Las redes de la B´nai B´rith tuvieron un impacto devastador en la cultura del siglo XX. Sigmund Freud el fundador del psicoanálisis fue un miembro destacado de la logia B´nai B´rith en Viena, Austria durante el crepúsculo del Imperio Habsburgo. Luego Freud agradecería a los miembros de la logia por su ayuda y soporte en los inicios del psicoanálisis. Varios miembros de la logia proveyeron el cuadro inicial junto a Freud para fundar el charlatanismo del psicoanálisis. Freud sería un charlatán y un cabalista. El anti-semitismo de Freud y de la B´nai B´rith como una organización de la inteligencia británica a la expensa de judíos sería claramente documentada en el trabajo de Freud “Moisés y la religión monoteísta”. Su odio hacia la creatividad y la mente humana será documentado en su ensayo sobre Leonardo da Vinci, donde dirá, sin evidencia alguna, que Leonardo era homosexual.
A LA DIESTRA DE SIÓN
Ferran C. Vidal
Del proislamismo a la islamofobia (1)
En concomitancia con EEUU, la histeria anteislámica se ha propagado en Europa a través de toda la fiebre multiforme de partidos de la ≪Nouvelle Drete≫, ≪Identitarios≫ y otros mixtovariantes. Dichos grupos ya hace tiempo que sucumbieron al discurso islamofobo fabricado si descanso por el sionismo y a la falaz amenaza de 'Euroarabia', termino acunado por la judía Bat Ye'or, mujer famosa a su vez en Francia por su teoría 'Dhimmitude'. El neologismo 'dhimmitude', de significado análogo al 'underdogma' americano, alcanzó gran popularidad en el país galo gracias a la periodista italiana Oriana Fallaci, cuyo apellido parangonamos de un acierto extraordinario. Por nuestra parte, nos cansamos de advertir a dichos concurrentes que tal postura anteislámica no solo era incoherente, sino que favorecía enormemente los intereses de Israel. Solo conseguimos una sonrisa socarrona y tomarnos por ingenuos o por locos. No deja de ser desconcertante, a tenor del considerable número de nacionalsocialistas que hay en dichos grupos ≪identitarios≫, el cambio radical de estos respecto a su postura con el mundo islámico. Asimismo, y como premisa aclaratoria, queremos precisar que no nos referimos al total acervo de los inscritos, pues sabemos que algunos realizan una labor encomiable, sin embargo, y por propia ley de aristocracia, estos no son más que una minoría. Nuestro interés no es versar en el análisis particular y concreto, sino en la síntesis metagenerica de los acontecimientos. Hubo otros tiempos más benignos donde en Alemania el NPD integraba
musulmanes en sus líneas y permitía a hombres como Ahmed Huber dar conferencias sobre el mundo islámico en los congresos del partido y escribir en el informativo 'Deutsche Stimme'. O Nick Griffin, el líder del BNP, congeniaba desde Inglaterra con las figuras de Jomeini y Gadaffi. Anos en que en España, Huzman Hanza Rios, publicaba la siempre polémica revista 'Handschar', mientras Omar Silva escribía artículos proislamicos para la Falange y otros miembros del partido manifestaban su apoyo a las revueltas de Irán. Haciendo una mirada aún más retrospectiva, Hitler ordenaba en Alemania construir una mezquita en Berlín, declaraba a la raza árabe como ≪pueblo no inferior al ario≫, colaboraba en favorecer la expansión del islamismo en sus países, integraba a musulmanes en los ejércitos de la Wermacht y en las Waffen SS internacionales, abría escuelas de Mulahs y centros islámicos en Berlín, Dresden y Metz (Francia) o recibía al Gran Mufti de Jerusalén con todos los honores y banderas palestinas, y con la misma deferencia a delegaciones de Siria e Irak. Empero, los nacionalsocialistas contemporáneos prefieren encarnizarse contra el Islam, impedir que construyan mezquitas y culpabilizarles de la arabización de Europa. Pese a que apenas el 18% de los países islámicos son árabes y que el propio Corán instruye en la ≪no confrontación entre religiones≫, dichos acólitos siguen creyendo en la dicotomía arabe-musulman y en el peligro que entraña su religión. Decididamente el hombre islámico no es digno de su confianza. Sin embargo, Hitler tenía una opinión muy distinta:
musulmanes en sus líneas y permitía a hombres como Ahmed Huber dar conferencias sobre el mundo islámico en los congresos del partido y escribir en el informativo 'Deutsche Stimme'. O Nick Griffin, el líder del BNP, congeniaba desde Inglaterra con las figuras de Jomeini y Gadaffi. Anos en que en España, Huzman Hanza Rios, publicaba la siempre polémica revista 'Handschar', mientras Omar Silva escribía artículos proislamicos para la Falange y otros miembros del partido manifestaban su apoyo a las revueltas de Irán. Haciendo una mirada aún más retrospectiva, Hitler ordenaba en Alemania construir una mezquita en Berlín, declaraba a la raza árabe como ≪pueblo no inferior al ario≫, colaboraba en favorecer la expansión del islamismo en sus países, integraba a musulmanes en los ejércitos de la Wermacht y en las Waffen SS internacionales, abría escuelas de Mulahs y centros islámicos en Berlín, Dresden y Metz (Francia) o recibía al Gran Mufti de Jerusalén con todos los honores y banderas palestinas, y con la misma deferencia a delegaciones de Siria e Irak. Empero, los nacionalsocialistas contemporáneos prefieren encarnizarse contra el Islam, impedir que construyan mezquitas y culpabilizarles de la arabización de Europa. Pese a que apenas el 18% de los países islámicos son árabes y que el propio Corán instruye en la ≪no confrontación entre religiones≫, dichos acólitos siguen creyendo en la dicotomía arabe-musulman y en el peligro que entraña su religión. Decididamente el hombre islámico no es digno de su confianza. Sin embargo, Hitler tenía una opinión muy distinta:
«Los únicos a los que considero dignos de confianza son los musulmanes» Adolf Hitler
«Estoy convencido de que los pueblos gobernados por el Islam estarán siempre más próximos a nosotros que, por ejemplo, Francia, no obstante la familiaridad de la sangre que corre por nuestras venas». Adolf Hitler
Mientras el Fuhrer prefería una noble alianza con pueblos musulmanes extranjeros, antes que confiarse a otras naciones por simple y mera afinidad racial, sus nietos ideológicos son partidarios hoy de hacer justamente lo contrario. Hitler, lejos del prejuicio y desconocimiento general habitual, consideraba el Islam como una religión superior al cristianismo, que incluso llegaba a comparar con los tiempos de esplendor del Sagrado Imperio Romano:
