Salim Lamrani

1. Nicolás Maduro, Presidente legítimo de Venezuela desde abril de
2013, hace frente a una poderosa oposición, apoyada por Estados Unidos,
que aspira retomar el poder que perdió en 1998.
2. Como perdió las elecciones presidenciales de abril de 2013 por una
diferencia del 1,59%, la oposición rechazó primero los resultados
electorales, avalados no obstante por las más importantes instituciones
internacionales, desde la Unión Europea hasta la Organización de Estados
Americanos, pasando por el Centro Carter, y expresó su rabia en actos
violentos que costaron la vida a once militantes chavistas.
3. No obstante, el débil margen que separó al candidato de la oposición
Henrique Capriles del vencedor Nicolás Maduro, galvanizó a la derecha,
motivada por la perspectiva de la reconquista del poder. Entonces hizo
de las elecciones municipales de diciembre de 2013 un objetivo
estratégico.
4. Contra todo pronóstico, las elecciones municipales se transformaron
en un plebiscito a favor del poder chavista, que ganó el 76% de los
municipios (256) contra el 23% (76) para la coalición MUD que agrupó a
toda la oposición.
5. Desmoralizado por ese serio revés, viendo la perspectiva de una
reconquista del poder por la vía democrática alejarse otra vez –las
próximas elecciones serán las legislativas en diciembre de 2015–, la
oposición ha decidido reproducir el esquema de abril de 2002 que
desembocó en un golpe de Estado mediático-militar contra el Presidente
Hugo Chávez.
6. A partir de enero de 2014, el sector radical de la oposición decidió
actuar. Leopoldo López, líder del partido Voluntad Popular, quien
participó en el golpe de Estado de abril de 2002, lanzó un llamado a la
insurrección a partir del 2 de enero de 2014: “Queremos lanzar un
llamado a los venezolanos […] a que nos alcemos. Convocamos al pueblo
venezolano a decir ‘basta ya’. […] Con una meta a discutir: ‘la salida’.
¿Cuál es la salida de este desastre?”.