencialmente de poblaciones no combatientes. Además,
hablaron del tema de un modo bastante abierto y público.
***
Poco antes de su
muerte el general George C. Marshall defendió tranquilamente la decisión, pero
en general consta que dijo repetidamente que no fue una decisión militar sino
política.
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