«Es tan solo en el Imperio universal romano que podemos decir que la cultura fue un factor (en términos de Estado). También el gobierno de los árabes en España fue algo infinitamente distinguido: los más grandes científicos, pensadores, astrónomos, matemáticos, una de las épocas más humanas, al mismo tiempo que una caballería colosal. Cuando más tarde hizo su aparición el cristianismo, entonces sí podemos decir: los bárbaros. La caballería que nació en los castellanos fue en realidad una herencia de los árabes. Habría sido mejor que Charles Martel no hubiera vencido en Poitiers, ya que nuestra Europa, totalmente subyugada por los judíos, había convertido el cristianismo en algo tan insípido que hubiese sido preferible la victoria del Islam. La religión islámica recompensa al guerrero con la entrada al séptimo cielo. Con esta religión habríamos recuperado de nuevo el espíritu guerrero que nos había arrebatado el cristianismo y hubiéramos vuelto a conquistar el mundo». Adolf Hitler
«Basémonos siempre en esta verdad histórica: el legislador de los musulmanes, hombre poderoso y terrible, establece sus dogmas con el coraje de sus armas, aún y la indulgencia y tolerancia de su religión. El legislador divino del cristianismo, viviendo en la humildad y la paz, y predicando el perdón de las ofensas, su santa y dulce religión se convirtió para nuestra ira, en la más intolerante y bárbara de todas». Adolf Hitler
Otro argumento extendido entre dichos neomilitantes es acusar al Islam de ser una ≪religión falsa≫ o ≪anti-europea≫ por no tener imágenes, cuando los atlantes, los pelasgos, los persas mazdeistas, los indoarios de la primera edad védica o los propios romanos durante los dos primeros siglos, tampoco representaron a sus divinidades. El Canciller alemán tampoco nunca objeto nada al respecto, sino que nuevamente lo considero un rasgo superior de su religión:
«Por desgracia para la Iglesia, ella ha delimitado el misterio al explicarlo de manera precisa… No tenemos ninguna luz sobre el misterio cuando aprendemos que los sacerdotes se asemejan a Dios bajo lo rasgos vulgares de un hombre. Los discípulos de Mahoma, en este aspecto, son muy superiores, ya que no necesitan representarse físicamente a Alá. […] El mayor peligro en que ha caído el cristianismo es que su representación de la otra vida sometida a un cambio eterno, ha sido ligada a tantas pequeñas cosas terrestres, que si una vez éstas se rompen, los hombres estarán maduros para el retorno del materialismo marxista. Es lo angustiante, pues con ello el hombre pierde toda restricción, y se imagina el amo de la naturaleza, y entonces es cuando todo termina». Adolf Hitler
Leon Degrelle explica dicha admiración del Fuhrer por el Islam:
«Hitler tenía una debilidad indiscutible por la religión islámica. Él, que era de origen católico y de pequeño había cantado en el coro de su parroquia, manifestó siempre un gran respeto por el Islam y su civilización». Léon Degrelle
El ex general belga también relata como Hitler ordeno fabricar collares con un diminuto Corán abierto, que colgaba personalmente a los cuellos de los soldados voluntarios musulmanes. Cabe recordar la efusiva amistad que mantuvo siempre Degrelle con el Gran Mufti y con sus hijos, quienes en los años 70 fueron a visitarle personalmente a Cartagena durante sus años de exilio en España. Pero en absoluto el filoislamismo era una idea personal de Hitler, sino una convicción compartida por casi toda la cúpula dirigente del Reich. Nadie ignora el interés y respeto que Himmler sentía por la religión islámica, cuya cosmovisión valoraba como «la más cercana al nacionalsocialismo», o que el Corán fuera uno de sus libros de cabecera, del que se valían sus suntuosos discursos y ovaciones a las tropas musulmanas. Ludwig Heiden, oficial de los Servicios Centrales de Seguridad del Reich, se hizo célebre por haber traducido el 'Mein Kampf' al árabe y haber editado una versión al mismo idioma de 'Los Protocolos de los Sabios de Sion', además de convertirse al islamismo con el nombre de Al Hadj. El ilustre antropólogo Dr. Ludwig Ferdinand Klauss, importante teorizante de estudios raciales del NSDAP y gran entusiasta de alianzas con el mundo islámico, también se hizo adepto musulmán. Oskar Ritter von Niedermayer, conocido por sus antiguas hazañas en la primera guerra mundial, en las que medio con Afganistán para liberar a la India de las colonias británicas, fue otro convertido al islamismo. Niedermayer tuvo uno reconocida labor durante el Reich como general de unidades de legionarios turcomanos y otros pueblos del este, así como de voluntarios afganos e iraníes. El también experto alemán en cuestión judía y alto rango del NSDAP, el Dr. Johannes von Leers, dirigió los servicios de propaganda antisionista del gobierno de Egipto y abrazo la fe islámica bajo el apelativo de Omar Amin. El celo musulmán y ahínco con el que von Leers exhortaba la adhesión de los europeos a la religión islámica dejaría hoy libido a más de uno. No exageramos al decir que las declaraciones transcritas a continuación del secretario de Goebbles son las más diplomáticas que hemos encontrado:
«El mundo está en deuda eterna con la religión islámica. Con la conquista de Arabia, los musulmanes consiguieron frenar la peligrosa incursión de los judíos en esas tierras, y en lugar de las terribles enseñanzas del Jehová del judaísmo, trajeron a los pueblos conquistados la noble religión islámica, que desde ese instante abrió las puertas de una cultura superior a muchos pueblos». Johannes Von Leers
«El musulmán es el mayor enemigo del judaísmo, por eso los judíos quieren destruir todo el trabajo que hizo el profeta Mahoma». Johannes Von Leers
«Me he convertido voluntariamente al Islam y he cambiado mi nombre original por el doble nombre árabe de Omar Amin. El primero, por nobleza y respeto al gran Califa Omar, quien fue el mayor luchador contra los judíos, y el segundo, en honor de mi venerable amigo, el Gran Mufti Hajj Amin el Husseini». Johann Von Leers
