Cadena radial Caracol niega reconocimiento a su nuevo sindicato, pero éste sigue adelante
Escuela Nacional de Sindicalismo, ENS
Inconformes por los malos salarios, el no
pago de horas extras, el mal trato y acoso laboral, entre otros
motivos, en abril de este año un grupo significativo de trabajadores del
sistema radial Caracol decidió organizarse en sindicato, como recurso
para defender derechos laborales que consideran vulnerados por la
empresa.

“Un día como soldado”, era el lema
cuando las estrellas del periodismo de Caracol se vistieron del
camuflaje e hicieron entrenamiento militar en el complejo del Ejército
en Toilemaida. La idea era “sentir como estuvieramos en guerra”, decían.
Pero los demás 700 trabajadores de Caracol que no tienen “nexos
personales con el jefe” saben que su guerra contra el Patrón solo es en
colectivo para que pueden conquistar una mejora en su vida laboral.
¿Cuál Libertad de Organización?
Sinprisa es el nombre de este nuevo sindicato de industria, que
representa trabajadores de las empresas de los grupos Prisa y SER en
Colombia, que incluyen la cadena básica de Caracol, La W, Caracol
Estéreo, Emisora Mil Veinte, la Voz de Colombia, Los 40 Principales,
Tropicana, Oxígeno, Radio Activa, Q'hubo, Bésame, La Vallenata, Ecos de
la Montaña, el Grupo Latino de Radio, Promotora de Publicidad Radial,
Compañía de Comunicaciones de Colombia, y Serdán, que es la empresa de
empleo temporal que Caracol utiliza para contratar trabajadores
tercerizados.
Según Alfredo Equidio, vicepresidente de Sinprisa, las condiciones
laborales en Caracol se deterioraron ostensiblemente desde cuando los
españoles del Grupo Prisa compraron la cadena radial a mediados de la
década pasada; en principio con la anuencia de los trabajadores, quienes
en buen número ayudaron a la empresa a salir de la crisis que en ese
momento tenía, y muchos hasta se rebajaron el salario con la promesa de
que una vez superada la crisis se les compensaría el sacrificio.
“Pero fue mentira, no hicieron el aumento prometido. Por el contrario,
dañaron más las condiciones de trabajo, echaron gente, y el acoso
laboral se incrementó. Por eso creamos el sindicato”, dice Equidio.
Es de anotar que en Caracol existe un sindicato de base desde hace más
de 30 años: Sintracaracol, pero -dice Equidio- lleva también años “de
capa caída”, sin garra para defender los intereses de los trabajadores, y
apenas tiene 45 afiliados de los 700 empleados directos del sistema
Caracol.
Con Sintracaracol hay firmada una convención colectiva que año tras año
no mejora nada. “Apenas logra paupérrimos aumentos salariales y una
indigna gratificación extra de $50 mil pesos por los buenos resultados
del año 2013, no obstante las multimillonarias utilidades que obtuvo la
empresa”, sostiene Equidio.
Pero la existencia de esta convención colectiva es el principal
argumento de la empresa para no reconocer el nuevo sindicato y negarse a
negociar su pliego de peticiones, cuando la Corte Constitucional ha
reivindicado la autonomía de los sindicatos para la negociación
colectiva, independientemente de su tamaño y de que exista otra
convención colectiva en la empresa. Es decir, no existe ninguna
disposición legal que prohíba a un empleador suscribir más de una
convención colectiva.
Y también desde hace muchos años existe en Caracol un Pacto Colectivo
que cobija a los no sindicalizados, pero que tampoco ofrece
satisfactorias garantías. Precisamente la negativa de la empresa a
mejorar este Pacto fue lo que llevó al grupo de trabajadores a dar el
saldo y conformar el sindicato, inicialmente con 50 afiliados.
Hoy Sinprisa cuenta con 165 afiliados en las diferentes ciudades del
país, un 15% de ellos vinculados a Caracol a través de Serdán, empresa
que le provee mano de obra subcontratada para los diferentes oficios:
operadores, locutores, personal del aseo y servicios varios,
conductores, e incluso periodistas. No pocos de ellos llevan más de 15
años tercerizados, y en condiciones salariales inferiores a las de los
trabajadores directos. Mientras el salario mínimo de los directos supera
los $700 mil, los tercerizados apenas devengan el mínimo legal. Y
tampoco tienen derecho a los auxilios y primas extralegales que se pagan
a los directos, los cuales, en opinión del vicepresidente de Sinprisa,
son “irrisorios”.
