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24 octubre, 2012

La verdadera razón por la cual EE.UU. utilizó armas nucleares contra Japón (2)



http://www.informationclearinghouse.info/article32743.htm 
Por: Washington's Blog


No se necesitaban armas atómicas para terminar la guerra o salvar vidas


¿Por qué se lanzaron las bombas en ciudades pobladas y sin valor militar?
Incluso los oficiales militares que estaban a favor del uso de armas nucleares preferían que se utilizaran en áreas no pobladas u objetivos militares japoneses… no en las ciudades.
Por ejemplo el asistente especial del secretario de la Armada, Lewis Strauss, sugirió a su jefe, James Forrestal, que bastaría una demostración no letal de armas atómicas para convencer a los japoneses de que se rindieran… y el secretario de la Armada estuvo de acuerdo. (pg. 145, 325):
Sugerí al secretario Forrestal que se hiciese una demostración del arma antes de utilizarla. En primer lugar porque era obvio para un número de personas, incluyéndome a mí, que la guerra casi había terminado. Los japoneses estaban prácticamente listos para capitular… mi propuesta al secretario fue que se debía hacer la demostración del arma en un área accesible a observadores japoneses y donde sus efectos serían dramáticos. Recuerdo haber sugerido que un sitio adecuado para una demostración de ese tipo sería un gran bosque de cedros japoneses no lejos de Tokio. El cedro japonés es la versión japonesa de nuestra secoya… Supuse que una bomba detonada a una altura adecuada sobre un bosque semejante… esparciría los árboles desde el centro de la explosión en todas direcciones como si fueran fósforos y por supuesto les prendería fuego en el centro. Pensaba que una demostración de este tipo demostraría a los japoneses que podíamos destruir a voluntad cualquiera de sus ciudades… El secretario Forrestal estuvo completamente de acuerdo con la recomendación…
Me parecía que no era necesaria un arma semejante para acabar con la guerra, y que una vez que se utilizase se incorporaría a los armamentos del mundo…
El general George Marshall estuvo de acuerdo:
Algunos documentos contemporáneos muestran que Marshall pensaba que “esas armas se podrían utilizar primero contra objetivos militares propiamente tales como una gran instalación naval y entonces, si no se lograba un resultado total con su efecto, pensaba que deberíamos determinar una serie grandes áreas manufactureras en las que se avisaría a la gente de que se fuera y advirtiendo a los japoneses de que teníamos la intención de destruir esos centros…”
Como sugiere el documento sobre los puntos de vista de Marshall, la pregunta de si se justificaba el uso de la bomba atómica se concentra… en si las bombas tenían que usarse contra un objetivo mayormente civil en lugar de un objetivo estrictamente militar, lo que en los hechos era la alternativa explícita, ya que aunque había soldados japoneses en las ciudades, los planificadores estadounidenses no consideraban vitales a Hiroshima ni Nagasaki desde el punto de vista militar. (Es uno de los motivos por los que hasta entonces no se había bombardeado con fuerza a ninguna de ellas). Además los ataques [en Hiroshima y Nagasaki] apuntaban explícitamente a instalaciones no militares rodeadas de viviendas de trabajadores.
Los historiadores están de acuerdo en que la bomba no era necesaria
Los historiadores están de acuerdo en que no era necesario utilizar bombas nucleares para detener la guerra o salvar vidas.
Como señala el historiador Doug Long:
El historiador de la Comisión Reguladora Nuclear de EE.UU., J. Samuel Walker, ha estudiado la historia de la investigación sobre la decisión de utilizar armas nucleares en Japón. En su conclusión escribe: “El consenso entre los expertos es que la bomba no era necesaria para evitar una invasión de Japón y terminar la guerra dentro de un plazo relativamente corto. Es obvio que existían alternativas a la bomba y que Truman y sus consejeros lo sabían” (J. Samuel Walker, The Decision to Use the Bomb: A Historiographical Update, Diplomatic History, Winter 1990, pg. 110).
Los políticos estaban de acuerdo
Muchos políticos de alto nivel estaban de acuerdo. Por ejemplo, Herbert Hoover dijo, (pg. 142):
Los japoneses estaban dispuestos a negociar definitivamente desde febrero de 1945… hasta que se lanzaron las bombas atómicas, … si se hubieran tenido en cuenta esas señales no habría habido ocasión alguna para lanzar las bombas [atómicas].
El subsecretario de Estado, Joseph Grew, señaló (pg. 29-32):
A la luz de la evidencia disponible otras personas y yo pensábamos que si una declaración tan categórica sobre [el mantenimiento de] la dinastía se hubiera emitido en mayo de 1945, los elementos favorables a la rendición en el gobierno [japonés] podrían haber obtenido a través de una declaración semejante una razón válida y la fuerza necesaria para llegar a una decisión claramente definida.
Si la rendición hubiera tenido lugar en mayo de 1945, o incluso en junio o julio, antes de la entrada de la Rusia soviética en la guerra [en el Pacífico] y del uso de la bomba atómica, el ganador habría sido el mundo.
¿Entonces por qué se lanzaron las bombas atómicas en Japón?
Si el lanzamiento de bombas nucleares no era necesario para acabar la guerra o salvar vidas, ¿por qué se tomó la decisión de lanzarlas? ¿Especialmente a pesar de las objeciones de tantos altos personajes militares y políticos?
Una teoría es que a los científicos les gusta jugar con sus juguetes:
El 9 de septiembre de 1945 se citó ampliamente en público al almirante William F. Halsey, comandante de la Tercera Flota, declarando que la bomba atómica se usó porque los científicos tenían un “juguete y querían probarlo…” Además señaló: “La primera bomba atómica fue un experimento innecesario… Fue un error lanzarla”.
Sin embargo, la mayoría de los científicos del Proyecto Manhattan que desarrollaron la bomba atómica se oponían a utilizarla en Japón.
Albert Einstein –un importante catalizador del desarrollo de la bomba atómica (pero que no estaba directamente conectado con el Proyecto Manhattan)– dijo algo diferente:
“La mayoría de los científicos se opuso a usan de repente la bomba atómica”. Según Einstein, el lanzamiento de la bomba fue una decisión política-diplomática más que una decisión militar o científica.
Por cierto, algunos de los científicos del Proyecto Manhattan escribieron directamente al secretario de Defensa en 1945 para intentar disuadirlo de lanzar la bomba:
Creemos que estas consideraciones hacen que el uso de bombas nucleares en un anticipado y no anunciado ataque a Japón no sea aconsejable. Si EE.UU. fuera el primero en introducir este nuevo medio de destrucción indiscriminada a la humanidad, sacrificaría el apoyo público en todo el mundo, precipitaría la carrera armamentista, y perjudicaría la posibilidad de lograr un acuerdo internacional sobre el control futuro de tales armas.
Political and Social Problems, Manhattan Engineer District Records, Harrison-Bundy files, folder # 76, National Archives (contenido también en: Martin Sherwin, A World Destroyed, edición 1987, pg. 323-333).
Los científicos cuestionaron la capacidad de destruir ciudades japonesas con bombas atómicas para lograr la rendición cuando la destrucción de las ciudades con bombas convencionales no lo había hecho y –como algunos de los oficiales militares antes mencionados– recomendó una demostración de la bomba atómica en Japón en un área deshabitada.

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