Hubo muchos otros oficiales alemanes y altos rangos del estado mayor y de la RSHA que se convirtieron voluntariamente al Islam. La mayoría emigraron tras la guerra a tierras de Egipto, Siria e incluso Arabia Saudí. Algunos estuvieron desempeñando labores de propaganda contra el sionismo y en favor de la autodeterminación de los pueblos musulmanes. Otros trabajaron en los ministerios de defensa e instruyeron militarmente a las Fuerzas de Liberación de Palestina (PLO), entre cuyas operaciones logísticas y suministro de armas habrían contado con la ayuda del propio Otto Skorzeny. He aquí un elenco de sus nombres: Gerd Von Nimzek (Ben Ali), Bernhardt Bender (Bechir Ben Salah), Leopold Gleim (Al Nashar), Walter Balmann (Ali ben Khader), Hans Appler (Saleh Shafar), Seipel (Imad Zuher), Heinrich Sellman (Hassan Suleiman), Wilhelm Boerner (Ali Ben Keshir), Ulrik Klaus (Muhammad Akbar), Gruber (Aradji), Dr. Heribert Heim (Tarek Hussein Farid), Werner Birgel (Al-Gamin), Alois Brunner (Ali Mohammed), Ludwig Zind (Muhammad Saleh), Wilhelm Boeckler (Abd el-Karim), Joachim Daumling (Ibrahim Mustapha), Franz Bartel (Al-Hussein), Aehim Dieter Peschnik (Al-Said), Baumann (Ali Ben Khader), Heinrich Willermann (Naim Fahum), Albert Thiemann (Amman Kader), Wilhelm Hintersatz (Harun-al-Raschid Bey), Erich Altern (Ali Bella), Friedrich Buble (Ben Amman), Karl Luder, Dr. Wilhelm Beissner, Oskar Dirlewanger, Baron von Harder, Franz Hithofer, Fritz Bayerlein, Wilhelm Farmbacher, Franz Bunsch, Dr. Hans Eisele, Erich Bunzel, Hans Becher, Eugen Fichberger, Gerhard Mertins, Schmalstich, Rudolf Midner, Alois Moser, Oskar Munzel, Franz Rademacher, Walter Rauff, Erich Weinmann, Otto Ernst Remer... Los ejemplos de apoyo y defensa brindados por el Reich a los pueblos islámicos son numerosos. En 1937, en el macrocongreso panarabe de Blutan contra las políticas sionistas, el único país europeo que estuvo presente fue Alemania. Durante los años de gobierno, los nazis defendieron la independencia de Marruecos y dieron refugio al Emir Shakib Arslan del Libano, recibiéndolo como ≪Ciudadano de Honor del Reich≫ y nombrándole consejero del departamento de propaganda árabe e islámica. También libero Alemania al tunecino Habib Burguiba, líder del partido independentista Neo-Destour, encarcelado por los franceses. Los 'Hermanos Musulmanes' recibieron ayuda del Reich para distribuir traducciones al árabe del 'Mein Kampf'. Fritz Grobba, el embajador alemán en Bagdad, contribuyo sobremanera con Al-Husseini y el derrocado Rey afgano Amanullah, en el golpe de estado iraquí de Rashid Ali al-Gailani contra las intromisiones británicas. Al-Gailani tuvo, además, asilo político y ayuda militar de los alemanes a su país una vez empezaron las hostilidades de los ingleses. Los intereses de Afganistán -país en el que Alemania llevaba trabajando desde 1917- también fueron defendidos por el Reich, a través de la 'Escuela de Lengua Alemana' de Kabul, estrechando relaciones con el ministro de economía Absul Majid, así como negociando ganancias territoriales para el país tomadas por los británicos y entrenando a las fuerzas armadas del país. Durante el refugio de Majid en Berlín, los alemanes se comprometieron a liberar a los 15 millones de afganos colonizados en la India por el Raj británico. Alemania fomento también en la nación afgana la emancipación de la etnia pashtun, pueblo al que declaro oficialmente como ario y para quienes ayudo a crear la Academia Pashto (Pashto Solana), destinada a la recuperación del idioma pashto, muy en decadencia en esos años por la imposición de la lengua persa. El Reich también mantuvo relaciones diplomáticas con el embajador turco Mehmed Hamdi, partidario del golpe de estado de Irak y de ceder acceso territorial para invadir la URSS, mientras las tropas alemanas ganaban el apoyo de Alparsan Turkes, jefe del 'Ulkuculer' y de la 'Formacion Turaniana'. En Palestina, los alemanes dispusieron diferentes ortsgruppen (ramas locales) del NSDAP y permitieron al líder del 'Consejo Supremo Islámico' y 'Gran Mufti de Jerusalén', abrir un centro islámico en Berlín y una oficina de propaganda organizada con cuatro secciones: 'Propaganda por Radio', 'Espionaje y Sabotajes en Europa y Oriente Próximo', 'Reclutamiento de Voluntarios para las Unidades Musulmanes' y 'Formación de Imanes para las Unidades Musulmanas'. Una vez ocupada Francia, y cortésmente recibidos por la población tunecina del país galo, los alemanes entablaron relaciones con el lider de la comunidad musulmana, Si Kaddour ben Gabrit, e intercedieron económicamente en la construcción del Hospital musulmán 'Avicena' del municipio de Bobigny. Durante la guerra, las alianzas entre Alemania y los pueblos árabes e islámicos, lejos de menguar se afianzaron. Hitler ordeno crear diferentes divisiones SS para voluntarios musulmanes, asi como la expresa unidad de voluntarios árabes 'Deutsche Arabische Lehr Abteilung' y el 'Kommando Deutsch-Arabischer Trupper' (KODAT) '', cuerpo especial magrebi para voluntarios marroquíes, argelinos y tunecinos. Stefano Fabei da una cifra estimada del numero de voluntarios islámicos alistados al Reich, basada a su vez en el libro 'Voluntarios extranjeros en la Wermacht' de Carlos Caballero:
«Se trata de una contribución muy significativa, difícil de cuantificar numéricamente. Para intentar dar una cifra, diremos, prudentemente, que más de 300.000 fueron los musulmanes de las regiones islámicas de la Unión Soviética (caucásicos, turcos de Crimea, tártaros del Volga, turkestanos, azerbaiyanos, etc.) que se enrolaron con los alemanes para combatir contra la armada roja de Stalin; 117.000 los caídos. Por cuanto se refiere a los árabes, entre 1941 y 1945, se calcula que 500 sirios, 200 palestinos, 450 iraquíes y alrededor de 12.000, entre argelinos, tunecinos, marroquíes y egipcios que se unieron activamente al Eje. 6.300 formaron parte de unidades militares del Reich, unos pocos centenares combatieron con los distintivos del Ejercito Regio o de la Milicia Voluntaria de Seguridad Nacional, otros también militaron en la unidad de la Francia de Vichy. Emanuel Celler, miembro del congreso de los Estados Unidos, el 10 de abril de 1946, declaró que dos mil soldados árabes del Eje prisioneros de guerra estaban internos en el campo de presos de Opelika, en Alabama. Luego, en los Balcanes, más de 30.000 voluntarios de Bosnia, de Albania y de otras regiones musulmanas entraron en las Waffen SS, y a esto habría que sumar aquellos millares de fieles de Alá que combatieron en milicias y formaciones autónomas».
