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12 noviembre, 2012

7 de noviembre de 2012: Un día que vivirá en la infamia

http://spanish.larouchepac.com/node/17910
Enseguida se reproducen los comentarios de Lyndon LaRouche al inicio del programa semanal LPAC Weekly Report de hoy, luego de que se anunciaron los resultados de las elecciones presidenciales de 2012. 
Un verdadero gran Presidente, el 7 de diciembre de 1941, declaró que ese día fue un “día de infamia”. Y lo mismo se puede decir del 7 de noviembre, ahora. 
Lo que sucedió obviamente que causó este resultado fue predeterminado en Florida, en el mentado último debate que ocurrió. Y en ese momento, en realidad, el candidato republicano capituló, de modo en que no me sorprendió que lo haya hecho, como ayer. Este es verdaderamente un “día de infamia”. 
Ahora bien, cuando nos enfrentamos a un día de infamia, como lo hizo Roosevelt con el del 7 de diciembre de 1941, un americano que sea líder de algún tipo, tiene que responder de cierto modo. Y como no tenemos un candidato presidencial creíble a la vista, incluyendo al que hemos puesto en el cargo de nuevo por ahora, yo tengo que decir algo al respecto. 
¿Qué sucedió? El candidato republicano capituló ante Wall Street. Esto es, que el Partido Republicano está fuertemente representado en Wall Street, y mientras que él pudo haber ganado fácilmente la Presidencia, con razones, simplemente señalando la cuestión del crimen cometido por el Presidente en turno, al dejar de hacer eso, bajo presión de los representantes o voces de Wall Street, se perdió todo. De ahí en adelante, todo pendía de un hilo, y eventualmente, se perdió. Se perdió debido al fraude de la camarilla de Obama y demás, y se convirtió en ese momento en una causa perdida, y obviamente, los republicanos simplemente entregaron todo lo que les habían dado. Ahora, eso es lo que tenemos enfrente. 
¿Cuáles son las consecuencias de esta selección de la reelección de este Presidente? Bueno, primero que todo, significa que vamos a tener las peores condiciones que haya tenido el pueblo estadounidense en los últimos siglos; van a golpear de repente. Una combinación de austeridad e hiperinflación va a golpear. Lo que va a suceder es que ¡va a aumentar la tasa de mortalidad entre la gente más pobre y otras de Estados Unidos! Nada bueno, como tal, saldrá de este resultado electoral. Por lo tanto, tenemos que hacer frente a la realidad. 
Ahora bien, ¿cuál es la realidad? La realidad es la probabilidad de una guerra termonuclear, que significaría la virtual extinción de la humanidad, que ocurrirá probablemente, a menos que podamos impedirlo por otros medios. Pero así estamos. Nos dirigimos hacia la guerra; el gobierno de Obama es un gobierno de guerra, y si no se le puede obstaculizar de algún modo, ¡sucederá¡ Y si hay una guerra, si hay una guerra entre las naciones ahora, será una guerra termonuclear, de la cual muy poca gente sobreviva probablemente, y quizás la civilización en su conjunto no sobreviviría. 
Entonces, la cuestión es, ¿qué vamos a hacer, en términos de la incertidumbre? Lo que siempre hemos hecho, como hizo George Washington al cruzar el Delaware; siempre hacemos el tipo de cosas que son necesarias para salvar a la civilización y para salvar a esta nación en particular. Y lo vamos hacer según la ley. Y se hará de acuerdo a la ley, y en el debido momento, este Presidente estará fuera del cargo. Puede ser pronto, puede ser algo más tarde, pero no es apto para servir, moral y factualmente, y ¡no estará en el cargo por mucho tiempo! Con esperanza, algo de Estados Unidos sobrevivirá. 
Y voy a decir más al respecto en los próximos días. Pero esta es la primera ocasión en la que tenemos una expresión oficial de nuestra organización, desde el anuncio de la elección, y por lo tanto, era mí deber señalar este punto, esta mañana, en esta ocasión, para dejarlo por sentado.

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