Luis Ernesto Vásquez Medina
Publicado el 7 de
junio del 2011
Las
elecciones peruanas finalmente tuvieron un resultado inesperado: ganó Ollanta
Humala, el preferido por la banca londinense. A pesar que a escasas dos semanas
de la segunda vuelta, la hija de ex presidente Fujimori le llevaba una ventaja
consistente de entre 5 a 7 puntos.
¿Qué
sucedió para que en tan corto plazo ganara Humala, si bien por estrecho margen?
La respuesta está en la multimillonaria campaña desatada desde las cumbres del poder financiero internacional para evitar un nuevo Fujimori en el poder en el Perú. Y el porqué la banca internacional, especialmente la de Londres, odia a Fujimori, tiene poco que ver con el problema económico en momentos en que se descalabra todo el sistema monetario-financiero internacional. Las preferencias de la banca privada internacional por Ollanta Humala se relacionan más con el tema del narcoterrorismo. Mientras que Humala calificó de Robin Hood peruano al sanguinario líder senderista Abimael Guzmán, la candidata Keiko Fujimori pronunció a inicios de la segunda vuelta un nombre que no le gustó nada a la banca privada londinense. En una entrevista concedida a la agencia de noticias AFP, dijo: “En los temas de seguridad considero que el presidente Uribe ha tenido grandes avances y le ha dado mucha estabilidad a Colombia”, es el modelo que seguiré.
La respuesta está en la multimillonaria campaña desatada desde las cumbres del poder financiero internacional para evitar un nuevo Fujimori en el poder en el Perú. Y el porqué la banca internacional, especialmente la de Londres, odia a Fujimori, tiene poco que ver con el problema económico en momentos en que se descalabra todo el sistema monetario-financiero internacional. Las preferencias de la banca privada internacional por Ollanta Humala se relacionan más con el tema del narcoterrorismo. Mientras que Humala calificó de Robin Hood peruano al sanguinario líder senderista Abimael Guzmán, la candidata Keiko Fujimori pronunció a inicios de la segunda vuelta un nombre que no le gustó nada a la banca privada londinense. En una entrevista concedida a la agencia de noticias AFP, dijo: “En los temas de seguridad considero que el presidente Uribe ha tenido grandes avances y le ha dado mucha estabilidad a Colombia”, es el modelo que seguiré.
EL ANTECEDENTE URIBE
Álvaro
Uribe, aunque al igual que Alberto Fujimori aceptó las políticas económicas que
Londres imponía, demostró que un país pequeño como Colombia, si hay decisión
política, puede evitar su destrucción si de veras se enfrenta a la nueva
“guerra del opio” que Gran Bretaña ha desatado en nuestro continente. Cuando el
entonces presidente colombiano, que en el curso de sus dos periodos de gobierno
–de 2002 a 2010– había logrado arrinconar a las FARC, pidió un poco más de
tiempo para cumplir con su promesa de desterrarlas para siempre de Colombia.
Los medios de difusión de la banca londinense, en especial la banca Rothschild,
le hicieron saber a Uribe que podría ser fatal para él si persistía en su
objetivo de ir a un tercer periodo presidencial. The Economist de Londres,
propiedad de la banca Rothschild, en su edición del 24 de junio de 2010
advirtió a Uribe que “le darían el tratamiento a lo Fujimori” si se lanzaba a
una segunda reelección. Las presiones de Londres hicieron desistir a Uribe y en
su lugar se lanzó como candidato a Juan Manuel Santos, amigazo de Tony Blair,
quien de inmediato tuvo el beneplácito de Hugo Chávez con el resultado que unas
agonizantes FARC están ahora vivitas y creciendo. Los vínculos de la narco
guerrilla de América del Sur con la quebrada banca financiera internacional no
solo tienen que ver con el hecho de que el negocio del narcotráfico es el
negocio de la banca oligárquica internacional, sino también con el hecho de que
las drogas es el principal instrumento de guerra cultural del imperio británico
en contra de las naciones soberanas del planeta. (1)
El ya famoso “abrazo de Grasso” revela la alianza de las altas finanzas con la narco guerrilla colombiana. En junio de 1999, Richard Grasso, entonces presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York, viajó en secreto a los cuarteles de las FARC, donde se dio un abrazo con Raúl Reyes, entonces el jefe máximo de la narco guerrilla. Luego del encuentro, se publicó la foto del abrazo y la noticia de la reunión, en la que según el propio Grasso se había hablado de “finanzas y política”.