Según pesquisas de otros autores como Carlo Cariglio, la cifra de voluntarios árabes
habría superado los 40.000:
«Esto, naturalmente, sin contar los centenares de miles de voluntarios Bosnios (dos Divisiones musulmanas Waffen SS, la 13° Gebirg-Division 'Handschar' y la 23° Gebirgs-Division 'Kama'), Croatas (quinta División Nacional 'Hravatsko Domobranstvo', la 'Crna Legija', la Milicia Ustascia, así como dos Divisiones y numerosos Legionarios voluntarios del frente del Este), Albaneses (Waffen-Gebirgs-Division der SS 'Skanderberg', liderada por Mostepha Bey Frashery), Cosacos (la Ostlegion, la XIV Kosaken-Kavallerie-Korps der SS Don-Kosaken, la 19° Waffenverbände der SS «Kuban-Kosaken», la 20° Waffenverbände der SS «Terek-Kosaken», la 21° Waffenverbände der SS «Sibir-Kosaken»), Árabes (40.000 voluntarios integrados en la Wehrmacht, sin contar los alistados en la 'Phalange Africaine', la 'Deutsch-arabische Lehrabteilung', la 'Brigade El-Maadi', la 'Französische Freiwilligen Legion', y en las varias milicias armadas constituidas entre el 1942 y el 1944 del 'Rassemblement National Populaire' de Marcel Déat, del 'Parti Popoulaire Français' de Jacques Doriot, del 'Mouvement Franciste' de Bucard y del 'Mouvement Social Révolutionnaire' de Eugène Delonche); y Rusos (más de un millón de hombres enrolados en la 'Russkaja Osbodie Telnaja Armia', el Ejército de liberación nacional ruso, a las órdenes del general Andreï Vlassov). Por no mencionar las Divisiones y los centenares de Brigadas y Regimientos de voluntarios Búlgaros, Serbios (formados dentro de la División SS 'Prinz Eugen'), Turcos, Ucraineses (Ejército de liberación Ucrainés), Bielorrusos, Turkestanos (la Legión Turkestana), Tártaros (la Legión del Volga del Obersturmfürer Olzcha), Caucásicos (la Legión Caucásica de Ali Khan), Azerbaiyanos (la Legión SS liderada por el general Mikhail Dudanginsky), Armenios (la Legión Armenia), Georgianos (la Legión Georgiana), Tibetanos (un Batallón de voluntarios llegados en 1945 para defender Berlín) e Hindúes (la 17° Indische Legion der Waffen-SS y 4.000 voluntarios del 950° Panzergrenadierregiment y de la 18° Unidad de la SS Freiwilligen-Panzergrenadierdivision 'Horst Wessel', sin olvidar los 50.000 voluntarios del Ejército Nacional Indio de Subhas Shandra Bose, integrados en el ejército japonés)». Leon Degrelle revela el sentido de dichas alianzas:
«Es lo que explica el interés especial que Hitler tenia por los pueblos del Islam, arrastrados demasiadas veces a la dominación y menosprecio de los negreros extranjeros que impusieron a estos países altamente civilizados sus lenguas y costumbres. Sin los aportes de estos antiguos pueblos, Europa habría acabado en los balbuceos de una Alta Edad Media que ni se acordaba de Sócrates ni de la Roma de Agusto. Es el Islam quien nos trajo a Córdoba a Aristóteles hace ya más de diezsiglos». Léon Degrelle
Aun mas desconocido es el dato proporcionado por Elwyn Jones y Rajani Palme Dutt sobre la conversión de 25.000 nacionalsocialistas al islamismo ordenada por el Reich en verano de 1939. Estos fueron organizados en el movimiento musulmán 'Janait-e- Muslimin' con el consentimiento y colaboración del Gran Mufti. Diseminados como misioneros politicos en diferentes países islámicos, desempeñaron funciones de administración bancaria, actividades de cinematografía y documental, colaboraciones proislamicas y antisionistas en la prensa árabe e impartiendo clases de lengua alemana. Sus principales centros de operación estaban en Bagdad y sobre todo en el Cairo, capital conectada con las labores políticas que a su vez tenia desplegadas el Reich en Egipto, Sudan, Palestina y Transjordania. Otro organismo a su servicio fue el 'Club Arabe el Nadi el Arrabi', movimiento panislámico fundado en 1921 por el Emir libanés Shakib Arslan, hombre partidario del Califato y mano derecha del Gran Mufti, que contaba con militantes en múltiples zonas de Oriente Medio y Europa, y una sede principal en
Berlín. Cuando Alemania promulgo las leyes contra los matrimonios mixtos judíos de Nuremberg, miles de telegramas de felicitación fueron enviados al Reich de parte de los países árabes e islámicos, especialmente de Marruecos y Palestina. Los árabes veían en Hitler el equivalente de un Califa. Muchas zonas del mundo árabe y medios de prensa lo identificaron como una encarnación de Mahoma. En Siria y Líbano, las figuras del Fuhrer y el Duce se interpretaban como personificaciones del Mahdi. Mientras los sirios daban a Hitler el título de ≪Abu Ali≫ (Sirviente del más alto), el canciller alemán era bautizado en Egipto como ≪Muhammad Haidar≫ (Leon de Mahoma). Gran cantidad de libros, carteles publicitarios y entradas de tiendas y mercados locales, llevaban circunscrita la leyenda ≪Bissama Allah, oria alard Hitler≫ (En el Cielo Ala, en la tierra Hitler). Las muestras de afecto que tuvo el Reich con los pueblos árabes y con el mundo musulmán en general, se constatan nuevamente en el telegrama que Himmler envió en noviembre de 1943 al Gran Mufti de Palestina, país por el cual Alemania, toda y la fuerte presión de los británicos y de la Organización Mundial Sionista, abrigo siempre una gran egida y la promesa de otorgarle un Estado propio integrado en un Califato islámico, una vez finalizada la guerra:
«Al Gran Mufti: El movimiento nacionalsocialista de la Gran Alemania mantiene, desde su inicio, una lucha contra la judería internacional. Por ello ha seguido con especial afecto la encomiable resistencia por la libertad del pueblo árabe, fundamentalmente en Palestina, contra las injerencias de la comunidad judía. En reconocimiento a este mortal enemigo común yace la firme fundación de la alianza natural del nacionalismo alemán por el amor y lucha de los musulmanes del mundo entero. En tal voluntad de espíritu os envío, en este infame aniversario de la declaración Balfour, mis más sinceros deseos y esperanzas para que en esta lucha consigáis finalmente la victoria». Heinrich Himmler
Durante anos, Alemania estuvo enviando al Rey Ibn Saud de Arabia Saudí, por medio de Turquía, armamento y dinero para los insurgentes palestinos. Los alemanes trasladados a Palestina tomaron contacto con importantes líderes árabes para soliviantarse al rechazo de partición de tierras entre judíos y palestinos. Adam Vollhardt, principal emisario alemán delegado a Palestina para negociar con dichos superiores palestinos, requirió en 1938:
«La cuestión palestina debe resolverse satisfactoriamente para el pueblo árabe en pocas semanas. […] Alemania quiere contribuir a solucionar el problema palestino y devolver los derechos de este pueblo, y usará, para tal objetivo, todos los medios posibles de propaganda en favor de la causa árabe». Por su parte, el 'Consulado Alemán de Palestina' hacía notar: «Es voluntad de Alemania asistir y lidiar la lucha de los árabes contra las pretensiones territoriales del sionismo». Por el lado intelectual, el insigne filósofo y científico alemán Herman von Keyserling expresaba: «Desde el comienzo de la revolución alemana me impresionó el parentesco del nacionalsocialismo con el Islam, y esta impresión se confirmó y reafirmó tiempo
después».
