¡Ay, estamos solos!
Alberto Pinzon Sánchez
La
intensa ofensiva mediática del Oligopolio Mediático Contrainsurgente
colombiano (del cual forma parte la oficina de prensa del presidente
Santos en la casa de Nari) mostrando la llamada crisis fronteriza
colombo-venezolana “únicamente” como un problema humanitario, o de
violación de derechos humanos, es decir, cubriendo pudorosamente la
pútrida y terrible llaga socio económica que en aquella frontera existe
desde hace muchos años y es la causa real de la crisis; es una muestra
más de la doble moral oligárquica y la perfidia de los tinterillos y
rábulas con que nos han gobernado desde cuando el cucuteño FP Santander,
acuchillando por la espalda al Libertador Simón Bolívar tomó el Poder
en lo que hoy es Colombia.
Lo de siempre: tomar el rábano por las hojas.
El
problema no es la miserable, dramática y muy compleja situación socio
económica que desde hace varias décadas se vive allí; de desempleo
masivo (18%), corrupción política, corrupción gubernamental y carencia
de una política oficial de fronteras, diplomacia de pasarela y
minifalda, corrupción empresarial, narcotráfico y paramilitarismo
oficial asociados (basta un solo ejemplo el del Iguano con sus hornos
crematorios),
criminalidad trasnacional organizada, tugurización, prostitución organizada, tráfico de personas, contrabando desde Venezuela de petróleo y artículos de primera necesidad, lavado de dólares, especulación de moneda venezolana y otras divisas…..
criminalidad trasnacional organizada, tugurización, prostitución organizada, tráfico de personas, contrabando desde Venezuela de petróleo y artículos de primera necesidad, lavado de dólares, especulación de moneda venezolana y otras divisas…..
Además
de una cruel sobre-explotación laboral de miles de miserables
“rebuscadores”, salidos de entre los 5 millones de desplazados de sus
tierras por la motosierra narco paramilitar, llamados en el lenguaje
eufemístico del gobierno con su plan neoliberal gavirista de desarrollo
informales” y que, según la cámara de comercio de Cúcuta ya había
alcanzado en el 2011 la enorme cifra del 51, 1%.
Sino
que el problema ha quedado reducido a las “trascendentales” demandas
por la violación de los derechos humanos cometidos por la operación
militar fronteriza ejecutada por la guardia venezolana en defensa de su
integridad territorial, y van a ser presentadas “enérgicamente” por el
procurador Ordoñez ante la Corte Celestial y, ante la Corte Penal
Internacional y demás cortes supranacionales para los derechos humanos
el fiscal Montealegre -en lenguaje criollo Varón von Fröhberg- con todos
los minúsculos contraticos algorítmicos de los próximos 50 años (lo
que durarán los pleitos) y que ya deben estar preparándonos sus asesores
científicos y rábulas amigos y favorecidos, en un intento más de
atravesar un palo en la rueda del proceso de paz de la Habana y sacar a
delante su pretensión (de última hora) de convertir la Solución Política
del conflicto interno de Colombia, en una simple solución jurídica de
sometimiento carcelario únicamente de la insurgencia.
En lugar de……
Bueno,
diríamos por lo menos tratar de resolver prácticamente algunos de los
múltiples problemas enumerados arriba. Aunque fuera uno solo. Por
ejemplo no ya la compleja situación socio económico que ha quedado
desnuda y demandará bastante tiempo como recursos BILATERALES para su
solución; sino la situación diplomática ante la OEA, Unasur, ONU,
Bruselas, ect y demás instancias mundiales, para “corregir” los
entuertos de la diplomacia colombiana en los años de gobierno
“santouribista”:
Por
ejemplo, el bombardeo al Ecuador en Sucumbíos en marzo de 2008 siendo
ministro de defensa el actual presidente de Colombia doctor JM Santos.
O
el secuestro de Rodrigo Granda en Venezuela por agentes de la
inteligencia militar de Colombia para trasportarlo muy “humanamente”
maniatado, amordazado y vendado en el baúl de un auto hasta Cúcuta,
donde la policía “oficializó” su captura, en aquel febrero del 2005,
cuando el actual presidente de los colombianos JM Santos organizaba
febrilmente el partido de la U para apoyar al presidente Uribe Vélez en
su gobernanza del Estado de opinión.
O
en la “cumbre de las Américas” celebrada en Cartagena en abril 2012,
cuando el presidente JM Santos, desconoció el reclamo legítimo de
Argentina sobre las islas Malvinas.
O cuando más recientemente, octubre de 2014, el gobierno colombiano actual declaró a la república de Panamá “paraíso fiscal”.
O
cuando en junio del 2012, el presidente Santos, siguiendo las
orientaciones neoliberales de la diplomacia estadounidense de reventar
la Alianza Bolivariana para los pueblos ALBA (organizada en diciembre
del 2004) conformó junto con los más reconocidos presidentes del dogma
neoliberal Piñera, Calderón y Humala; la Alianza del Pacífico.
Esto,
para no mencionar la terca actitud “unilateral” de desconocimiento del
fallo de la Corte de la Haya del 2012, sobre el litigio
colombo-nicaragüense.
Así ¿Cómo reclamar solidaridad continental o internacional?
Patético
resulta entonces, el retrato de la ministra “chic· de relaciones
exteriores señora Holguín, poniéndose la mano en el corazón y sin
preguntarse el por qué, gimotea una frese melancólica digna de García
Márquez: ¡Estamos solos!
Falta
solamente que el presidente Santos para aumentar el referido
aislamiento histórico diplomático de Colombia, acepte el apoyo
momentáneo e interesado que le ha ofrecido AUV (para que no se discuta
internacionalmente su prontuario narco paramilitar y se acabe el proceso
de paz en la Habana) rompa relaciones diplomáticas con Venezuela y
destruya lo alcanzado hasta ahora y después, salir muy orondo y ufano a
declarar ante el mundo que lo ha hecho para defender el honor y los
derechos humanos de los colombianos. Con lo cual sin duda, recogerá,
dentro como fuera, algunas compañías que le mitigarán momentáneamente la
sensación de soledad, pero también llevará al pueblo colombiano más
sangre, más lágrimas y más destrucción inútil de la que su clase social
le ha dado al pueblo colombiano en los últimos 200 años de dominación, y
de historia infame.
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