LaRouche: Detrás del cierre del gobierno y el fraude del límite de endeudamiento, Wall Street le ordena a Obama acabar con la Glass-Steagall
Wall Street le exigió al Presidente Barack Obama que detenga el restablecimiento de la Ley Glass-Steagall a toda costa, y que en vez de eso avance con más saqueo del pueblo estadounidense con los rescates financieros de todo tipo, para preservar a su sistema bancario que esta completamente en bancarrota. La política de Wall Street significa una aceleración de la hiperinflación agobiante, de la austeridad devastadora y, por último, el asesinato en masa de los ciudadanos más vulnerables de la nación.
Varias fuentes de Washington muy calificadas, nos confirmaron que este fue el ultimátum que le dio la delegación de Wall Street que se reunió en privado con Obama, el miércoles 2 de octubre en la tarde en la Casa Blanca. La delegación fue organizada por el Foro de Servicios Financieros, una coalición de los 19 bancos más grandes y compañías de seguros, e incluyó a Jamie Dimon, presidente ejecutivo de JPMorgan Chase; Lloyd Blankfein, presidente ejecutivo de Goldman Sachs; Brian Moynihan, presidente ejecutivo del Bank of America; Michael Corbat, presidente ejecutivo del Citibank; y Anshu Jain, presidente ejecutivo del Deutsche Bank.
Christine Lagarde, directora gerente del FMI, transmitió el mismo mensaje en una entrevista que le dio al periódicoFinancial Times el 4 de octubre, en la que ella exigió que la Reserva Federal mantenga la impresión de los $85 mil millones de dólares mensuales en "Emisión Cuantitativa" para rescatar indefinidamente a los más grandes bancos de Wall Street y de Europa. Y Jack Lew, secretario del Tesoro de EU, hablando en nombre de Obama, amenazó con que cualquier incumplimiento de Estados Unidos desataría una crisis financiera mucho peor que la desintegración de septiembre del 2008.
La realidad es que, como afirmó sin rodeos Lyndon LaRouche hoy, el cierre del gobierno que está en efecto ahora y la amenaza de incumplimiento de la deuda soberana de Estados Unidos para el 17 de octubre, no es nada más que un fraude orquestado, cuyo propósito es preparar al pueblo estadounidense para la implementación de medidas políticas genocidas, que ya fueron aceptadas por Obama y por destacados republicanos en el Congreso.
LaRouche advirtió: "A menos de que se apruebe la Glass-Steagall y se promulgue de inmediato, Obama y Wall Street tienen planeado desatar la peor austeridad genocida y el saqueo del pueblo estadounidense, como nunca antes se ha visto. El único remedio es la separación total de la banca comercial, de todas las actividades de apuesta financiera, bajo la Ley Glass-Steagall. Declarar la bancarrota de Wall Street ahora, antes de que puedan desatar con toda fuerza sus esquemas genocidas. El presidente Obama no es más que una herramienta de estos intereses de Wall Street, como lo evidencia su compromiso servil para mantener el programa de rescates bancarios de todo tipo, y para detener la Glass-Steagall".
LaRouche agregó que: "En cuestión de días o semanas, Obama y su séquito de congresistas republicanos, siguiendo las órdenes de Wall Street, van a desatar el infierno en contra de la población estadounidense, con recortes de austeridad asesina mucho más profundos que el secuestro del presupuesto de los meses pasados. El cierre del gobierno es el circo pedestre más grande que se haya visto, que tiene el propósito de preparar a la población para que acepte más hiperinflación, más rescates bancarios de todo tipo, y condiciones cada vez peores, de modo que Wall Street pueda sobrevivir un poco más, mientras que los estadounidenses trabajadores y honestos mueren en cantidades cada vez mayores.
"Ya es hora de que el Congreso rompa con Wall Street y los títeres de los banqueros en la Casa Blanca, y que hagan lo único que puede hacer que Estados Unidos regrese al rumbo de la prosperidad genuina: Aprobar la ley Glass Steagall mediante una mayoría a prueba de veto esta semana".
"Con la aprobación de la ley Glass Steagall, se rompen de inmediato las tenazas de Wall Street. Una vez que los bancos demasiado-grandes-para-quebrar dejen de mantenerse con vida a costa de los rescates con dinero de los contribuyentes y los depositantes, van a quebrar. ¡Buena despedida! Nos quedamos entonces con un sistema bancario comercial, con muy poco capital pero viable, y con la oportunidad inmediata de revivir el crédito del gobierno federal para iniciar grandes proyectos económicos como el NAWAPA y un programa de emergencia internacional al estilo del programa Apolo para hacer realidad la energía de fusión termonuclear comercial".
"Llegó el momento de la verdad", concluyó LaRouche, "y hago un llamado al pueblo estadounidense para que le exija al Congreso que deje de comportarse como un montón de tontos corruptos que apoyan la estafa de Wall Street y Obama. Aprueben la Glass-Steagall, acaben con el poder de Wall Street y sus aliados europeos, y reanudemos la tarea de revivir a esta nación y al mundo en torno a un plan de desarrollo genuino, como lo hemos planteado mis colegas y yo".
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