También Carl Jung vio estrechas analogías entre el movimiento nacionalsocialista y el Islam, e incluso identifico al Fuhrer con Mahoma:
«La cosmovisión de Hitler es la más cercana posible al islamismo, prometiendo el máximo de recompensas en esta vida, pero con ese Walhalla ''a lo musulmám'', en el que todo alemán merecedor puede entrar y disfrutar de su grandeza. El nacionalsocialismo predica, como el Islam, la virtud de la espada». Carl Jung «No sabemos si Hitler está a punto de fundar un nuevo Islam. De momento va por este camino, se parece a Mahoma. La emoción en Alemania es mahometana: guerrera e islámica. Todos sedientos de un Dios ''poco social''». Carl Jung
El filósofo Friedrich Nietzsche, aclamado en su día por la Alemania nacionalsocialista, como por sus vigentes seguidores, por su teoría del Übermensch, valoraba asimismo sobre el Islam:
«Tras arrebatarnos la cosecha de la cultura antigua, el cristianismo nos arrebató también la de la cultura islámica. El mundo maravilloso de la cultura árabe en España, más cercano a nosotros, en último término, que Grecia y Roma, porque nos hablaba con mayor fuerza a nuestra sensibilidad y a nuestro gusto, fue pisoteada (no tengo qué decir por qué pies)». Nietzsche
«Posteriormente, los cruzados combatieron contra algo ante lo que habrían tenido que arrodillarse y venerarlo con la frente en el suelo. [...] La verdad es que los cruzados estaban sedientos por el rico botín de Oriente. Seamos sinceros: las cruzadas no fueron más que una piratería a gran escala». Nietzsche
Ya incluso en la primera guerra mundial Alemania fue aliada del Imperio Otomano. El Káiser Guillermo II atendía personalmente al Califa Abdul Hamid II los asuntos de gran relevancia que el Sultán le consultaba. Fritz Grobba, el embajador de Irak durante el Reich, fue oficial de enlace del ejército otomano en 1915. Eberhard von Stohrer, diplomático en la Alemania nacionalsocialista, medio en la primera guerra mundial en Egipto por una alianza con el Reino de Hijaz saudi. Von Papen sirvió como soldado en el frente turco durante la primera guerra mundial. En la visita de Damasco de 1898, el Káiser rindió homenaje a la figura de Saladino, y durante su estancia en Tanger apoyo la independencia marroquí. En 1928, el presidente Hindenburg y el general Niedermayer recibieron, durante la República de Weimar, al Rey afgano Amanullah, en su visita de Estado a la capital de Berlín.
Lo que describimos atane también a los fascistas, pues hay un notorio grueso de esta parte que milita o simpatiza en tales partidos de ≪Nueva Derecha≫ e ≪Identitarios≫. El filoarabismo y filoislamismo ya figuraban en Italia antes del fascismo, siendo este apreciable en grupos como el movimiento futurista de Marinetti o las milicias Arditi. En aquellos días, el controvertido Grabrielle D'Annunzio proclamaba en afinidad con los Evangelios y el Coran: «Del Oriente vendrá la fuerza nueva para la Italia Nueva: de esta Italia que el destino ha querido constituya, geográfica y espiritualmente, el puente entre Occidente y Oriente».
En 1923, pocos meses después de que el fascismo tomase el poder, Mussolini ya alumbro su interés, no solo con los pueblos árabes del mediterráneo y del África oriental, sino con la integridad del mundo musulmán, enviando a Afganistan una misión politico-cientifica guiada por Gastone Tanzi y Luigi Piperno, para proponer un plan de asistencia al país y entablar una alianza con el Emir Amanullah, contrario a las políticas británicas y soviéticas.
Entre 1930 y 1936, la política islámica de Italia, más independiente y activa, comenzó a fomentar el respaldo del Medio Oriente y del área arabo-islámica en general, organizando eventos en la 'Feria del Levante', convenios de estudiantes asiáticos en Roma patrocinados por los Grupos Universitarios Fascistas y permitiendo retransmisiones radiofónicas y ediciones de periódicos en lengua árabe. En 1935 Mussolini creo en el Cairo la 'Agencia de Egipto y Oriente', como «enlace de información del mundo árabe», y un 'Instituto de Oriente' en Roma «para interés nacional de los problemas orientales, en mayor signo, los coloniales».
En 1934 el Duce formulo abiertamente su anhelo con el mundo musulmán:
«El objetivo histórico de Italia tiene dos nombres: Asia y África. Sur y Oriente es la máxima aspiración y voluntad de Italia. Esta es nuestra respuesta a sus derechos geográficos e históricos. De todas las grandes potencias occidentales de Europa, la más cercana a África y Asia es Italia. Nadie tergiversará la importancia de esta misión que yo asigno a ésta y todas las generaciones italianas del mañana. No se trata de conquistas territoriales como suele malinterpretarse, sino de una expansión natural de mutua colaboración entre Italia y las naciones del Oriente próximo y lejano. Italia, por su situación en el Mediterráneo y retorno a su función histórica de puente entre Oriente y Occidente, tiene el derecho y el deber de hacerlo. No reivindicamos monopolios o privilegios, sino impedir que los liberales obstruyan la obra de expansión espiritual, política y económica de la Italia fascista». Benito Mussolini
La estrecha solidaridad entre el fascismo y el Islam era al mismo tiempo fomentada por la revista 'Vita Italiana' de Giovanni Preziosi, que reproducía en sus artículos la idea de Italia como ≪potencia islámica≫, asignada en la obra de Gustavo Pesenti, ex comandante de los soldados de Palestina. El también colaborador orientalista, Giovanni Tucci, resucitaba por su parte en la publicación italiana el pensamiento de Essad Bey:
«El fascismo puede, en cierta manera, ser llamado el Islam del siglo XX. […] La entrega de la espada del Islam al Duce es la mayor prueba que el Islam ve en el fascismo el símil más cercano a su visión del mundo. El fascismo ha orientado su política dirigida a una saludable y vivaz conciencia renacida, respetando y tutelando creencias, tradiciones, usos, costumbres. Sabiduría política que poco a poco ha conquistado la simpatía e interés de todo el mundo islámico. El Islam se endereza con la luz de Roma, convencido del poder y sabiduría de la nueva Italia fascista que, por anhelo del alma, demuestra una gran comprensión y respeto de la ley del Profeta y las tradiciones de los antepasados». Otro adjunto redactor del medio, el árabe Said Sciartuni, defendía lo propio valorando al mundo árabe como «un campo fértil para la extensión del fascismo, un medio esencial para su renacimiento espiritual». Es imperativo añadir en la lucha preislámica a las ínclitas figuras de Carlo Arturo Enderte y del Dr. Enrico Insabato, asesor de cuestión islámica durante el régimen fascista. Insabato, hombre al frente de la revista italo-arabe 'Il Convito – An-Nadi', publicada en el Cairo entre 1904 y 1907 -la cual estaba escrita e inspirada por el sheykh Abd er-Rahman Illaysh al-Kabir, el iniciador de Rene Guenon al sufismo-, siguió defendiendo la alianza del fascismo con el Islam incluso en los años de guerra. En 1937, durante su viaje triunfal a Libia, y tras entrar en la mezquita de Tripoli, Mussolini rindió homenaje a la tumba del muyahidin Sidi Rafa y empuño la Espada del Islam que recibió de manos del jefe bereber Iusuf Kerbisc, en presencia del tribunal islámico. Seguidamente, en la 'Plaza del Castillo', enuncio el líder italiano:
