El lavado cerebral es constante y brutal. La música es uno de los métodos para enviar mensajes subliminales y directos, es una forma de adoctrinar a las masas y tenerlas sumisas ante los poderes ocultos. La industrial musical participa en estos grandes shows donde se muestran muchas veces aberraciones, simbolismos paganos y satanismo. Los cantantes de moda son los que con su cara alegre y su vida desastrosa nos enseñan a como pensar y actuar. La degeneración musical no es casualidad, es un plan bien diseñado creado para manipular mentes y regir al ser humano como a ganado. La MTV, un canal creado para estos fines oscuros, es uno de los pilares de esta revolución musical, artistas como Madonna, Spears, Rihanna y Eminem son quienes con su música y letras nos envuelven en un mundo irreal que hace que nos separemos de la realidad de un mundo el cual cada vez está más deteriorado.
Jon Juanma
Estos días no dejamos de escuchar en los comercios, en la televisión o
en las pistas de baile, la canción de moda del momento: el Gangnam
Style de PSY. Con el videoclip de la canción, el artista surcoreano ha
conseguido convertirse en el intérprete del vídeo más visto en Internet
de todos los tiempos, superando holgadamente los mil millones de
espectadores. (1)
Sirva este ejemplo, o los más de 800 millones del “Baby” de la
súper-estrella adolescente Justin Bieber (2), para resaltar el poder de
convocatoria social que tienen los videoclips entre los más jóvenes.
Esta enorme capacidad de atracción de miradas y el poder social derivado
de ella, sirven a las Industrias Culturales Hegemónicas (IICCHH) no
solo para aumentar sus beneficios como empresas transnacionales, sino
también para reproducir y ampliar la hegemonía burguesa en el mundo.
Conformando sueños y modelos de vida, distraen a los jóvenes de las
clases populares del decurso de su maltratado mundo real y proyectan sus
esfuerzos (y su libido) hacia objetivos vacuos que en la mayoría de
casos sólo les acarrearán frustraciones (como conseguir una chica o un
chico tan guapos como los de los videoclips, acumular riquezas
materiales o cultivar una competencia exacerbada respecto a sus
semejantes).
A mitad del pasado año se estrenó con gran éxito internacional el
videoclip “Part of Me” de la estadounidense Katy Perry. Cerca de 150
millones de personas alrededor del globo, una población equivalente a
las de Argentina, España y Alemania
juntas, visualizaron el vídeo desde sus ordenadores. Por esta
contrastada capacidad para generar ingresos, Perry es una de las
cantantes más importantes del momento. Con su disco “Teenage Dream”,
lanzado en 2010 y del cual todavía se lanzan singles (van por el
séptimo), consiguió algo que ninguna mujer había logrado en la historia:
colocar cinco números uno seguidos en las listas de los Estados Unidos
(3). La canción que nos ocupa fue el sexto sencillo del álbum y tiene
una letra que narra el desengaño producido por un desamor. Este le
permite a Perry darse cuenta que pese a todo el daño y lo que su ex se
ha “llevado” de ella, hay una parte de su persona que no podrá
arrebatarle jamás (”Part of Me”). Hasta aquí nada especial que distinga a
ésta de otras canciones que suenan constantemente en cualquier “Top
Éxitos” del mundo.
Sin embargo, la diferencia específica se produce cuando el Pentágono
decide cofinanciar el videoclip del single. Para ello, la división del
Departamento de Defensa de los EEUU para la relación con las industrias
culturales se puso de acuerdo con la discográfica Capitol Records
(propiedad de Universal Music Group y ésta a su vez de la multinacional
Vivendi) para darle un giro semiótico a la anodina semántica de la letra
de “Part of Me”. Así, lo que era un desengaño amoroso al uso con una
reafirmación de la identidad por la despechada, se transforma en un
desengaño amoroso que acaba en la exaltación del ejército de los Estados
Unidos. ¿Por qué? Pues porque en la narrativa del vídeo, cuando el
personaje interpretado por Perry descubre a su novio tonteando con otra
chica, esta decide alistarse en el ejército tras ver un anuncio en la
gasolinera a la que se dirigía con la intención de comprar alcohol para
emborracharse. Lo que sigue es una orgía de estrellas de la bandera
estadounidense ondeando al viento acompañadas de estoica y heroica
disciplina militar con promesas de confianza corporativa. Todo ello
aderezado con adolescentes jugando con armas de última tecnología y un
largo etcétera previsible nada más vemos a la señorita Perry calzándose
las botas militares.