El ya famoso “abrazo de Grasso” revela la alianza de las altas finanzas con la narco guerrilla colombiana. En junio de 1999, Richard Grasso, entonces presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York, viajó en secreto a los cuarteles de las FARC, donde se dio un abrazo con Raúl Reyes, entonces el jefe máximo de la narco guerrilla. Luego del encuentro, se publicó la foto del abrazo y la noticia de la reunión, en la que según el propio Grasso se había hablado de “finanzas y política”.
NO A OTRO FUJIMORI EN EL PERÚ
Pocas
veces se ha visto una campaña tan sucia y cargada de difamaciones en la
historia electoral peruana. Días antes de la segunda vuelta, el 2 de junio de
2011, el periódico The Independent, uno de los más prestigiados de la Gran
Bretaña, “denunciaba” que el “autócrata” Alberto Fujimori estaba dirigiendo en
persona la campaña política de su hija Keiko, desde la cárcel especial, dentro
de una unidad de la policía peruana. The Independent concluía que “todo esto
demuestra que es totalmente fundada la preocupación de los defensores de los
derechos humanos nacionales y extranjeros de que la señora Keiko Fujimori
liberará a su padre y que éste se convertirá de facto en el personaje que
maneje las riendas del poder en el Perú, reabriéndose así de nuevo una era de corrupción
y de violaciones de los derechos ciudadanos”. Inmediatamente después de las
elecciones de la segunda vuelta, se supo que el ex presidente Alberto Fujimori
había postergado su traslado al Hospital de Neoplásicas hasta después de las
elecciones, para no dañar la campaña de su hija, pese a que había perdido 17
kilos y el cáncer que padece en la boca se habría extendido a otras partes del
cuerpo.
El
31 de mayo la City de Londres hizo saber sus preferencias, el Financial Times,
publicó un artículo con el título “Humala es mejor para la democracia en el
Perú”. El diario aseveraba que bajo la influencia de Vargas Llosa, el próximo
gobierno de Humala no se aliaría con Hugo Chávez. Y publicaba una feroz
diatriba en contra de la candidata Fujimori y de paso contra las fuerzas
armadas peruanas. “Ella –según el FT– no ha repudiado las políticas de su
padre, y sospechamos que lo liberaría de la prisión que cumple debido a una
condena de 25 años por corrupción y crímenes contra la humanidad. De hecho, su
campaña parece haber sido dirigida, en parte, desde la penitenciaría donde su
padre está encarcelado… Los críticos, seguía analizando el FT, dicen que ella
emplea en su campaña los mismos recursos sucios que él usó para perpetuarse en
el poder” y que los “servicios de inteligencia militar del Perú están
involucrados en acciones turbias para apoyar su campaña”.
SE RESUCITA ONGS ANTI
FUJIMORI
La
campaña orquestada desde Londres para frenar a Fujimori incluyó no solo el
desplazamiento del Vargas Llosa al Perú, sino también la reaparición bien
financiada de todo el aparato de ONG, medios, etc. que tumbó al gobierno de
Fujimori. La campaña consiguió torcer el brazo de parte del empresariado
peruano e inclinarlo con todos sus medios publicitarios a favor de Humala. El
efecto de la campaña se dio principalmente en ciertos grupos empresariales
ligados al sector financiero, entre ellos la poderosa comunidad judía, que en
las últimas semanas comenzaron a apoyar a Humala. Pieza clave para el cambio de
parte del empresariado peruano fue la presidente de la Asociación de Fondos de
Pensiones, Beatriz Merino, miembro de Diálogo Interamericano y compinche
político de Mario Vargas Llosa. Beatriz Merino, un defensora de la legalización
de las drogas que firmó el famoso comunicado de Diálogo Interamericano para
poner fin a la guerra a las drogas en 1986, se reunió con Humala y salió a
declarar a la prensa que ella creía cuando este le aseguro que no iba a tocar
los fondos privados de pensiones, como lo había anunciado al principio de su campaña.
