Citizens of the United States of America, there are more candidates you
can vote for. Obama and Romney are the same, they will work for the rulers of
the world, for the New World Order, they won´t work for you or for the benefit
of the rest of the world. Wars will continue, millions will die, and new wars
will come, just for the greedy of some.
Adrian Salbuchi
A millones de votantes estadounidenses se
les ha hecho creer que necesariamente Barack Obama o Mitt Romney será el
próximo presidente de los EE.UU. ¿Una pésima opción? Seguro, pero… ¡marchen
presos! Sin embargo, la verdad es que los norteamericanos sí tienen
otras opciones. Por ejemplo, que escuchen las propuestas de otros candidatos
presidenciales como Gary Johnson (ex-Gobernador del estado de Nueva México) del
Partido Libertario, o Jill Stein del Partido Verde.
En ese debate, ambos candidatos ofrecerán
claras opciones al votante estadounidense diferentes de lo que
los clones políticos Mitt y Barack están ofreciendo; 'Oromney' y 'Rombama' como
ya muchos los llaman…
Dos caras de una misma moneda
Muchos votantes estadounidenses se vieron
particularmente alarmados por el último 'debate' televisivo en horario de
máxima audiencia que se centró en política exterior, y en el que Obama y Romney parecieron estar de acuerdo en
todos los temas clave que han metido a EEUU y al mundo en tantos berenjenales.
Ambos candidatos expresaron su apoyo
incondicional a favor de Israel a pesar de ser la única y belicosa potencia con
armas nucleares en Oriente Medio; ambos repitieron sus amenazas de lanzar un
ataque militar unilateral contra Irán, país al que satanizan como "una
amenaza para la comunidad internacional", a pesar de que Irán jamás
agredió a país alguno en el último siglo (al contrario: fue Irán la nación
agredida repetidamente por las potencias occidentales directamente o a través
de esbirros como Saddam Hussein); ambos prometieron seguir apoyando a
terroristas “luchadores por la libertad” en la guerra civil siria, disparada
por EEUU y sus aliados al igual que hicieron en Irak y Libia; ambos seguirán
con los ataques con aviones no tripulados sobre Pakistán y Afganistán que
parecen ensañarse especialmente con fiestas de bodas…
¿Pero es que no hay otras opciones en
política exterior? ¿Qué tal si EE.UU. se retira de Medio Oriente y deja de
instigar guerras civiles en la región, a las que llama eufemísticamente
"primavera árabe"?
¿Qué tal si frena a los lobbies pro-Israel
que han tomado de rehén a la política exterior norteamericana, y vuelven a
colocar al interés nacional estadounidense en el centro del escenario, en lugar
del interés nacional israelí como ocurre actualmente?
En el plano financiero global, ¿qué tal si
en lugar de dedicarse a salvar a los megabancos fraudulentos regalándoles
billones y billones de dólares con emisión inflacionaria provista por el Banco
de la Reserva Federal, hacen un salvataje de los trabajadores estadounidenses?
Pues aquí, republicanos y demócratas están
totalmente sincronizados con las exigencias de los mega banqueros…
Pero los votantes tienen otras 'monedas'
en sus bolsillos…
Las cosas no tienen por qué ser siempre
así. Aunque jamás llega a los titulares de los grandes multimedios, los
votantes norteamericanos sí tienen otras opciones.
Hace una semana, la Fundación pro
Elecciones Libres y Justas patrocinó un Debate entre estos “otros candidatos” a
la presidencia que incluyó, además de Jackson y Stein, a Rocky Anderson del
Partido por la Justicia y Virgil Goode del Partido Constitucional.
Este debate se transmitió a nivel nacional y
mundial por la cadena RT, lo moderó el conocido periodista Larry King, pero fue
boicoteado e ignorado por los grandes medios. Obama y Romney fueron invitados
al mismo pero también lo boicotearon; un claro desaire hacia el votante
norteamericano.
Este martes, Johnson y Stein, favoritos
del público en ese primer debate, vuelven a encontrarse para abordar temas
clave para los EE.UU.
