http://www.informationclearinghouse.info/article32743.htm
Por: Washington's Blog
No se necesitaban armas atómicas para
terminar la guerra o salvar vidas
¿Por qué se
lanzaron las bombas en ciudades pobladas y sin valor militar?
Incluso los
oficiales militares que estaban a favor del uso de armas nucleares preferían
que se utilizaran en áreas no pobladas u objetivos militares japoneses… no en
las ciudades.
Por ejemplo el
asistente especial del secretario de la Armada, Lewis Strauss, sugirió a su
jefe, James Forrestal, que bastaría una demostración no letal de armas atómicas
para convencer a los japoneses de que se rindieran… y el secretario de la
Armada estuvo de acuerdo. (pg. 145, 325):
Sugerí al
secretario Forrestal que se hiciese una demostración del arma antes de
utilizarla. En primer lugar porque era obvio para un número de personas,
incluyéndome a mí, que la guerra casi había terminado. Los japoneses estaban
prácticamente listos para capitular… mi propuesta al secretario fue que se
debía hacer la demostración del arma en un área accesible a observadores
japoneses y donde sus efectos serían dramáticos. Recuerdo haber sugerido que un
sitio adecuado para una demostración de ese tipo sería un gran bosque de cedros
japoneses no lejos de Tokio. El cedro japonés es la versión japonesa de nuestra
secoya… Supuse que una bomba detonada a una altura adecuada sobre un bosque
semejante… esparciría los árboles desde el centro de la explosión en todas
direcciones como si fueran fósforos y por supuesto les prendería fuego en el
centro. Pensaba que una demostración de este tipo demostraría a los japoneses
que podíamos destruir a voluntad cualquiera de sus ciudades… El secretario
Forrestal estuvo completamente de acuerdo con la recomendación…
Me parecía que
no era necesaria un arma semejante para acabar con la guerra, y que una vez que
se utilizase se incorporaría a los armamentos del mundo…
El general
George Marshall estuvo de acuerdo:
Algunos documentos
contemporáneos muestran que Marshall pensaba que “esas armas se podrían
utilizar primero contra objetivos militares propiamente tales como una gran
instalación naval y entonces, si no se lograba un resultado total con su
efecto, pensaba que deberíamos determinar una serie grandes áreas
manufactureras en las que se avisaría a la gente de que se fuera y advirtiendo
a los japoneses de que teníamos la intención de destruir esos centros…”
Como sugiere el
documento sobre los puntos de vista de Marshall, la pregunta de si se
justificaba el uso de la bomba atómica se concentra… en si las bombas tenían
que usarse contra un objetivo mayormente civil en lugar de un objetivo
estrictamente militar, lo que en los hechos era la alternativa explícita, ya
que aunque había soldados japoneses en las ciudades, los planificadores
estadounidenses no consideraban vitales a Hiroshima ni Nagasaki desde el punto
de vista militar. (Es uno de los motivos por los que hasta entonces no se había
bombardeado con fuerza a ninguna de ellas). Además los ataques [en Hiroshima y
Nagasaki] apuntaban explícitamente a instalaciones no militares rodeadas de
viviendas de trabajadores.
Los
historiadores están de acuerdo en que la bomba no era necesaria
Los
historiadores están de acuerdo en que no era necesario utilizar bombas
nucleares para detener la guerra o salvar vidas.
Como señala el
historiador Doug Long:
El historiador
de la Comisión Reguladora Nuclear de EE.UU., J. Samuel Walker, ha estudiado la
historia de la investigación sobre la decisión de utilizar armas nucleares en
Japón. En su conclusión escribe: “El consenso entre los expertos es que la
bomba no era necesaria para evitar una invasión de Japón y terminar la guerra
dentro de un plazo relativamente corto. Es obvio que existían alternativas a la
bomba y que Truman y sus consejeros lo sabían” (J. Samuel Walker, The
Decision to Use the Bomb: A Historiographical Update, Diplomatic History,
Winter 1990, pg. 110).
Los políticos
estaban de acuerdo
Muchos políticos
de alto nivel estaban de acuerdo. Por ejemplo, Herbert Hoover dijo, (pg. 142):
Los japoneses
estaban dispuestos a negociar definitivamente desde febrero de 1945… hasta que
se lanzaron las bombas atómicas, … si se hubieran tenido en cuenta esas señales
no habría habido ocasión alguna para lanzar las bombas [atómicas].
El subsecretario
de Estado, Joseph Grew, señaló (pg. 29-32):
A la luz de la
evidencia disponible otras personas y yo pensábamos que si una declaración tan
categórica sobre [el mantenimiento de] la dinastía se hubiera emitido en mayo
de 1945, los elementos favorables a la rendición en el gobierno [japonés]
podrían haber obtenido a través de una declaración semejante una razón válida y
la fuerza necesaria para llegar a una decisión claramente definida.
Si la rendición
hubiera tenido lugar en mayo de 1945, o incluso en junio o julio, antes de la
entrada de la Rusia soviética en la guerra [en el Pacífico] y del uso de la
bomba atómica, el ganador habría sido el mundo.
¿Entonces por
qué se lanzaron las bombas atómicas en Japón?
Si el
lanzamiento de bombas nucleares no era necesario para acabar la guerra o salvar
vidas, ¿por qué se tomó la decisión de lanzarlas? ¿Especialmente a pesar de las
objeciones de tantos altos personajes militares y políticos?
Una teoría es
que a los científicos les gusta jugar con sus juguetes:
El 9 de
septiembre de 1945 se citó ampliamente en público al almirante William F.
Halsey, comandante de la Tercera Flota, declarando que la bomba atómica se usó
porque los científicos tenían un “juguete y querían probarlo…” Además señaló:
“La primera bomba atómica fue un experimento innecesario… Fue un error
lanzarla”.
Sin embargo, la
mayoría de los científicos del Proyecto Manhattan que desarrollaron la bomba
atómica se oponían a utilizarla en Japón.
Albert Einstein
–un importante catalizador del desarrollo de la bomba atómica (pero que no
estaba directamente conectado con el Proyecto Manhattan)– dijo algo diferente:
“La mayoría de
los científicos se opuso a usan de repente la bomba atómica”. Según Einstein,
el lanzamiento de la bomba fue una decisión política-diplomática más que una
decisión militar o científica.
Por cierto,
algunos de los científicos del Proyecto Manhattan escribieron directamente al
secretario de Defensa en 1945 para intentar disuadirlo de lanzar la bomba:
Creemos que
estas consideraciones hacen que el uso de bombas nucleares en un anticipado y
no anunciado ataque a Japón no sea aconsejable. Si EE.UU. fuera el primero en
introducir este nuevo medio de destrucción indiscriminada a la humanidad,
sacrificaría el apoyo público en todo el mundo, precipitaría la carrera
armamentista, y perjudicaría la posibilidad de lograr un acuerdo internacional
sobre el control futuro de tales armas.
Political and Social Problems,
Manhattan Engineer District Records, Harrison-Bundy files, folder # 76,
National Archives (contenido también en: Martin Sherwin, A World Destroyed,
edición 1987, pg. 323-333).
Los científicos
cuestionaron la capacidad de destruir ciudades japonesas con bombas atómicas
para lograr la rendición cuando la destrucción de las ciudades con bombas
convencionales no lo había hecho y –como algunos de los oficiales militares
antes mencionados– recomendó una demostración de la bomba atómica en Japón en
un área deshabitada.
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