No fue extraño, por lo tanto, que el 7 de junio, tan pronto se conocieron los
resultados de las elecciones, Vargas Llosa, desde Madrid, la propusiera como la
primera ministra de Ollanta Humala y tampoco extrañó que, en ese misma fecha,
Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, en una entrevista que
le dio al Council on Foreign Relations de Nueva York (CFR), alabara la victoria
de Humala en las elecciones peruanas.
EL MODELO BRASILEÑO DE LULA
PARA EL PERÚ
Toda
la prensa internacional ligada a los intereses bancarios, incluidos el New York
Times, el Washington Post y la prensa londinense, se ha congratulado de la
victoria de Humala y ha coincidido en la idea de que debe seguir el modelo
brasileño de Lula. El ultra liberal Instituto Cato también ha coincidido en que
a Humala le pasará lo mismo que a Lula, que subió al poder con un lenguaje
izquierdista y luego se transformó en un pragmático más confiable para la banca
internacional.
¿En
qué consiste el famoso modelo brasileño en el que tanto confía la comunidad
bancaria internacional, que inició Lula y mantiene la actual presidente Dilma
Rousseff?
Cuando el ex dirigente sindical izquierdista brasileño llegó al gobierno dio muestras de “pragmatismo” al nombrar para dirigir el Banco Central a Henrique Meirelles, un diputado electo precisamente por el partido opositor de Serra y como ministro de Economía a Antonio Palocci, un ex trotskista convertido en el más feroz librecambista, que adoptó una política económica conservadora para calmar los mercados, a la par que lanzó un programa asistencialista para calmar la furia de la población pero totalmente insuficiente para resolver la inmensa pobreza brasileña. El modelo de apertura y manejo de la banca central a gusto de la banca internacional, en los hechos ha convertido a Brasil en uno de los más importantes centros de saqueo que ha sostenido al sistema monetario-financiero mundial en los últimos años. Para el año 2010, cuando se le pregunto al economista Lyndon LaRouche; ¿Qué era Brasil? -Respondió: “un modelo sin futuro”… “un enorme acarreo de fondos de la quebrada banca financiera”.
La verdad de la milanesa, como decimos en Lima, es que, con Lula, Brasil se convirtió en un apéndice del depredador sistema monetario del Imperio británico. El grupo bancario Inter-Alpha convirtió a Brasil en un centro financiero internacional de especulación a la par de Londres, Wall Street y Hong Kong donde se comercian todo tipo de derivados financieros, monedas y valores. El mercado de valores de Sao Paulo (BOVESCA), que es ya el quinto más grande del mundo, se convirtió además en el vehículo de un “carry trade” (negociado especulativo de acarreo de fondos) de proporciones salvajes. Todo esto manejado por lord Jacob Rothschild, jefe del grupo Inter-Alpha, que controla en Brasil a los bancos más grandes del país: el Banco Santander, el HSBC y a la Banca Central brasileña, a través de Henrique Meirelles, ex presidente del Bank of Boston Corporation.
Cuando el ex dirigente sindical izquierdista brasileño llegó al gobierno dio muestras de “pragmatismo” al nombrar para dirigir el Banco Central a Henrique Meirelles, un diputado electo precisamente por el partido opositor de Serra y como ministro de Economía a Antonio Palocci, un ex trotskista convertido en el más feroz librecambista, que adoptó una política económica conservadora para calmar los mercados, a la par que lanzó un programa asistencialista para calmar la furia de la población pero totalmente insuficiente para resolver la inmensa pobreza brasileña. El modelo de apertura y manejo de la banca central a gusto de la banca internacional, en los hechos ha convertido a Brasil en uno de los más importantes centros de saqueo que ha sostenido al sistema monetario-financiero mundial en los últimos años. Para el año 2010, cuando se le pregunto al economista Lyndon LaRouche; ¿Qué era Brasil? -Respondió: “un modelo sin futuro”… “un enorme acarreo de fondos de la quebrada banca financiera”.