Gary Johnson es un ex republicano que dice muchas cosas que
millones de electores estadounidenses quieren oír: propone reducir el
presupuesto militar en un 43%, dejar de inmiscuirse en los asuntos internos de
países como Libia y Siria, dejar de amenazar a Irán con un ataque unilateral y
no apoyar a Israel si decide iniciar ese ataque por su cuenta, y dejar de
alimentar la desmedida furia imperial y hegemónica de Estados Unidos por todo
el mundo.
Johnson también apoya la cruzada del ex
candidato Ron Paul de auditar al Banco de la Reserva Federal, amenazando
incluso con cerrarlo por ser una institución perversa al servicio de la
mega-banca global y principal culpable de la crisis financiera actual que
viabiliza la usurpación del sistema financiero estadounidense y global por esos
megabancos.
A su vez, Jill Stein, del Partido
Verde, también dice cosas que millones quieren oír. Cuando anunció su
candidatura presidencial hace un año en su natal Massachusetts, el 'Boston
Globe' la cita diciendo que "Todos vamos tomando conciencia que
'Nosotros, el Pueblo' debemos recuperar nuestra nación, porque los partidos
políticos que sirven al 1% de los poderosos jamás van a resolver los problemas
que enfrentamos el resto de nosotros. Necesitamos gente en Washington que
rehúse venderse a los lobistas, y para quienes un verdadero cambio sea más que
una mera frase vacua”.
Claramente, palabras valientes y potentes
en boca de una mujer que tomó parte en el Movimiento Ocupa Wall Street, y que
ha sido detenida varias veces por expresar sus ideas en un país que rápidamente
se está transformando en un Estado policíaco al peor estilo Gestapo, bajo el
control de matones de FEMA, el FBI, la CIA, la NSA y los policías locales.
Basta de bebidas burbujeantes…
Un instrumento clave para los Dueños del
Poder Mundial que hoy tiene a los pueblos maniatados es lo que en EE.UU. y sus
aliados llaman "el sistema bipartidario", al que se glorifica como
una suerte de "columna vertebral de la democracia".
Si observamos con mayor detención, sin
embargo, vemos que la 'democracia' bipartidista –sean demócratas y republicanos
en EE.UU., laboristas y conservadores en el Reino Unido, socialdemócratas y
cristiano-demócratas en Alemania y similares variantes en la mayoría de los
países– no hace más que ocultar un mecanismo prolijo y simplista de obligar a
los pueblos a abordar los complejos problemas de hoy según su denominador común
más bajo el infantil.
Lo que la 'democracia' bipartidaria hace
es imponer a los pueblos un único camino, previamente filtrado,
aprobado y 'políticamente correcto', según los objetivos e intereses de los
Dueños del Poder Mundial.
Entonces, le colocan una cara (o careta)
adecuada a cada partido y aparece en escena el pequeño ejército de
gerenciadores como Obama, Romney, Bush, McCain, Clinton…
Luego dejan que los votantes jueguen a que
son absolutamente 'libres' para elegir 'democráticamente' si habrán de
transitar por la derecha o por la izquierda en ese único camino
que se les ha trazado, y que conduce inexorablemente a un mismo
destino.
Eso sí: que a nadie se le vaya a ocurrir
mirar alrededor y buscar otras autopistas más directas, u otros caminos
laterales más apacibles que puedan conducir al país hacia un destino muy
distinto y mucho más beneficioso para todos.
¡¡De ninguna manera!! En los EE.UU., los
votantes deben elegir entre Bush y Gore, o Bush y Kerry, u Obama
y McCain, u Obama y Romney…
Todo se reduce a elegir entre "pepsi
o coca". Los más tontos quizás crean que eso representa una verdadera
opción, pero los más lúcidos van tomando conciencia de que ambas son
básicamente la misma bebida marrón, acaramelada y burbujeante.
Pero si insisten en beber algo diferente,
ahí es cuando los Poderosos lanzan sus rayos olímpicos contra quienes tengan el
coraje intelectual de pensar de manera independiente, calificándolos de
anarquistas, comunistas, fascistas o "estúpidos que desperdician su voto
dándoselo a un tercer candidato".
