Alba Amesty

El viernes 21 de marzo se celebró el Día Mundial con Síndrome de Down. Les invitamos a recordar la historia del joven José Omar Dávila, el único director de Orquesta con Síndrome de Down en Venezuela, a continuación.
A oscuras se encuentra la Sala Cultural Tulio Febres Cordero en un
homenaje a José Antonio Abreu en el año 2009. Un auditorio repleto
espera completamente en silencio la sublime composición de los casi cien
músicos dirigidos por el maestro.
Un joven de tez blanca y aproximadamente 1.60 de altura levanta la
batuta con su mano derecha para comenzar. Paulatinamente, irrumpe la
melodía de los violines intepretando “Venezuela”. Los músicos siguen
obedientemente la señal, se les unen contrabajos, flautas y cornos. Con
la facilidad de un director experimentado conduce el hilo de la
ejecución musical. Mueve la batuta vertiginosamente para que las voces
del coro de Manos Blancas del Programa de Educación Especial brinden
color a la ejecución de esa noche. El sonido retumba en las paredes del
salón, donde el público es trasladado a los paisajes más hermosos de
nuestro país.
Finaliza la pieza impecablemente, el talento inagotable del único
Director de Orquesta con Síndrome de Down en Venezuela es ovacionado por
la multitud. El público no lo puede creer. ¡Gracias!, repite con los
brazos abiertos, en agradecimiento y los aplausos no paran de
escucharse. Allí comenzó todo.
José Omar Dávila Durán es el prodigioso estudiante que pertenece a la
cátedra de Educación Especial de “El Sistema” en Mérida. Para él no hay
imposibles. Posee un talento nato que le ha permitido traspasar
fronteras con su manera de dirigir.
Sus padres han sido su guía. Teresa Durán y Omar Dávila han sabido ser
fuertes ante la condición de “Joseito”, quien ha vivido con ellos
durante sus 30 años en la urbanización San Cristóbal del estado Mérida.
La música formó parte de sus días mucho antes de que naciera. Su madre
recuerda que durante el embarazo le colocaba música clásica y
composiciones del pianista francés Richard Clayderman, hasta su
nacimiento el 21 de febrero de 1982.
“Hay presencia de una copia extra del cromosoma 21, presenta cuadro de
Síndrome de Down”, anunció la enfermera a su padre quien se guardó el
secreto para no preocupar a su esposa.
Teresa sentía inquietud al ver que el recién nacido no reaccionaba como
los demás bebés, pero supuso que se debía a la enfermedad de
Hirschsprung o megacolon congénito con la que nació, una patología
intestinal por ausencia de terminaciones nerviosas en el área final del
intestino grueso. Fue operado con éxito unos días después.