La verdad de la milanesa, como decimos en Lima, es que, con Lula, Brasil se convirtió en un apéndice del depredador sistema monetario del Imperio británico. El grupo bancario Inter-Alpha convirtió a Brasil en un centro financiero internacional de especulación a la par de Londres, Wall Street y Hong Kong donde se comercian todo tipo de derivados financieros, monedas y valores. El mercado de valores de Sao Paulo (BOVESCA), que es ya el quinto más grande del mundo, se convirtió además en el vehículo de un “carry trade” (negociado especulativo de acarreo de fondos) de proporciones salvajes. Todo esto manejado por lord Jacob Rothschild, jefe del grupo Inter-Alpha, que controla en Brasil a los bancos más grandes del país: el Banco Santander, el HSBC y a la Banca Central brasileña, a través de Henrique Meirelles, ex presidente del Bank of Boston Corporation.
El
Grupo Inter-Alpha que saquea a Brasil, primero con la ayuda de Lula y ahora con
la de Rousseff, se formó en 1971 como una coalición de seis bancos de la
oligarquía europea, el mismo año en que el gobierno de Nixon separó
perversamente al dólar del patrón oro y destruyó el sistema de Bretton Woods de
Franklin Delano Roosevelt, de tipos de cambio fijos.
El
negocio (carry trade) con Brasil consiste en ingresar al mercado de valores
(BOVESPA) comprando fundamentalmente bonos del gobierno brasileño –que durante
el gobierno de Lula dejaban una renta anual no menor a 8%– y venderlos a los
pocos días con jugosas ganancias, en los mismos mercados, aprovechando la
devaluación de la moneda brasileña. Los tiburones financieros no han terminado
de saciarse depredando la economía brasileña. En febrero pasado, ya con la
nueva presidente, el Banco Central de Brasil elevó su tasa de interés de
referencia Selic (ya la más elevada en el mundo) en cincuenta puntos, a 11.25%.
El ahora ex jefe de la Banca Central Brasileña, Henrique Mirelles, acaba de
decir que se tendrá que subir de nuevo dicha tasa en 2% para mantener el
negocio de la banca.
A
todas luces, el modelo “brasileño de Lula” es más negocio para los Rothschild
que para el Perú.
LA SOLUCION: LA GLASS
STEAGALL
Perú,
ni ningún país o alianza de países, entre ellos el famoso BRIC, puede tener un
rumbo diferente a lo que pase con la economía norteamericana y con el sistema
financiero internacional. La quiebra del bloque del Euro la más poderosa
alternativa al dólar que existe, prueba contundentemente esto. Hoy en día,
cuando el sistema federal de los Estados Unidos está en bancarrota y se anuncia
una nueva recesión mundial, que muy bien puede acabar para siempre con el
globalismo, la actual división internacional del trabajo de la cual todos
dependemos, tanto los países productores de materias primas como, la nueva
economía industrial de la China y la India son totalmente vulnerables a lo que
pase con el dólar, todo se iría al demonio si el dólar y la economía norteamericana
terminan hundiéndose. Por ello, mal haríamos en ilusionarnos con una
alternativa, como la brasileña, en medio de la tormenta que se avecina. Para el
próximo gobierno tiene que ser preocupación principal el de plantear la
inmediata reforma cabal del sistema financiero mundial, sin eso no hay futuro
para ninguna nación en el tierra.
La
única reforma viable en estos momentos es una del tipo que ejecuto el
presidente Franklin D. Roosevelt en 1933 para los Estados Unidos. Esta reforma,
sintetizada en la ley Glass Steagall, que separaba a la banca sana de la banca
especulativa y usurera. Hoy en día, un creciente fermento político que va desde
el Congreso norteamericano, sindicalistas y grupos políticos, encabezados por
la corriente política de Lyndon La Rouche, tratan de reimplantarle a la
brevedad en los EE.UU. Su aplicación en los Estados Unidos y su extensión al
resto del sistema financiero internacional limpiarían de inmediato los billones
de dólares de deudas de juego y especulación que hoy hunden a la economía
mundial. Posibilitando así, un nuevo crédito mundial dirigido a la producción
que pondría de inmediato a trabajar a las fuerzas productivas que están
entrando estrepitosamente en un paro global.
Salvo
una reforma a lo Glass Steagel, todo lo demás es ilusión.
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