María Corina al servicio de Washington (Venezuela)

María Corina, de Miami a Caracas, al servicio de Washington

JEAN-GUY ALLARD

El miércoles 19 de febrero, en lo que el Presidente Maduro celebraba la Conferencia por la Paz en Venezuela, la diputada opositora María Corina Machado encabezaba una marcha de mujeres por las calles de Caracas, abogando por la violencia. 

Con su rostro glamuroso, pudiera intentar representar a la mujer venezolana en una pasarela. A simple vista, nadie pudiera entender y explicar por que tanta violencia en su alma, más allá de las diferencias ideológicas que pueda tener con el Chavismo. 

Sin embargo, la actitud furibunda de María Corina Machado tiene explicación. Esta venezolana es uno de los lazos más fuertes de la oposición antichavista con el Gobierno de EEUU y sus centros de poder. 

De hecho, María Corina es la fuente más cercana que tiene el Departamento. de Estado de los EEUU para dar seguimiento a la situación en Venezuela. Es la más financiada y de hecho aliada principal para lograr la salida del Gobierno Bolivariano.

María Corina no se esfuerza en negar esto y se confiesa una admiradora del expresidente Bush.

Su rol en el golpe callejero que hoy sufre Venezuela no le es ajeno. No es algo que la sorprenda.

En abril del 2011, durante un evento cerrado celebrado en el Hotel intercontinental de Miami, en el lujoso Chopin Ballroom, Miami, bajo el título ¨600 días para erradicar el autoritarismo de Venezuela¨, María Corina se pronunció fervientemente por “la acción de calle para sacar a Chávez del poder” bajo el argumento de que la vía electoral no era efectiva.

Fuentes que asistieron consideran que lo que allí se habló fue prácticamente un ensayo de lo que está ocurriendo hoy.

Entre otros, María Corina – era entonces una candidata a las presidenciales del 2012, y como tal se presentó – expuso que “el populismo del Gobierno”, los recursos de que dispone, la ventaja política de ostentar el poder, y las divergencias entre los grupos antichavistas que impedían aglutinar las fuerzas, hacían imbatible a Chávez. 

Aseveró en esa conferencia que la vía electoral no era el camino para derrocar el chavismo y que eso estaba ya demostrado. Que sí iría como candidata a las presidenciales, solo para demostrarlo una vez más. 

Con tales planteamientos, María Corina terminó por consolidar el apoyo que ya tenía por parte del Departamento de Estado de los EEUU, y de otras fuerzas entre las más reaccionarias radicadas en ese país.

El evento injerencista fue organizado y financiado a través del el Buró de Asuntos Culturales y Educacionales, del Departamento de Estado, con un perfil supuestamente académico, apoyado en el Centro para Política Hemisférica de la Universidad de Miami. 

Nada transcendió a la prensa y las sesiones se celebraron bajo estrictas medidas de seguridad y control.

Participaron académicos, funcionarios del Grupo Cisneros, de las organizaciones de cubanos radicadas en Miami, diplomáticos españoles y de otras naciones acreditados en esa ciudad así como empresas y bancos norteamericanos con intereses en Venezuela. Estuvieron además presentes funcionarios del Comando Sur, quienes monitorean permanentemente – y ahora mismo - la situación en Venezuela.

El evento demostró la estrecha alianza entre la contrarrevolución de origen cubano asentada en EEUU y la contrarrevolución venezolana. 

Los congresistas Ileana Ross-Lethinen, Marco Rubio y Mario Díaz-Balart, por mencionar los más vociferantes, se esfuerzan por llamar la atención sobre la crisis tratando de sacarle trigo, alentar el impacto político y mediático de las guarimbas callejeras al tiempo que con ello, intentan regenerar la desgastada imagen que tienen dentro de su propia comunidad. 

Conviene tener el ojo sobre estas alianzas. En el climax de su frustración y desespero cualquier cosa puede pasar con una contrarrevolución que tiene el terrorismo y el fascismo en sangre.

Con María Corina Machado y sus semejantes a la cabeza.