El videoclip fue cofinanciado por el Pentágono
que “amablemente” dispuso al equipo artístico de todo el material
bélico necesario para la grabación (tanques, helicópteros, lugares de
entrenamiento, etc.) y los extras (80 marines del ejército que cambiaron
sus maniobras habituales por las necesarias para el rodaje con una
estrella del pop) (4). La sospecha pública de esta maquiavélica ligazón
la expuso Naomi Wolf, excolaboradora de Al Gore, en un artículo
publicado en The Guardian (5). En éste indicó que le gustaría saber si
Perry cobró del Pentágono y llamó a un boicot contra la artista por su
apología a la violencia militar. Por supuesto, la ídolo adolescente se
abstuvo de responder, pero sí lo hicieron las empresas que le dan
cobertura y aprueban estas prácticas. Como fue el caso de la cadena Fox,
que en boca de “expertos” censuraron los sospechas de Wolf como
“absurdas” y “ridículas” (6). Nada más lejos de la realidad. Lo cierto
es que el propio Jason Johnston, encargado de las relaciones entre los
marines y la televisión, declaró a la prensa los objetivos promocionales
del videoclip y su relación con Perry. Eso sí, a su manera (7).
Hay que reconocer que el Pentágono y sus colaboradores hicieron un
gran trabajo de propaganda. Primero, utilizaron astutamente una
referente para las adolescentes que estaba triunfando como ninguna mujer
en la historia del pop. Segundo, para alejarla de su rol típico de
estrella glamurosa, que hubiera impedido la identificación con el
público objetivo de la producción, la caracterizaron con la ropa propia
de una joven de clase trabajadora. Para ello, se esforzaron por adecuar
el atrezzo al de una pequeña ciudad del interior de los Estados Unidos
(coches viejos, aburrida arquitectura de oficinas, urbanismo neoliberal,
etc.) y ajustaron el cromatismo del vídeo hasta mostrar unos tonos
grisáceos que enfatizaban la desesperación inicial de la protagonista y
su mundo huérfano de sueños. Todo estos recursos ayudan a que la
identificación se produzca con las adolescentes que admiran a Perry.
Estas chicas del interior, perdidas en un mercado laboral inhóspito y
con unas expectativas de vida quebradas tras las deslocalizaciones
industriales y los recortes sociales, son reclamadas por un videoclip
que aboga para que den el paso alistándose al ejército norteamericano
como modo de vida. De este modo podrán acabar sus estudios, tener una
remuneración económica que las haga “independientes” y hallar esa part
of me que el capitalismo les robó y ahora les promete devolver una vez
cumplido su servicio al imperialismo que los conglomerados capitalistas y
su complejo político-militar necesitan. Esta ligazón entre el complejo
armamentístico del capitalismo estadounidense y las industrias de
contenidos culturales fue muy bien presentada hace unos años por la
directora Maria Pia Mascaro y el director Jean-Marie Barrère en su
documental “Hollywood y el Pentágono: amistades peligrosas” (8).
Colaboración estrecha que ya se produjo en el pasado reciente con
películas tan taquilleras como lo fueron “Top Gun”, “Pearl Harbor” o
“Transformers”. Esta colaboración activa entre el Pentágono y la
industria del cine, la televisión o el videoclip, también se produce con
más intensidad si cabe en el mundo de los videojuegos (9).
Todos aquellos que trabajamos para construir una sociedad donde no
seamos tratados como mercancías y donde la acumulación de riquezas no
radique en traficar con nuestras vidas, debemos darnos cuenta de la
importancia de la lucha de clases en el terreno cultural. Cuestión
respecto a la que desde hace tiempo los grandes poderes son conscientes,
pero que a los esclavos asalariados todavía nos cuenta ver y prestarle
la atención que merece. Ojalá sirvan estas líneas para tal propósito y
podamos construir desde abajo una hegemonía socialista coherente que
acabe lo antes posible con este capitalismo que nos asfixia. La lucha
también se desarrolla en la arena cultural y mejor será que libremos
todo nuestro potencial creativo en ellas, proponiendo nuevos valores y
horizontes emancipatorios que impregnen nuestros sueños de futuro
compartido . Nuestras vidas dependen de ello.