Y lo otro es que Serdán es más antisindicalista que la propia Caracol.
Se niega rotundamente a aceptar el sindicato, e incluso ya despidió un
trabajador por afiliarse a éste, y presiona al resto para que no lo
haga.
El vicepresidente de Sinprisa denuncia igualmente acoso laboral, no
solo contra los directivos del sindicato sino del personal en general.
Los jefes y mandos medios utilizan “términos absolutamente inaceptables
contra los trabajadores, con comentarios tendenciosos y
malintencionados, maltrato y acoso laboral”, dijo.
Por todos estos hechos el sindicato ya formuló la respectiva querella
ante el Ministerio de Trabajo y denuncia ante la Fiscalía General de la
Nación, toda vez que en el Código Penal la obstrucción o violación del
derecho de asociación sindical está tipificado como delito.
Qué piden los trabajadores
El pliego de peticiones lo pasó Sinprisa a la patronal el 19 de abril,
tres días después de creado, pero la empresa no se presentó a negociar.
En vista de eso el sindicato interpuso acción para tutelar su derecho de
asociación sindical, que el juez falló a su favor y obligó a Caracol a
sentarse en la mesa de negociación, pero a ésta solo envió un abogado y
un empleado sin poder de negociación. Así se agotó la etapa de arreglo
directo y la prórroga, sin ningún acuerdo, por lo que la mayoría de los
sindicalizados, para dirimir el conflicto, votaron por Tribunal de
Arbitramento, que está en trámite.
El pliego de peticiones presentado por Sinprisa propende por mejoras en
las actuales condiciones laborales para todos los trabajadores,
incluyendo los de nómina tercerizada por Serdán. Pide contratación
directa sin intervención de empresas de empleo temporal,
especialmente en actividades relacionadas con el objeto social
de Caracol.
Incluye capítulos sobre derecho de asociación sindical, estabilidad
laboral, salario decente con remuneración mínima vital y proporcional a
la cantidad y calidad de trabajo. “Mientras aquí se nos niega un justo y
equitativo incremento, el presidente ejecutivo de Prisa recientemente
se aumentó su voluminoso sueldo en un 35%, y firmó a su favor un bono de
jubilación de 1,2 millones de euros anuales. Todo ello, gracias a las
multimillonarias ganancias que producimos los trabajadores en el
continente americano”, recordó el vicepresidente de Sinprisa.
En lo económico, el pliego exige nivelación salarial, de tal forma que
los trabajadoresque hacen las mismas funciones, o estén en el mismo
nivel jerárquico, devenguen igual salario. También pide que el mínimo
en la empresa sea 2 veces el salario mínimo legal vigente, e incrementos
en prestaciones como primas de servicios, vacaciones y navidad,
licencias por matrimonio, paternidad y maternidad, auxilios de vivienda y
educación y alimentación, descansos remunerados de fin de año y Semana
Santa, entre otros.
Otro capítulo se refiere a traslados y reubicación del personal,
procedimiento para aplicar sanciones, conciliación, manejo y prevención
del maltrato y el acoso laboral, tema éste que es álgido en Caracol.
El pliego petitorio completo se puede ver en el enlace:
http://media.wix.com/ugd/98fe63_b610202293604328a1fc581c0e87412b.pdf
Entre tanto, los directivos sindicales adelantan visitas a las
diferentes ciudades para convencer a los y las trabajadoras de las
diferentes emisoras de Caracol para que se plieguen a la organización
sindical, tarea que no es fácil dado que no cuentan con permisos
sindicales para hacerla.
El propósito, dice Equidio, es aumentar la membresía sindical y elevar
la capacidad y fuerza para las luchas que se ven venir en el inmediato
futuro, que incluyen incluso la posibilidad de huelga en la
autoproclamada “Primera Cadena Radial de Colombia”.
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