Alberto Pinzón Sánchez
El agua, cuando no fluye se estanca, se
encharca, se aposenta, entrando inmediatamente en un proceso de
descomposición o pudrición, y así sucede con las ideas cuando no fluyen,
no chocan, no generan un proceso de síntesis creadora, y se pudren.
Analogía que se puede aplicar al análisis de la sociedad, como lo hizo
Marx en la “Introducción a la crítica de la economía política”, donde
demuestra que cuando una sociedad detiene su renovación “ideo-política”,
entra en un periodo de descomposición, que las obliga a poner de
acuerdo su estructura con su supra-estructura jurídica ideológica y
política, llamada revolución.
Muchas veces lo hemos dicho: Colombia tiene una estructura económica
contrahecha de capitalismo Trasnacionalizado y Dependiente o periférico,
que explota formas de trabajo pre-capitalistas. Esta estructura
(dominada desde hace 200 años por una Oligarquía burgués-terrateniente
estrechamente ligada al Imperialismo neoliberal estadounidense actual)
puede aparecer dinámica, pero esa realidad no se refleja en la
supra-estructura (über-bau) jurídica y política de la sociedad, que está
dominada por una ideología congelada y atrasada del terratenientismo
pre-moderno, clerical violento, y que obliga a pensar en el latifundio
no como una extensión muy grande tierras, sino como una relación de
producción capitalista soportada por un ejército de medio millón de
soldados apoyados por sus correspondientes paramilitares.
Dos cientos años de política bipartidista liberal –conservadora
desarrollada en ciclos cortos (diez años) y que ha durado hasta la
actualidad; de guerra civil- pacto bipartidista por el reparto del
presupuesto-y-nueva guerra civil; así lo demuestran.
La técnica política usada por la oligarquía colombiana, exitosamente,
durante dos siglos y hasta hoy, ha consistido en polarizar políticamente
hasta el extremo la sociedad entre Liberales y Conservadores para
enfrentarlos violentamente, para luego pactar por lo alto el reparto del
botín presupuestario, hoy llamado con el dulce eufemismo de
“mermelada”: El mito del coronel de todas esas guerras Aureliano
Buendía, es un símbolo exacto, muy cercano y querido por todos los
colombianos.
No hay que ir muy lejos; basta repasar las 9 guerras civiles entre el
partido Liberal y el partido Conservador que se libraron en el Siglo 19 ,
la guerra de los mil días, la atroz Violencia Liberal-conservadora y su
descomposición en el conflicto interno actual, para confirmarlo.
Veamos:
1-Liberales santanderistas dirigidos por J.M. Obando contra los
fundadores del partido conservador Caro, Ospina, Márquez y Herrán en
1840.
2- En 1851 el conservador y esclavista caucano Julio Arboleda contra el gobierno liberal de José Hilario López.
3- En 1854 el liberal José Maria Melo contra la coalición liberal-conservadora de Herrán, Mosquera, López y Herrera.
4- En 1860 el liberal T.C Mosquera contra el gobierno conservador de Mariano Ospina.
5- En 1876 los conservadores Leonardo Canal, Marceliano Vélez y Manuel
Briceño contra los liberales Aquileo Parra y Julián Trujillo.
6-En 1885 los liberales “radicales” Solón Wilches, Sergio Camargo,
(abuelo de Lleras Camargo) y Foción Soto contra el gobierno conservador
de Rafael Núñez.
7- En 1895 los liberales “guerreristas” Uribe-Uribe y Vargas Santos
contra el gobierno conservador de Miguel Antonio Caro y Rafael Reyes.
8- en 1899 nuevamente los liberales “guerreristas” Uribe-Uribe,
Benjamín Herrera y Vargas Santos contra el gobierno conservador de
Sanclemente- Marroquín.
Luego en el siglo 20, en 1928, la masacre de las bananeras (muy
cerquitica de Macondo) en el gobierno conservador del corrupto abogado
de las compañías estadounidenses en Colombia Abadía Méndez, contra los
trabajadores de la “Yunai” Fruit Company. En 1946, durante el gobierno
conservador de Mariano Ospina Pérez y Laureano Gómez el inicio de la
violencia contra el partido liberal dirigido por J.E. Gaitán.
El 9 de abril de 1948, el crimen de Estado contra J.E Gaitán y el
inicio de la espantosa guerra civil llamada con el tierno y dulce nombre
de Violencia liberal- conservadora, la dictadura de Gurropín que dura
hasta 1957, y se concluye con el pacto en las alturas del Frente
Nacional.
Luego, la lenta y compleja trasformación de las guerrillas liberales en
guerrillas comunistas, la trasformación del Ejército Colombiano en una
prolongación contrainsurgente del US Army que desemboca en el Plan Laso
(Latin-American-Security Operation) en 1964, con los bombardeos (Incluso
con armas biológicas con la bacteria del carbunclo) contra las regiones
de Marquetalia, el Pato, el Guayabero, y las ofensivas militares en el
rio Carare-Opón y que dan nacimiento a las Farc y al ELN.
Luego, la “polarización Liberal-conservadora” continuó así:
-En 1970 el presidente Liberal Lleras Restrepo cumpliendo el pacto del
Frente Nacional impone mediante un fraude electoral al conservador
Pastrana Borrero.
-En 1974 el Liberal Alfonso López Michelsen gana las elecciones al conservador Álvaro Gómez Hurtado (hijo de Laureano Gómez)
–En 1978 el Liberal Turbay Ayala gana las elecciones al conservador Belisario Betancur.
-En 1982 el conservador Belisario Betancur gana al Liberal López Michelsen.-
- En 1986 el liberal Barco Gana la conservador Álvaro Gómez Hurtado.
-En 1990 el liberal Cesar (OEA) Gaviria, gana al conservador Álvaro Gómez Hurtado.
-En 1994 el liberal Ernesto Samper se impone al conservador Pastrana hijo.
-En 1998 el conservador Pastrana hijo se impone al liberal Serpa Uribe.
-En 2002 y en 2006; la coalición conservadora de Álvaro Uribe Vélez gana la presidencia al candidato liberal Serpa Uribe.
En 2010 la coalición conservadora de Uribe Vélez, impone a Juan Manuel Santos sobre el “liberaloide” Antanas Mokus.
Y así hasta hoy mayo del 2014, cuando la Oligarquía colombiana a raíz
de la actual campaña presidencial, ha llegado al límite de su
descomposición política y moral mostrando tanto el agotamiento
ideo-político conque pretende dirigir la sociedad, como el descalabro de
su técnica de “polarización Liberal-conservadora”.
La división en el seno de la misma clase dominante entre Santistas y
Uribistas y su enfrentamiento brutal por continuar aferrados al botín
presupuestal (mermelada), ha dejado vacío el duelo tradicional entre
liberales y conservadores para ser sustituido por una polarización igual
de brutal en torno a lo que los estrategas (?) políticos del gobierno
han dado en llamar “La paz negociada”.
Bodrio conceptual que no dice nada y con el que pretenden suplantar el
concepto dinámico y amplio de “Solución Política al conflicto social y
armado de Colombia”, y de paso, tratar de desvirtuar o falsificar el
proceso que se lleva a cabo en la Habana (ojo) “para finalizar el
conflicto interno colombiano” y no para una “paz negociada”, sobre la
que discuten etéreamente y se injurian mezquinamente los actuales
candidatos presidenciales en medio de una nueva polarización electoral
de cloaca, que más parece un descompuesto proceso Judicial en la baranda
de un juzgado de la policía, muy lejano del verdadero y equilibrado
concepto de paz con justicia social democracia y soberanía, que toda
Colombia necesita y quiere.
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