NOTAS
1. YouTube blog oficial: “Gangnam Style Makes YouTube History: Firs
Video to Hit 1 Billion Views”, 21 de diciembre de 2012:
http://youtube-global.blogspot.com.es/2012/12/ytvev.html (2013/01/12).
2. Vídeo oficial de “Baby” en el canal de Vevo de YouTube:
http://www.youtube.com/watch?v=kffacxfA7G4 (2013/01/12). A día de hoy,
suma un total de 820.415.468 visitas.
3. Este récord anteriormente sólo lo había conseguido el fallecido
Michael Jackson con su disco “Bad”. Trust, Gary: Kat Perry Makes Hot 100
History: Ties Michael Jackson’s Record”. Billboard, 17 de agosto de
2011:
http://www.billboard.com/#/news/katy-perry-makes-hot-100-history-ties-michael-1005318432.story
(2013/01/12).
3. Wolf, Naomi: “Katy Perry and the military-pop-cultural complex”.
The Guardian, 16 de abril de 2012:
http://www.guardian.co.uk/commentisfree/cifamerica/2012/apr/16/katy-perry-military-pop-cultural-complex
(2013/01/12).
4. Steele, Jeanette: “Pendleton Marines Star in Katy Perry Music
Video”. U-T San Diego, 23 de marzo de 2012:
http://www.utsandiego.com/news/2012/mar/24/tp-pendleton-marines-star-in-katy-perry-music/
(2013/01/12).
5. Wolf, Naomi: “Katy Perry and the military-pop-cultural complex”.
The Guardian, 16 de abril de 2012:
http://www.guardian.co.uk/commentisfree/cifamerica/2012/apr/16/katy-perry-military-pop-cultural-complex
(2013/01/12).
6. Uno de los expertos que criticó a Wolf fue Glenn Selig,
profesional de las Relaciones Públicas, ver en: New York Daily News:
“Feminist critic Naomi Wolf: Boycott Katy Perry’s music; Author calls
‘Part of Me’ video a ‘glorification of violence’”. New York Daily News,
31 de marzo de 2012:
http://www.nydailynews.com/entertainment/music-arts/feminist-critic-naomi-wolf-boycott-katy-perry-music-author-calls-part-video-glorification-violence-article-1.1053718?localLinksEnabled=false
(2013/01/12).
7. Steele, Jeanette: “Pendleton Marines Star in Katy Perry Music
Video”. U-T San Diego, 23 de marzo de 2012:
http://www.utsandiego.com/news/2012/mar/24/tp-pendleton-marines-star-in-katy-perry-music/
(2013/01/12).
8. Mascaro, Maria Pia y Barrère (2003), “Jean-Marie: Hollywood and
the Pentagon: a dangerous liaison.”. Se puede ver la versión en inglés
aquí: http://www.youtube.com/watch?v=3r20a7nHpnY (2012/01/12) En 2004,
con el tripartito en el gobierno catalán, se emitió en catalán en la TV3
en el programa “60 Minuts”:
http://www.tv3.cat/actualitat/147788001/Hollywood-i-el-Pentagon-amistats-perilloses-dimecres-a-60-Minuts
(2012/01/12).
9. Dan Gardner, director de Programas y Políticas de Alistamiento y
Entrenamiento del Departamento de Defensa de los Estados Unidos afirmó
que “Como las nuevas generaciones tienen un lenguaje digital mucho más
fluido, los videojuegos son herramientas virtuales que nos permiten
ampliar la base de reclutamiento, facilitan el aprendizaje de nuestros
soldados y nos ayudan a expandir la cultura militar en la sociedad”.
“Los videojuegos, la nueva apuesta del Pentágono”. La Nación, 7 de junio
de 2010:
http://www.lanacion.com.ar/1272571-los-videojuegos-la-nueva-apuesta-del-pentagono
(2013/01/12).
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