«La Italia fascista quiere asegurar a la población musulmana de Libia y Etiopía la paz, la justicia, la convivencia, el respeto a la ley del Profeta, así como mostrar su honor por el Islam y los musulmanes del mundo entero». Los discursos que entonaron los Cadies en reconocimiento a la autoridad del Duce son dignos de reproducir:
«Dios sea loado, que ha infundido el misterio de su genio en Sus hombres elegidos, para que en el mundo manifestado pueda glorificarse la Divinidad. Oh Duce, tu fama ha llegado a todas partes y todas tus virtudes son loadas por cercanos y lejanos. Tu visita al sepulcro de este Compañero del Profeta, sea con él la paz y la bendición, es un acto de veneración que conmueve el corazón de todo musulmán y reafirma nuestro reconocimiento por ti, mostrándonos ese otro lado de tu grandeza que confluye con el espíritu de los más grandes hombres de todas las épocas. El Gran Creador te ha revelado el secreto de guiar a Italia por el camino del poder y de la gloria, y te ha inspirado los sentimientos de respeto y nobleza a los musulmanes, así como a sus tradiciones religiosas. Dirigimos nuestras plegarias en el humilde recogimiento de quien escucha todo Su poder y cree férvidamente en Su infinita misericordia, para que te proteja, preserve y conceda poder extender sobre el mundo entero el estandarte de la paz y la amistad». Cadí de Apolinia
«Bienvenido, oh Duce, a esta ciudad fiel y a este antiguo templo. Los musulmanes de este país, que hemos seguido con profunda admiración el camino triunfal que bajo tu guía ha recorrido la Italia fascista, y que ha servido con lealtad y devoción todas tus órdenes, te estamos profundamente agradecidos por esta fastuosa visita que confirma tu respeto por los libios y su religión. Me siento verdaderamente orgulloso de renovarte en nombre de todos bajo el umbral de este sagrado lugar, nuestra promesa absoluta de fidelidad, invocando al Señor Omnipotente y Generoso para que te ayude a llevar a Italia por el camino de la más alta grandeza. Que Él mismo te conceda ver realizada tu voluntad de elevar el país a un estado superior en todos los sentidos, y que sea ejemplo en el mundo entero de cuanto Italia puede hacer por el bien de los pueblos que ha acogido en su regazo bajo el signo del Lictor, símbolo de justicia y humanidad». Cadí de Bengasi
Eugenio Coselchi, presidente del CAUR ('Comités de Acción por la Universalidad de Roma', también llamada ≪Internacional Fascista≫), alentaba por su parte en el congreso de Erfurt en 1938: «Nuestra misión es luchar contra la nefasta doctrina del Talmud que sojuzga a todas las razas y naciones, valiéndonos de la sagrada cruz cristiana, la sabiduría del Corán y la clarividencia de Buda. […] Somos llamados a cumplir la 'idea universal de Roma' y su batalla espiritual, en nombre de todos los devotos creyentes, ya sean de Cristo, Mahoma o Buda, contra el vil materialismo». Entrada la guerra, el Duce afirmo la «afinidad doctrinal entre el fascismo y el Islam» y asumió la política islámica de Italia como «un valor permanente y no meramente instrumental», incidiendo en la zona de Medio Oriente, mientras el nazismo se ocupaba de la zona Este. Del mismo modo, Mussolini ordeno crear una mezquita en Roma con el beneplácito del Sha de Persia, pero no culmino por la intervención en contra de Pio XII. Destaca también Italia, por ser el primer país europeo en defender la libertad del pueblo palestino, país al que proporciono regularmente, junto a otras naciones árabes, ayuda militar y económica. Los fascistas ayudaron a escapar al Gran Mufti hacia Turquía y le proporcionaron refugio en Roma. En 1942 el Duce quiso, igualmente, crear una Legión árabe al mando del líder palestino. El gobierno italiano dio tambien su sustento a Arabia Saudi, Yemen e Irak, y permitio al Emir libanés Shakib Arslan distribuir su revista 'Nation Arabe' en Italia y divulgar la defensa de la causa árabe en Radio Bari. Referentemente, el mayor poeta de la India musulmana y padre espiritual de Pakistan, Muhammad Igbal, en1932, antes de presidir en el Congreso Islamico de Jerusalen, hizo un discurso en el Academia de Italia, invitado por el Duce, en el que afirmo su visión del fascismo como «una fuerza magnánima contra los enemigos del Islam», y dedico una hermosa poesía al líder italiano. Elogios similares tuvo también Gandhi para el régimen fascista durante su estancia en Roma en 1931, recibido por el líder italiano, a quien describió como «un hombre sublime, alguien inalcanzable, el nuevo Mazzini de Europa». Gandhi agradeció las políticas italianas para liberar a la India del Raj británico y aconsejo a los países aliados acatar las legítimas demandas territoriales exigidas por el Eje nazi-fascista. La confianza que el líder espiritual indio depositaba a su vez por el Fuhrer, quedo reflejada en la carta que envió personalmente al canciller alemán: «No tenemos dudas de tu valentía y devoción a tu patria, ni creemos que seas el monstruo descrito por tus oponentes». Hubo partidos, organizaciones y movimientos nacionalistas árabes y panislámicos afines, bien al fascismo o al nacionalsocialismo, como el 'Partido Nacionalista Arabe' de Benouna; el 'Partido Reformista' de Abdel Khaled Torres y el 'Comité de Acción Marroquí' de El-Vazzani; el 'Comité de Acción revolucionaria norteafricana' de Yassine Abderrahmane; la guardia siria 'Haras el-Arab'; el 'Circulo Franco-Musulman' de Mohamed Luiaeb; el 'Consejo Social Musulman'; la 'Sociedad de Defensa Palestina'; el 'Club Tajaddad'; la 'Sociedad Arabe Rover'; los 'Cachorros de Leon' del arabismo. En Siria y Líbano, las alianzas entre ciertos lideres árabes y Estados del Eje fueron sólidas y duraderas. Urge mentar al partido Baath, (fundado por Sati al-Husri y el cristiano ortodoxo Michel Aflaq); el partido Kataeb (Falange Libanesa); los 'Camisas de Hierro' (liderados por Fakri al-Barudi del 'National Bloc', futuro miembro del parlamento sirio en 1946); los 'Camisas de Acero' (creadas por Michel Aflaq y Salah el-Din el-bitar); la 'Liga de Accion Nacional' (formada por Abdu al-Huda al-Yab, Dr. Zazi al Jabi y otros); el 'Club An-Nadi al-Arabi' de Damasco (liderado por el Dr. Said Abd Al-Fattah al-Imam); el 'Consejo de Defensa de la Palestina Árabe' (dirigida por conocidos pronazis como Nabi al-Azmah y Adil Arslan, entre otros); la libanesa Najjda (Guardianes) (organización islámica pan-árabe controlada por el Gran Mufti y promocionada por el filofascista editor