Pero no siempre tiene que ser así.
¿Porque debe esto importarle al resto del
mundo?
Es una ironía de la historia que la
'democracia' estadounidense haya caído tan bajo, que para que los votantes
norteamericanos hoy puedan siquiera enterarse de que hay otras opciones
electorales en su propio país, deban sintonizar RT, ¡el canal de la Federación
Rusa!
¡Cómo han cambiado las cosas desde
aquellos años en que los Dueños del Poder Mundial nos azuzaban con el cuco del
"peligro comunista", "la destrucción mutuamente asegurada",
o "más vale muerto que comunista".
¿Pero por qué debe importarnos a quienes
no vivimos en los Estados Unidos si los norteamericanos habrán de pagar más o
menos impuestos, o tener mejor o peor servicios de salud, o si sus tasas de
desempleo, inflación y pobreza habrán de subir o bajar?
Para empezar, entendamos que bajo la
actual compleja estructura de poder mundial una muy pequeña pero extremadamente
poderosa Elite de Poder Supranacional se ha enquistado profundamente
dentro de los EE.UU. y sus aliados clave. Así que lo que ocurra en esos países sí
nos afecta a todos.
Si, por ejemplo, los votantes en mi nativa
Argentina eligen a los peores líderes (¡y créanme que lo hacemos
sistemáticamente!), o si colombianos, griegos, malayos cometen similares
errores, las consecuencias las sufren esos pueblos y nadie más. A lo sumo, el
mundo nos mira socarronamente y dice cosas como, “¡Estos argentinos! ¡Siempre
se equivocan…! ¡Que se embromen!!”.
Pero ocurre que cuando los votantes
estadounidenses colocan al tipo equivocado en la Casa Blanca, entonces esto
resulta en millones de muertos, heridos, discapacitados y vidas destruidas en
Irak, Libia, Siria, Egipto, Palestina, Latinoamérica, África, Asia y otros
lugares en este oscuro y violento mundo que ellos mismos han forjado.
De manera que, sí, es asunto nuestro
tratar de despertar a los adormecidos votantes estadounidenses. No
necesariamente por su bien, ¡sino por el bien del resto del mundo!
En estos precisos momentos, toda una nueva
generación de belicistas se prepara para redoblar sus apuestas geopolíticas. No
tendrán ningún empacho en arriesgar confrontaciones militares, no solo en Irán,
sino también contra Rusia y China.
Puede que esto refleje sus demenciales
ambiciones geopolíticas; pero puede también que refleje su más cuerda
comprensión de que han destruido tan completamente el sistema financiero global
que la única opción que les queda es huir hacia adelante, arrastrando al mundo
entero a una catastrófica guerra mundial como jamás el hombre haya visto.
Los Dueños del Poder Mundial ya llevaron a
cabo algo parecido allá por 1914 y, muy especialmente, en 1939... ¿Por qué no
habrían de dejarse tentar de volver a hacerlo hoy?
De manera que ojalá que millones de
votantes estadounidenses vean el Debate Jackson-Stein este martes, y escuchen
lo que ellos tienen que decir.
No que estos candidatos sean ninguna
panacea para EE.UU. No que los votantes norteamericanos deban enamorarse y
fanatizarse por ellos.
En realidad, no se trata tanto de que
Jackson o Stein sean mejores, ¡sino de que Obama y Romney son tan, tan peores!
Una ironía más: en un mundo en el que
todos los políticos y los opinólogos mediáticos repiten la palabra
"democracia" ad nauseam, ¿a nadie le llama la atención
que el próximo 6 de noviembre unos 60 o 70 millones de votantes estadounidenses
decidirán sobre el destino para los próximos cuatro años de 7.000 millones de
habitantes de todo el planeta?
¿El 1% decidiendo por el 99% restante? La
democracia debiera estar hecha de algo mucho más sólido, ¿no?
Ojalá que los votantes norteamericanos
tomen cabal conciencia de la enorme responsabilidad mundial que llevan sobre
sus hombros. A la larga, el mundo los hará responsables.
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