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Mañana se cumplirán nueve años de la huida del ex presidente Gonzalo
Sánchez de Lozada a Estados Unidos y de la ‘masacre de octubre’ de 2003,
que ocasionó 67 muertos y centenares de heridos de bala, en la cual se
presume que participaron militares y la Embajada norteamericana.
Así lo afirmaron, por separado, el ministro de la Presidencia, Juan
Ramón Quintana, y el abogado de las víctimas de la masacre, Rogelio
Mayta Mayta.
Quintana reveló un dato que es compartido por Mayta. “La masacre del
17 de octubre de El Alto estuvo dirigida por Gonzalo Sánchez de Lozada,
pero por detrás estaban las manos siniestras de Estados Unidos. El dato
que se debe recordar al país es que los funcionarios del grupo militar
de Estados Unidos operaron como los asesores de la masacre del 17 de
octubre en El Alto, ya que ocuparon las instalaciones del Estado Mayor y
desplazaron al Alto Mando Militar”.
Afirmó que “fueron los gringos los que tomaron el mando en el Estado
Mayor del Ejército cuando se produjo la masacre en El Alto, pero eso no
lo dice ni Juan Ramón Quintana, ni el Gobierno, ni el presidente Evo
Morales, lo dicen los oficiales que ese momento vivieron esta
penetración vergonzosa del grupo militar de Estados Unidos durante la
masacre de 2003”.
La participación de militares extranjeros fue evidente en los
operativos que se realizaron en la ciudad de El Alto para trasladar los
carros cisternas cargados de combustibles a La Paz, señalaron los
familiares de las víctimas.
El abogado de los familiares de las víctimas afirma que aviones de la
NAS (Narcotic Affairs Section) trasladaron militares de Cochabamba a La
Paz para reforzar los operativos.
“Para trasladar las tropas del trópico a la Paz no sólo se utilizaron
aviones de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), sino aviones de la NAS, que
son del Gobierno de Estados Unidos, los cuales también pueden estar
implicados en la masacre”, denunció Mayta.
De acuerdo con el jurista, en esos hechos radica la decisión de la
Casa Blanca de rechazar la extradición de Sánchez de Lozada y de sus
colaboradores, entre ellos su ex ministro de Defensa Carlos Sánchez
Berzaín.
“Si se autoriza la entrega de Sánchez de Lozada y de Sánchez Berzaín
a la justicia boliviana, EEUU no solamente estaría entregando a sus
sirvientes, sino que se expondrá a ser investigado acerca de su política
intervencionista”, afirmó.
DATOS
• En octubre de 2003, Gonzalo Sánchez de Lozada se enfrentó a una
revuelta social con un despliegue de militares en las ciudades de El
Alto y La Paz.
• La represión militar provocó la muerte de 67 personas y más de 400 heridos.
• El 14 de octubre de 2004, el Congreso Nacional autorizó el juicio de responsabilidades. El proceso se inició el 18/05/2009.
• El año 2008, ha pedido de la Corte Suprema de Justicia, la Cancillería solicitó a EEUU la extradición de Goni.
• El 30/08/2011, el Tribunal de Sentencia de la Corte Suprema de
Justicia condenó entre 3 y 15 años de cárcel a dos ex ministros de
Gonzalo Sánchez de Lozada y a cinco ex miembros del entonces Alto Mando
Militar.
Greenlee pidió a Mesa no dejar solo a Goni
Cuando en octubre de 2003 Carlos Mesa decide apartarse del gobierno
de Gonzalo Sánchez de Lozada, el entonces embajador de Estados Unidos en
Bolivia, David Greenlee (2003-2006), fue a la casa del ex
vicepresidente a “jalarle las orejas” con el fin de que regrese al
Ejecutivo.
“El 13 de octubre, cuando Carlos Mesa se aparta del Ejecutivo sin
renunciar, la gente del Departamento de Estado de Estados Unidos le jala
las orejas, eso está en sus declaraciones del juicio de
responsabilidades. El embajador Greenlee va a reunirse con Carlos Mesa
con el objetivo de doblarle el brazo para que vuelva al Gobierno con
Sánchez de Lozada. Es intervencionismo total”, precisó Rogelio Mayta,
abogado de las víctimas de la ‘masacre de octubre’ de 2003.
Esta relación que Greenlee tenía con el Gobierno boliviano de
entonces fue más allá. Esta situación se confirma en una publicación
(Página 7, 27/11/2010) en la que Greenlee confiesa: “Nosotros trabajamos
con las autoridades de EEUU para asegurarnos de que Goni sería tratado a
su llegada a Miami (en 2003) como el amigo de nuestro país que era”.
Desde ese año, Sánchez de Lozada permanece en Estados Unidos.