de prensa y líder escolta musulmán, Muhil al- Din Nasuli); y el más importante: el Partido Nacionalsocialista Sirio (a cargo del griego ortodoxo Anton Saade, tras haber mantenido contacto con figuras del nazismo y del fascismo en Europa). El sirio Sami al-Jundi, uno de los más tempranos líderes del partido Baath, reconocía en sus memorias: «Simpatizamos siempre con el nazismo, tanto en su contenido y en su forma, como en su pensamiento y doctrina. Fuimos los primeros en querer traducir el Mein Kampf. […] Cualquiera que viviera en esa época en Damasco fue testigo del fervor popular que los árabes tenían por el nazismo, pues éste representaba los valores de amor natural y férrea voluntad del guerrero». El partido Baath colaboro, en complicidad con Alemania, en el golpe de estado de Rashid Ali al-Gilani, mientras Aflaq organizaba un comité especial para guarnecer la formación del nuevo gobierno de Irak. Hasta 1933 los diarios de Siria y Libano difundieron los discursos de Hitler y extractos del 'Mein Kampf'. Kamil Muruwwa, editor del periódico 'An-Nida' de Beirut, cuya propaganda alemana el mismo traducía y publicaba, escribía en aquellos días a Otto von Hentig, el ministro de asuntos exteriores del Reich: «Todo el pueblo está entusiasmado e implicado con Adolf Hitler». Una vez entraron los nazis en Francia, en las calles de Siria y Líbano se entonaba: ≪Ya France, hiddi W'irhali Ijaki Hitler, Abu Ali≫ (Oh Francia, prepara tus maletas para irte, porque llega Hitler, Abu Ali≫, o ≪No más Monsier, ni mas Mister, Ala en el cielo, Hitler en la tierra≫. En 1938, el ministerio alemán de asuntos exteriores escogio a Shakib Arslan para efectuar una traducción oficial del 'Mein Kampf', que insistió fuera leída por «estudiantes del Corán que le darán la interpretación sagrada necesaria para la comprensión de todo el mundo islámico creyente».
En Irak estuvieron los movimientos 'Al-Futuwwah' (fundado por Sami Shawkat, Mohammad Fadhi al-Jamdi, Sati al-Husri y Yunis al-Sabawi) e 'Istiglal' (de Ahmed Balafrej, Brahim El-Vazzani y Mohamed Liazidi), organizaciones juveniles basadas en el modelo de las Hitler-Jugend; y el grupo 'Al-Jawwal', movimiento con similitudes al Club Arabe de Damasco. Abdul Ghaffur el-Bedri, editor iraqui de los noticiarios de 'Istiglal', y el palestino Joseph Francis, propietario del diario 'Al-Ahram', fueron algunos de los activistas que impulsaron, con consentimiento del Reich, la creación de partidos pronazis. 'Al-Diffa', el diario oficial de la organizacion Istiglal y medio de prensa más leído en el mundo árabe, declaraba en esos días: «Debemos marchar a los campos de batalla como guerreros de la sagrada patria. La tierra necesita rejuvenecerse en cuerpo y alma como en la Alemania nazi y la Italia fascista, países dispuestos a obedecer las órdenes de sus líderes y a sacrificar sus vidas en honor de su pueblo, libertad y sagrada tierra». El movimiento 'Futuwwa', cuyo nombre rinde homenaje a una orden de caballeros árabes de la Edad Media, estaba enlazado con otros grupos juveniles de Palestina y demás zonas de Medio Oriente, y mantuvo íntimos vínculos, visitas e intercambios con las juventudes hitlerianas. Su líder, Sadiq Rasul al-Qadiri, quien trabajo en el ministerio de educación iraquí en los años previos a la guerra, ya denunciaba en 1924 la conspiración judía internacional en algunos periodicos locales de Bagdad, e influyo considerablemente en 1930, a que el gobierno iraquí invalidara la distinción entre judaísmo y sionismo como falsa percepción y pasara a demandar la expulsión de los judíos del árbol genealógico de los pueblos semitas. Entretanto, Shawkat, junto a Mohammad Fadhi, Sati al-Husri y el embajador alemán Fritz Grobba, crearon en 1935, en colaboración con Al-Sabawi, el grupo 'Al-Muthana', un centro educativo de propaganda islámica favorable a la coalición nazi-fascista, que ejerció una importante influencia en el sistema educativo de Iraq, Siria y Palestina. Shawkat introdujo en las escuelas la enseñanza muyahidin de ≪morir por lo sagrado≫ (Sina'at al-Mawt) e incluyo el idioma alemán como tercera lengua en la enseñanza secundaria. En 1933, al-Sabawi tradujo libremente fragmentos del 'Mein Kampf' que seguidamente publicaba en el diario iraqui 'Al-Alan Al-Arabi'. Tras el golpe de estado de Irak, y auspiciado por su amigo personal y político Raschid Ali, Sabawi se convirtio en ministro del nuevo gobierno. Dentro del grupo 'Al-Jawwal', baste también mencionar a importantes figuras profascistas como el suni Darwish Miqdadi, camarada de Rashid Ali, quien ya propalaba sus ideas en sus años de docencia universitaria y que fue atentamente recibido por el Reich en Berlin. Naji Shawkat, hermano de Sami Shawkat y miembro del Comité árabe en Irak, que integraba en su cuerpo al movimiento Futtuwwa, entregaba, por su parte, a Von Papen, una carta de felicitación a Hitler por sus políticas contra los países democráticos y sus resoluciones contra los judíos. En Egipto debe reseñarse al grupo 'Joven Egipto' (fundado por Ahmad Hussein) y los 'Camisas Verdes'; los 'Hermanos Musulmanes' (creado y dirigido por Hassan al-Banna); y los 'Camisas Azules' (de Mustapah al-Ouakil). En aquel entonces, el palacio egipcio del rey Farouk era un centro neurálgico de mensajeros, diplomaticos y agentes del Eje. Al-Banna, hombre favorable desde inicio a las políticas del Eje, tras enviar por escrito sus honores y felicitaciones al Fuhrer por su toma de poder, estableció con Alemania un servicio de inteligencia coordinado a través de los países de Arabia, y ayudo a combatir a los británicos, mientras los alemanes transcurrían hacia el Cairo y Alexandria. Por su parte, 'Joven Egipto', organizador de sonadas campanas antisionistas, colaboro, junto a los hombres de Al-Banna, contrarrestando el gobierno pro-britanico durante la batalla de Alamein en favor de Rommel. Hasta la llegada al poder en 1950 de los 'Oficiales Libres' del general egipcio Aziz El-Misri, el presidente Nasser tuvo a Joachim Daumling, jefe de la Gestapo en Dusseldorf, al mando de los servicios secretos egipcios, y al también otrora jefe de la policía secreta alemana de Warsaw, como coordinador del instituto de policía nacional. En Egipto, la traducción del 'Mein Kampf' fue desempeñada por Nassiri, el hermano de Nasser. Anwar Sadat, otro colaborador del Reich y futuro presidente de Egipto, escribía al Fuhrer cerca de la segunda guerra mundial: «Estimado Hitler: Vayan para ti mis mayores reconocimientos desde lo más hondo de mi corazón. Tus logros han creado disensiones entre el viejo Churchill y sus aliados, los hijos de Satán. Aún si pierdes esta guerra habrás sido vencedor. Alemania ganará porque su existencia es necesaria para preservar la balanza del mundo. Su grandeza renacerá a pesar de los poderes del Este y del Oeste. No habrá paz mientras Alemania no pueda volver a ser lo que era».
Palestina fue uno de los países más leales al Eje fascista. El Gran Mufti de Jerusalén, líder político y espiritual de los palestinos y de todo el mundo islámico, postulo: «Los intereses de los árabes son idénticos a los de los alemanes». En marzo de 1935, los partidarios de Jamal Hussein, leal camarada del Gran Mufti, formaron el 'Partido Arabe Palestino', desde el que ayudaban a difundir la propaganda fascista en la nación. El líder palestino visitaba regularmente a las tropas musulmanas SS, a quien daba sus bendiciones y alentaba a la Guerra Santa, y dispuso, en todo crucial momento, de la apresta fidelidad del caudillo croata Ante Pavelić. Sus discursos radiofónicos, seguidos por millones de musulmanes, entre ellos Ruhollah Jomeini -futuro ayatola de Iran-, se basaban siempre en versículos del Corán, y denunciaban en nombre de Ala, las políticas coloniales de Francia, Inglaterra, EEUU, del sionismo y del Occidente liberal, en honor de la historia y espiritualidad del pueblo islamico.
Marruecos también colaboró activamente con las políticas del Eje mediante el 'Partido Reformista' y el 'Comité de Acción Marroquí'. Los habitantes del golfo recibieron con los brazos abiertos al grito de ≪!Hail Rommel!≫ a los soldados del Afrika Korps, los cuales veían como sus libertadores. En Irán, el Sha Reza Pahlavi, impulsor de estrictas leyes antisemitas en 1936, fue obligado a abdicar del trono por su postura favorable al nazismo y deportado a Sudáfrica por los ingleses en 1942. En consonancia, el Rey Ibn Saud de Arabia Saudí, declaro en 1939 su lealtad al Eje, firmando una alianza con Alemania y Japón, y negociando con Friz Grobba la posición de su país en un futuro Califato.
Los musulmanes de la zona Este ayudaron a divulgar la propaganda nazifascista en lugares clave de influencia soviética para minar la obediencia a Stalin. Cabe integrar a la colaboración antedicha de pueblos del Este como los balcánicos, ingusetios, chechenos, kalmukos, mesquetos o tartaros de Crimea y del Volga, la adhesión al nazismo del polaco Dr. Szymkowicz, Mufti de Ostland (Vilna y Bielorrusia) y de Mohamed El-Gazani, poeta y lider de las tropas musulmanas antisovieticas de la URSS. Igualmente, numerosos políticos de la India apuntalaron su guardia al Eje Berlin-Roma- Tokio, entre ellos: Ali Ginnah, (futuro fundador de Pakistan), el Dr. M. K. Mukherjee, Nambiar Habidur Rahman, los hermanos Subhas y Sarta Shandra Bose y demas lideres del Sudeste Asiatico. En 1941, Subhas Shandra Bose, durante su huida a Kabul, fue recibido y acogido por los diplomaticos alemanes, quienes le ayudaron a escapar hacia Berlin y le trasladaron luego en submarino hasta Japon, donde sumo sus fuerzas indias al ejercito nipon para combatir a los britanicos. Otro personaje memorable fue el Fakir de Ipi, cooperante, junto al capitan Morlock de la Abwehr alemana, en la insurrección armada en la frontera india contra los ingleses y sovieticos. Tanto los egipcios Nasser y Anuar al-Saddat, como el tunecino Burguiba o el iraki Rashid Ali al-Gailani, por citar algunos de los lideres arabes que mas tenazmente colaboraron con los fascismos europeos, anos después de la segunda Guerra Mundial siguieron resguardando sus ideas con las políticas del Eje. También consta de excombatientes de la RSI que instruyeron a la guerrilla palestina despues de la Segunda Guerra Mundial. Entre los fundadores del FLN algerino, anduvieron reputados profascistas como Mohammedi Said (tercer miembro del Estado Mayor del ALN), el Dr. Djillali Ben Thami (ex miembro del 'Partido Popular ' francés de Jacques Doriot y responsable en aquellos momentos del 'Croissant rouge' argelino de Ginebra) y Ahmed Mahsas (ex voluntario de la Wehrmacht y mano derecha de Ben Bella). A sus ordenes estaban Mohammed-Seghir Nekkache (ex agente de la Abwehr alemana y responsable de los servicios sanitarios del FLN durante la guerra de Algeria) y Kaid Ahmed (alias ≪Comandante Slimane≫, ex soldado de la 'Legion de Volontaires Francais' en Rusia, aliado a la fuerzas del Eje y posteriormente convertido en Ministro algerino). Y entre aquellos que coadyuvaron y financiaron al partido, desfilan los nombres de fascistas y nacionalsocialistas europeos como: Francois Genoud y Jean-Maurice Bauverd (ex colaboradores suizos del Gran Mufti); los profesores Schacht y Walter Rauff; los generales Wolff, Otto Ernst Remer y Rainer Kriebel; los coroneles Otto Skorzeny y Hans Sommer; los capitanes Hans Rechenberg y Ernst Wilhelm Springer; el Comandante Wilhelm Beissner; el abogado Fritz Peter Kruger; el ex Waffen SS y jefe rexista Leon Degrelle y Jean-Robert Debbaudt; Antonio Llardent (ex falangista catalan)...
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